Antonio Sánchez. Algarabía
En esta fotografía se puede ver a John Lennon firmar un autógrafo a su asesino Mark David Chapman.
Para los fanáticos de The Beatles, el 8 de diciembre es sin duda una de las fechas más oscuras, pues fue en un día como ese, pero de 1980, que John Lennon murió asesinado a manos de Mark David Chapman, a quien apenas unas horas antes había firmado un autógrafo.
Mark David Chapman era un hombre con un largo historial de situaciones conflictivas. Tras haber sufrido abuso físico en su entorno familiar y ser víctima de acoso escolar, Chapman empezó a consumir una gran cantidad de drogas desde su juventud, mismas que abandonó tras volcarse sobre el cristianismo; sin embargo, sus relaciones personales y laborales siempre enfrentaron obstáculos e incluso intentó suicidarse en algún momento de su vida.
A finales de los años 70, Chapman se obsesionó con la figura de John Lennon al grado de que planeó su asesinato. En 1980 viajó a Nueva York, y la mañana del 8 de diciembre se apostó afuera del edificio Dakota en donde John Lennon vivía, ahí platicó durante un rato con otras personas que esperaban al músico y con el portero. Paul Goresh, un fanático que se encontraba en el lugar, fue quien se encargó de fotografiar el momento en que John sostiene el álbum Double Fantasy mientras lo firma para Chapman.
Este último ha declarado en entrevistas que tras recibir el autógrafo consideró abandonar el lugar; no obstante decidió quedarse esperando por varias horas hasta que John y Yoko regresaron, y fue en ese momento que dejó salir de su arma cinco disparos, tres de los cuales golpearon la espalda de Lennon. Tras esto, el homicida sacó una copia de El guardián entre el centeno y se sentó a leer mientras esperaba la llegada de la policía.
El incidente tuvo lugar alrededor de las 10:49 pm, y apenas unos minutos después, a las 11:15 pm, John Lennon era declarado muerto en el St. Luke’s-Roosevelt Hospital Center de la ciudad de Nueva York. Chapman fue condenado a cadena perpetua y se le ha negado la libertad condicional en ocho ocasiones, a pesar de que ha declarado sentirse arrepentido de lo ocurrido.