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Cultura y Espectaculos

Murió Toots Thielemans, icono del jazz

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 22 Agosto 2016 Visto: 2738

TOOTH 2005AFP. LA JORNADA

Toots Thielemans durante un concierto en Holanda el pasado 09 de julio de 2005. Foto Afp
Bruselas. El músico belga Toots Thielemans, considerado como el rey de la armónica, murió este lunes a los 94 años de edad, tras una larga carrera internacional durante la cual tocó junto a los más grandes nombres del jazz.

Thielemans, cuya música puede ser escuchada en bandas sonoras de películas como Desayuno con diamantes (1961), murió "mientras dormía", un mes después de haber sido hospitalizado a causa de una caída, anunció a la AFP su agente, Veerle Van de Poel.

Figura mundial del jazz, tocó junto a los más grandes: Ella Fitzgerald, Quincy Jones, Bill Evans, Frank Sinatra, Ray Charles, Larry Schneider u Oscar Peterson.

También acompañó a artistas como Nick Cave, Paul Simon, Billy Joel o Stevie Wonder.

Nacido el 29 de abril de 1922 en un barrio popular de Bruselas en donde sus padres atendían un café, Thielemans, también guitarrista, es el primer músico en llevar al reconocimiento general la armónica cromática.

Thielemans descubrió este instrumento en 1938. Seducido en un primer momento por la música de Ray Ventura, fue picado por el virus del jazz durante la Segunda Guerra Mundial y, con una guitarra en las manos, adoptó como modelo al gitano Django Reinhardt.

A fines de la década de 1940 se instaló en Estados Unidos, en donde acompañó al saxofonista Charlie Parker. Regresó luego a Europa para una gira con el clarinetista Benny Goodman.

Tras el éxito de Bluesette en 1962, interpretó con su armónica la banda sonora de la película Midnight Cowboy, de John Schlesinger (1969) y, más tarde, la de Jean de Florette, de Claude Berri (1986).

"Un maestro"

"Hemos perdido a un gran músico", escribió en Twitter el primer ministro belga Charles Michel tras el anuncio de la muerte de Thielemans, a quien el rey Alberto II le concedió el título de barón en 2001.

En 2012, y pese a estar en un delicado de salud, Thielemans dio un concierto en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas para celebrar sus 90 años, antes de iniciar una gira que lo llevó a Estados Unidos y Japón.

"Llevó a la armónica a la cúspide del arte y se convirtió en un maestro", había declarado entonces el guitarrista brasileño Oscar Castro-Neves, que lo acompañaba regularmente.

En 2014, al sentir que perdía fuerzas y "para no decepcionar a su público", anuló sus conciertos y puso un punto final a su carrera En 2009, Estados Unidos le otorgó el premio "jazz master award", una distinción que se concede rara vez a europeos, y la Academia Charles Cros le concedió en 2012 un premio en honor a toda su carrera.

 

Feria de Tlaxco: Joyería tradicional

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 22 Agosto 2016 Visto: 2887

photoEscudo TLAX Tlaxco Visita Tlaxcala: Tlaxco "Pueblo Mágico"
Se ubica al norte del estado de Tlaxcala, su nombre proviene de la palabra Tlachco, la cual a su vez se integra con los siguientes vocablos: Tlachtli, que quiere decir juego de pelota y Co, que denota lugar. De esta forma Tlaxco significa "en el lugar del juego de pelota".

Tlaxco está situado en la zona montañosa, ofrece bellísimos paisajes como bosques, quebradas, arroyos y pequeñas cascadas, que resulta un paraíso para quienes son aficionados al campismo. El tren, que con su traqueteo nos transporta a un lugar y a una época diferente, hace su parada en esta ciudad. En sus apacibles calles se distinguen templos y añosas edificaciones, reminiscencias de la arquitectura del Porfiriato, guiños al arte de la platería, al mismo tiempo que la tierra que la rodea nos embarca en un paseo por las haciendas y ganaderías célebres del Estado. A esto hay que añadirle su cercanía a la Sierra de Tlaxco, un aliciente para disfrutar de la naturaleza sin tener que correr largas.
A escasos 40 km de la ciudad de Tlaxcala rumbo al norte, casi en colindancia con el estado de Puebla, se ubica Tlaxco, pequeña población rodeada de bosques de pinos y encinos.
MÉXICO DESCONOCIDO
Además de su iglesia de cantera, Tlaxco es notable porque alberga una sencilla casa de adobe con reja amarilla, uno de los talleres de rescate de joyería más importantes de México. La maestra Eva Martínez Sánchez, directora del taller, nos explica con sencillez: Todo empezó en 1985, cuando, a raíz de los sismos; la maestra Martha Turok, de la Dirección General de Culturas Populares; me comisionó para rescatar unas máquinas abandonadas en Tlaxcala". Egresada de la Escuela de Joyería de Arte y Diseño de la SEP y el INBA, Eva Martínez señala: "Desde pequeña, en Saltillo, fui muy aficionada a la pintura y a hacer rudimentarios trabajos de joyería. Al llegar a Tlaxcala quedé gratamente sorprendida al darme cuenta de que algunas de las máquinas abandonadas eran para trabajar la plata".

Se inició así un trabajo de auténtico rescate arqueológico.

La maestra Martínez empezó a viajar por Michoacán, Guanajuato, Morelos, Jalisco, Estado de México, Yucatán y, por supuesto, Tlaxcala en busca de piezas antiguas -de los siglos XVIII y XIX- para reproducirlas. "El ser humano siempre ha tenido la necesidad de usar joyas, piezas bellas para él muy valiosas, pero que fácilmente son objeto de robos o extravíos, señala Eva Martínez. La labor de rescatar las piezas antiguas debe continuar. México es un país muy rico y, sin duda, hay todavía muchos diseños que están a punto de perderse. Recrear esas piezas es una buena manera de preservar testimonios de otras épocas, de no desligarse del pasado". En el taller de Tlaxcala, la maestra Martínez, así como Erasmo Hernández Montalvo y Lucía Hernández Sosa, reproducen aretes antiguos en plata con corales, cuarzos, granates y amatistas, entre otras piedras.

El resultado de su trabajo es excepcional. Cada pieza es una obra artesanal, ya que gran parle del proceso se hace manualmente. "Una vez que la pieza ha sido rescatada, se inicia una serie de diecisiete pasos que concluyen con el armado del arete", explica la maestra Martínez. Para confeccionar los aretes se utiliza la antigua técnica de "cera perdida". Los diseños datan de los siglos XVIII y XIX Y están, casi en su totalidad, inspirados en la simbología católica, imperante en aquellos años.

En sus trabajos, el taller de Tlaxcala representa elementos de la naturaleza: pájaros, garzas; frutales: granada, uvas y hojas de parra, y flores, como rosas y margaritas. Hay, además, figuras de cruces, manos, moños y llaves. Actualmente, en el taller se hacen diez modelos de art nouveau provenientes de Francia, pero que fueron muy populares entre la sociedad mexicana de la primera mitad del siglo XX. Muchas de las piezas que ahora se producen en el taller originalmente fueron de oro. Hoy cobran, a través de la plata, una nueva vida, salen del anonimato para ser objeto de ornato accesibles. Prolongación del pasado, estos aretes son la respuesta a un sentimiento muy pocas veces resuelto: la nostalgia.

 

Breve historia de los emojis

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 22 Agosto 2016 Visto: 3700

 emojisAndrea Tamayo. Algarabía
De Japón para el mundo.
La palabra emoji proviene del japonés ‘e’ que significa ‘imagen’; y ‘moji’, que significa ‘letra’ o ‘carácter’. Así se les llama a los pequeños pictogramas que hoy en día utilizamos a través de la comunicación digital para complementar nuestros mensajes y expresar ideas o emociones.
Shigetaka Kurita creó los primeros 176 emojis en 1999 para ntt Docomo, una empresa japonesa de comunicación móvil. Su inspiración fue el manga—caricatura japonesa— donde se representan conceptos con un símbolo, así, el amor se representa a través del emoji corazón sin tener que escribir una letra.
Por ello, las personas comenzaron a escribir frases completas a través de estos símbolos.

Estos pequeños símbolos de 12x12 píxeles se utilizaron por primera vez en Japón en la década de los noventa para resolver, entre muchas otras cosas, la complejidad de su lengua escrita, difícil de utilizar en un teclado.
Ante el éxito, empresas como Apple empezaron a incorporar a sus dispositivos los famosos pictogramas y en poco tiempo estuvieron en los celulares y tabletas de todo el mundo.
Raíces
Es lógico que, si los emojis nacieron en Japón, muchos de ellos estén relacionados con dicho país asiático.
Uno de ellos es el emoji llamado «Serpentina de carpas»; una bandera con dos peces de color azul y rosa conocido en Japón como koinobori. En entrevista con el portal de noticias español Verne, Kurita explicó que el pictograma refiere a una celebración japonesa del día del niño donde cada cinco de mayo se adorna con estas banderas para desear buena suerte.
Jeremy Burge, el fundador de Emojipedia—un diccionario virtual de emojis—explicó para BBC Mundo que, a pesar de que es el único que no aporta un significado concreto a los pictogramas, el hecho de que tengan un nombre oficial brinda varias pistas.
Otro ejemplo es el trío de emojis del mono tapándose los ojos, otro las orejas y el último la boca. Éstos se llaman «El mono de no ver el mal», «El mono de no oír el mal» y «El mono de no hablar el mal». Su nombre oficial indica su posible origen; un proverbio japonés que dice «No ver el mal, no oír el mal, no hablar el mal».
En el santuario sintoísta Toshogu, en el norte de Tokio, hay tres esculturas de monos bastantes similares a estos peculiares emojis.

El caso del emoji llamado «mujeres con orejas de conejo», en el cual, efectivamente, aparecen dos mujeres con un leotardo negro y un par de orejas del mismo color, de acuerdo a Emojipedia este pictograma representa a los Kemonomimi, humanos con características animales que aparecen en la animación japonesa.
En el noroeste de Japón existe la costumbre de recibir al año nuevo con un ritual donde un demonio llamado Namahage –personificado por hombres en máscaras— amenaza con llevarse a los niños de los pueblos si no obedecen a sus padres. La máscara de Namahage es de color rojo con una mueca de dientes puntiagudos y desordenados, una gran nariz y, algo que no podía faltar en cualquier demonio, un par de cuernos.
Probablemente ya la conoces pues, aunque no lo creas, forma parte de los emojis de nuestros dispositivos móviles. Este emoji lleva el nombre de «Ogro Japonés» y fue aprobado en 2010 por el sistema Unicode; un consorcio de codificación que unifica los pictogramas y sus nombres oficiales.
Apropiación de los emoji
Los orígenes japoneses de los emojis no implica que las personas le den el mismo significado. Sería raro que alguien de otro país los utilice para el mismo fin pues no pertenece a la cultura ni al contexto japonés con el que fueron hechos inicialmente.
Entonces, ¿por qué todo el mundo los utiliza? Aunque no haya una sola respuesta, una es que los emojis son símbolos susceptibles a ser interpretados por cada persona como se le antoje.
Los emojis han alcanzado un grado de interpretación propio del lenguaje; al igual que una palabra puede tener distintos significados según el contexto, así ocurre también con los emojis.
Eso es lo que los vuelve tan eficaces a la hora de comunicarnos, las combinaciones e interpretaciones infinitas.
El creador de los emojis piensa igual, pues en una entrevista agregó:
«No creo que exista un uso correcto o incorrecto del emoji. ¡El uso es libre!»

 

José Agustín, el escritor de la chaviza

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 22 Agosto 2016 Visto: 2780

jose agusitnEl autor de casi una cuarentena de obras, recibió el homenaje que ayer sus amigos y colegas le celebraron a propósito de los 50 años de la primera edición de su novela De perfil
SONIA ÁVILA. EXCÉLSIOR
Bellas Artes fue sede del homenaje al escritor José Agustín por los 50 años de la primera edición de su novela De perfil. Foto: Notimex
CIUDAD DE MÉXICO.

José Agustín: el eterno joven, el escritor de la chaviza, el literato desenfadado, el reinventor del lenguaje narrativo, el relator del misterio de la vida. Ese, el autor de casi una cuarentena de obras, recibió feliz el homenaje que ayer sus amigos y colegas le celebraron a propósito de los 50 años de la primera edición de su novela De perfil. Y con esa sonrisa de juventud regaló decenas de autógrafos a sus lectores, los que llegaron puntuales al Palacio de Bellas Artes, e hicieron fila para hacerse una selfie.

La ceremonia fue festiva. Así la hicieron los escritores Rosa Beltrán, Enrique Serna y Juan Villoro encargados de elogiar la obra del novelista, dramaturgo y ensayista vinculado a la llamada literatura de la Onda. Aunque fue inevitable el velo de pesar por la muerte de Ignacio Padilla cuando Mauricio Montiel Figueiras, coordinador de Literatura del INBA, pidió un minuto de silencio en honor del novelista fallecido la madrugada del sábado pasado.

De vuelta al festejo, la escritora y catedrática Rosa Beltrán inició el ejercicio de memoria al contar cómo por recomendación de Huberto Batis leyó De perfil, y descubrió un uso del lenguaje que hace de la cotidianidad algo sobrenatural: “A partir de la obra de José Agustín la literatura mexicana dio un giro de 360 grados. La novedad consistió en crear un lenguaje y un universo que consistía no sólo en reproducir los temas de los jóvenes y narrar desde su punto de vista, sino un manejo portentoso del idioma que imita los giros, los gestos, las máscaras”, recalcó.

Para Beltrán la narrativa de José Agustín se distingue por los tropiezos en los que cae el lector y entonces lo obliga a hacer una lectura profunda sin dejar el carácter lúdico del “eterno joven”. En ello coincidió Enrique Serna al definir al autor de La Tumba y Ciudades desiertas como un personaje desenfadado. Por el manejo de la jerga juvenil de la década de los 60, y también porque removió en el alma de una generación inmersa en la complejidad de la modernidad: drogas, violencia, rebelión. Y en gran medida a esto responde la vigencia de sus novelas.

“Cuando un escritor joven escrudiña a fondo su propia alma, los lectores de nuevas generaciones se sienten reconocidos en sus personajes”, refirió el también ensayista, y abundó que la misión secreta del festejado es vincular la carne con el espíritu, la poesía con la prosa y el ahora con la vida eterna.

 

Brasil, el gigante mestizo de Sudamérica

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 22 Agosto 2016 Visto: 2805

brasilLa biografía no autorizada de este personaje representa un viaje por más de 500 años de historia a través del trabajo de investigación de Lilia M. Schwarcz y Heloisa M. Starling

FRANCISCO DOMÍNGUEZ. EXCÉLSIOR

"Brasil. Una biografía", la historia de un país que es mucho más que futbol y samba (Fotos: Cortesía Debate)
CIUDAD DE MÉXICO.

"Brasil.
Mi Brasil brasileño, mi mulato bribón, te voy a cantar en mis versos,
Brasil que das samba, balanceo que hace mecerse,
Brasil de mi amor, tierra de Nuestro Señor,
Brasil, Brasil,
para mí, para mí".

El primer verso de la emblemática canción Aquarela do Brasil, escrita en 1939 por el compositor Ary Barroso (Minas Gerais, Brasil, 1903), le canta al país amazónico como si éste fuera un personaje, el cual goza de un pasado que quedó plasmado en las páginas de un colorido libro que encierra la historia en diversas tonalidades del gigante sudamericano.

Brasil. Una biografía, es un completo trabajo de la antropóloga Lilia M. Schwarcz y la historiadora Heloisa M. Starling que presenta los pasajes por los cuales pasó este territorio para situarse como una nación en auge.
Desde tierras brasileñas, Heloisa M. Starling platicó con Excélsior sobre esta obra, editada en México por Debate, y los panoramas sociales de este país, centrado por los reflectores internacionales debido a la realización de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro.

La razón de ser de este trabajo, vastamente documentado y elaborado con un lenguaje atractivo y digerible, nació “porque Brasil es un personaje difícil de capturar, es un personaje complejo y nosotros queríamos hablar de Brasil en diferentes ámbitos. Queríamos hablar de los grandes personajes de la historia y encontrar a aquellos anónimos que de repente entran a escena y marcan la diferencia”, refirió la autora.

Esclavos en una plantación de café en 1882.

Brasil tiene muchas historias y queríamos pensar en ese personaje antiguo que haya vivido momentos de generosidad y momentos de crueldad y violencia. Por eso hicimos esta biografía no autorizada”.

El proceso de investigación para realizar el texto, Murdel Starling lo definió como “bueno, porque nos encontramos con personajes increíbles que no conocíamos”, y consideró importante descubrir los anales de esta república, no sólo para los brasileños.

“Brasil está viviendo momentos de una crisis política muy profunda. Los brasileños que conozcan su historia pueden hacerla distinta el día hoy. Podría ser un buen estímulo [...] comprender la historia para otras culturas, sirve para que la gente conozca de nuestro pasado y pueda construir su presente con otras alternativas, con más recursos, para comprender y enfrentar las crisis”.

“Abre el telón del pasado,
saca a la nana de su encierro,
pon al rey Congo en el congado,
Brasil, Brasil”.

El libro, reflejo de las grandes dimensiones y riqueza de ese territorio tropical, toca sensibles fibras de un tejido social que tiene, como uno de sus orígenes, la esclavitud y diferencia de razas, factor que también dio lugar a la amplia gama cultural con la que cuenta Brasil hoy en día.

Heloisa M. Starling consideró que el pueblo brasileño no ha logrado aprender la lección que dejaron consecuencias a lo largo de su historia en este rubro.

Cuando Lilia (Moritz Schwarcz) y yo pensamos en abordar el pasado, encontramos temas permanentes que impactan muy fuerte a la sociedad brasileña hoy: una, las consecuencias de esclavitud y el racismo [...] hay mucho racismo disimulado y una intolerancia racial muy grande, una profunda desigualdad. Otra, es la violencia de la sociedad brasileña, que tal vez proyecta una imagen amable, pacífica, simpática; más o menos porque es una sociedad muy violenta”, comentó. “Brasil es un país de racismo disimulado, no es como en Estados Unidos, las prácticas racistas de Brasil son escondidas, por eso mismo es más difícil combatirlo”, reveló en ese mismo tenor.

Pese a este particular rasgo que aún no puede ser superado, la autora destacó un lado positivo que se ha conseguido: “El enorme esfuerzo del pueblo brasileño a lo largo de la historia para construir su libertad. Un esfuerzo del pueblo brasileño para construir su verdad, con la construcción de asociaciones, de movimientos, enfrentamientos con el estado autoritario que tiene consecuencias en la creación de la democracia brasileña [...] Brasil es capaz de enfrentar con coraje el racismo y la profunda desigualdad social”.

Luiz Inácio Lula da Silva dando un discurso en 1979.

Previo a comenzar a explorar por las páginas de este volumen, se puede leer, más que una advertencia, la aclaración que nos introduce a un texto alejado del futbol y la samba, ingredientes característicos de ese país. Sin embargo, en cuestiones de identidad, la también profesora titular de la Universidad Federal de Minas Gerais destacó el factor cultural en general.

Es un país con una riqueza cultural extraordinaria. Es una forma de responsabilidad que tiene por la capacidad de transformar y producir una cultura riquísima y muy propia. Brasil se presenta al mundo como un país capaz de mantener su imagen democrática construida con mucho esfuerzo por la sociedad brasileña y más en estos momentos de crisis política”.

"Brasil.
Tierra buena y sabrosa, morena coqueta, de mirar indiferente,
Brasil, que da verde, para que el mundo admire,
Brasil, mi amor, tierra de Nuestro Señor,
Brasil, Brasil,
para mí, para mí".

Brasil, el personaje, es un orgulloso mestizo que presume su mezcla cultural, criado en cuatro cunas que le dan las credenciales necesarias para diferenciarse de los demás países de América Latina.

Él es tres o cuatro cosas tal vez: él es americano, naturalmente; es africano, europeo y es también indígena. Esa es la manera como el brasileño se presenta, con ese mestizaje que le dio origen por medio de mucha violencia”.

“Brasil fue constituido, junto a su cultura, a partir de un proceso de conquista de los portugueses y sus características, que produjo consecuencias que los demás países de América Latina no tienen [...] las formas de expresión de Brasil y las cualidades de los africanos que fueron esclavizados, formaron aquí una cultura negra con características muy fuertes, con una cultura afro-brasileña que nos impacta diferente al resto de América Latina”, realza la historiadora sobre la esencia de los brasileños que sobresale del resto de los territorios conquistados por los españoles.

Brasil. Una biografía, retrata, da vida a los actores que formaron esa república, los rasgos de sus habitantes y la idiosincrasia que los domina, sus avances, sus retrocesos, los brillantes y los opacos episodios que permiten entender a este país que seguirá siendo protagonista del Siglo XXI.

Creo que la historia de Brasil afecta simultáneamente a otros. Es una historia con profundo significado de la construcción de la libertad”.

Datos que las autoras revelan en el grueso libro, de portada llamativa con los colores de su bandera, refieren que Brasil recibió el 40 por ciento de los africanos que abandonaron su continente para trabajar como esclavos en la América portuguesa, sumando alrededor de 3,8 millones de inmigrantes. Hoy en día, con el 60 por ciento de su población compuesta por pardos y negros, puede considerarse el segundo país africano más poblado después de Nigeria.

Siento mucho placer de ser leída por los mexicanos. Yo confío que la historia de México, con todas sus características, no es tan diferente (a la de Brasil) y espero que los lectores de México y Brasil tengan presente la información sobre sus historias”, finalizó Heloisa M. Starling.

 

Samuel Beckett o la lucidez del absurdo

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 22 Agosto 2016 Visto: 3443

semanalPOR XABIER F. CORONADO. LA JORNADA
Absurdo es lo desprovisto de propósito... Separado de sus raíces religiosas, metafísicas y trascendentales, el hombre está perdido, todas sus acciones se transforman en algo falto de sentido, absurdo, inútil.

Eugène Ionesco

Generalmente, los autores que integran una corriente literaria tienen una percepción común de la realidad y coinciden en su forma de expresarla. En el ecuador del siglo pasado surgió un movimiento que profundizaba la ruptura de esquemas que habían provocado el dadaísmo y el surrealismo –Tristan Tzara, André Breton, Louis Aragón–, experimentando con otras maneras de narrar. Esta corriente fue denominada por el periodista y crítico literario Martin Esslin como Teatro del Absurdo, por ser en la dramaturgia donde creó escuela.

El Teatro del Absurdo tiene sus raíces en la tradición cultural de Occidente; los autores más representativos de esta tendencia teatral vivieron en París en la década de los años cincuenta del siglo pasado y escribieron sus obras en francés, a pesar de que para algunos no era su lengua materna. Entre ellos se encuentran Samuel Beckett, Jean Genet, Eugène Ioneco, Arthur Adanov, Fernando Arrabal y Harold Pinter; dramaturgos que hallaron motivación teórica en los textos de Antonin Artaud, El Teatro y su doble (1938), y las ideas que sobre lo absurdo de la situación del ser humano desarrolló Albert Camus en su ensayo El mito de Sísifo (1942). Sin embargo, frente al discurso filosófico y racional de Camus y la corriente existencialista, estos autores eluden racionalizar sobre el absurdo de la condición humana, limitándose a representarla en escenas teatrales explícitas.

Entre los autores integrantes de este movimiento destaca la figura de Samuel Beckett (1906-1989), escritor de origen irlandés, creador de una obra singular que abarcó todos los géneros y cimbró las viejas estructuras literarias.

Formación y ruptura

Los filósofos y pensadores proponen una salida y yo sentía que no la había. La solución es la muerte.

S. Beckett

Samuel Beckett publicó poesía, narrativa y teatro; también escribió obras para radio y televisión, guión cinematográfico y ensayos críticos. Recibió una educación esmerada, primero en la Portora Royal School, donde también se había formado Oscar Wilde, y luego en el Trinity College de Dublín, para estudiar Lenguas Romances. En 1928 ejerce como lector de inglés en París, ciudad donde se hace amigo de James Joyce, con quien colabora en temas literarios (Work in Progress). A partir de 1929, Beckett inicia como escritor un camino de exploración filosófica y artística que pretendía establecer correspondencia entre lo clásico y lo contemporáneo. Ese año publica su primer relato, “Assumption”, y un ensayo crítico titulado “Dante... Bruno. Vico... Joyce”, que respalda el trabajo literario de su amigo en un libro dedicado a su obra. También conoce a w.b. Yeats en 1930, con quien mantendrá una cercana relación profesional. Sus primeros poemas se inspiran en otros autores (Dante, Descartes, Goethe) y, en 1931, publica en Londres un estudio crítico sobre Marcel Proust.

Beckett viaja por Francia, Alemania e Italia, relacionándose con personas de todo tipo que le servirán de modelo para crear sus personajes. En esta época trabaja haciendo traducciones del francés e italiano, hace reseña de libros y escribe artículos en revistas literarias como Dublin Magazine y Bookman, donde publica un trabajo sobre poetas irlandeses contemporáneos (“Recent Irish Poetry”).

Su primer volumen de relatos, More Pricks Than Kicks (1933) publicado en Londres, fue censurado en Irlanda por su título inmoral. En 1935 edita en París Echo’s Bones, trece oscuros poemas en inglés de una erudición casi incomprensible por sus referencias literarias y personales. Tras un texto fallido, que no encontró editor, participó directamente en la publicación de su primera novela: Murphy (1938), una de sus narraciones más acabadas y mejor estructuradas. En esta etapa, Beckett plantea temas como la subjetividad del tiempo, la muerte, el desasosiego y la falta de sentido de la vida, que serán tratados de diferentes maneras a lo largo de toda su obra.

Este primer período de creación literaria, lleno de avatares y rechazos, finaliza en 1937 cuando decide abandonar definitivamente Irlanda. Beckett se marcha a vivir a París, lo que supondrá una ruptura total con su vida y su trabajo anterior. A partir de 1946 prescinde del inglés y adopta el francés como lenguaje literario. El cambio de idioma es un tema que el autor ha explicado como una huida de la lengua inglesa –“porque en ella no se puede escribir poesía”– y de sus fantasmas familiares y culturales; también afirmaba que “en francés es más fácil escribir sin estilo”. En definitiva, Beckett hizo suya la recomendación del filósofo historicista italiano Giambattista Vico: “Todo aquel que quiera brillar como poeta tiene que desaprender su lengua nativa y volver a la mendicidad prístina de las palabras.”

La obra posterior de Beckett abandona el estilo docto y sombrío de sus textos en inglés y se concentra en simplificar el lenguaje: “Comprendí que mi camino era el empobrecimiento, la renuncia y emancipación del conocimiento; era restar más que sumar.” Busca temas más acordes con su inquietud personal, rompe formas de expresión establecidas y experimenta con las palabras y los géneros literarios. Su producción poética en francés se abre con Poémes, 1937-1939, y Six Poémes, 1947-1949, posteriormente se cierra con los versos mínimos y concisos de Mirlitonnades (1978). En su lengua adoptiva escribe sus mejores páginas, una serie de textos que ya son clásicos dentro de la literatura universal: la trilogía narrativa que incluye las novelas Molloy (1951), Malone muere (1951) y El innombrable (1953), así como las obras de teatro Esperando a Godot (1952) y Fin de partida (1957).

Beckett da categoría de arte a un lenguaje y una estructura que se sublevan contra criterios arraigados en literatura. Abre los límites de la novela constriñéndola en espacios sin puntos de referencia, restringidos hasta la asfixia. Plantea un teatro donde el texto trasciende el escenario, dramas que se representan sin solución de continuidad, como círculos concéntricos que se reducen a medida que su propia obra evoluciona.

Las historias de Beckett se mantienen en espera de un final que nunca acontece: “todo proseguirá a solas, hasta que llegue la orden de detenerlo todo”. En ellas los personajes pronuncian sus diálogos en un discurso ininterrumpido sin posibilidad de síntesis final. Un insistente movimiento de palabras y frases entre silencios cada vez más amplios; textos en crisis que rozan el sinsentido y determinan el entorno hasta lo absurdo. Basta leer sin respirar los párrafos vírgenes de puntuación de Cómo es (1961), obra que culmina el proceso narrativo de Beckett, donde la anónima voz referente afirma: “no busco ni un lenguaje a mi medida a la medida de aquí no busco ya nada”, y logra escribir “de un tirón ni un punto ni una coma ni un segundo que permita reflexionar”.

El lenguaje en expresión mínima, desnudo, como una letanía monocorde, carente de ritmo, incoherente, como palabras en un suspiro. Una literatura sin certezas que, como manifiesta Theodor w. Adorno en un estudio sobre Beckett, nos obliga a aceptar que “no significar nada se convierte en el único significado” (Notas sobre literatura).

La obra de Beckett es un trabajo progresivo en búsqueda de conocimiento, sustentado en continuas exploraciones filosóficas y narrativas: desde Dante, Descartes, Vico o Arnold Geulincx, hasta Proust y Joyce. En 1969 le conceden el Nobel de Literatura por el conjunto de una obra que, “renovando las formas de la novela y el drama, adquiere su grandeza a partir de la indigencia moral del hombre moderno”.

En su última etapa creativa ensaya nuevos formas dramáticas para radio, cine y televisión, recopiladas posteriormente en Quad y otras piezas para tele-visión (1993). Continúa su experimentación literaria en textos como Not I (Pas moi), “pieza para una boca” (1972), y muchos otros que son recopilados en el volumen Rockbay and Other Short Pieces (1981). Dirige obras de teatro en diversas ciudades europeas y continúa escribiendo hasta 1989, año de su muerte, en que publica Soubresauts, El mundo y el pantalón y el ensayo Peintres de l’Empêchement. Su último poema, “What is the Word” (Comment dire), fue escrito en el asilo de París, donde falleció el 22 de diciembre.
Absurdo y realidad

La escritura me ha llevado al silencio.

Samuel Beckett
Samuel Beckett desarrolla en su obra una visión filosófica oscura y desamparada sobre la naturaleza del ser. Sus novelas son complejas, difíciles para el lector: Molloy, por ejemplo, es un monólogo de más de cien páginas escrito en un solo párrafo. Un modelo narrativo con antecedentes en Kafka y en Camus, que ha influenciado a autores como Thomas Bernhard y Peter Handke.

Beckett creía en las posibilidades de la acción verbal como soporte dramático: “La mejor obra posible es una en la que no haya actores, sólo texto. Estoy tratando de escribirla”; y a la vez era consciente de la evidente incapacidad del lenguaje como instrumento para relatar una experiencia, “un intento por comunicar lo imposible”. Aprendió a concebir su trabajo como una complicada misión al servicio de la literatura, se esforzaba por plasmar en sus textos, con la lucidez y el oscuro humor personal que le caracterizan, la absurda realidad que todos compartimos.

Wittgenstein plantea que “los límites del mundo son los límites del lenguaje”, y sólo puede ser evocado a partir del material reelaborado que él mismo nos ofrece. El marco que establece el silencio es la única oportunidad de constatación de la realidad, porque cada vez que hablamos o escribimos usamos palabras y pensamientos de otros, construimos nuestro entorno a través de discursos ajenos. Beckett se vale de Molloy para expresarlo con claridad: “En mi opinión, todo lenguaje es un error de lenguaje.”

Para Samuel Beckett, la realidad es el mundo creado por un lenguaje que ya no puede aportar sentido, la dialéctica de su obra busca la coherencia de ese sinsentido a través del diálogo absurdo que desarrollan sus personajes, caracteres extremos fuera de lo común pero, a la vez, tan sencillos y contradictorios como cualquiera de nosotros. Por eso nos identificamos y no podemos dejar de leer esas historias absurdas que reflejan el desatino de la realidad. Al igual que sus personajes –de Vladimir y Estragon al primitivo Murphy, pasando por Hamm y Clov; Morán/Molloy, Malone, el innombrable y todos los que no tienen nombre– nosotros también estamos esperando a Godot, que no es otro que la propia muerte: “dormir hasta la muerte/ nos cura siempre/ ven a aliviar/ esta vida este mal.” (“Canción”). Porque Beckett sabía que la muerte era la solución y nos dejó escritas, de manera genial y terminante, escenas en donde sus personajes, forzados a cruzar “esos largos umbrales movedizos”, recapitulan en voz alta antes de enfrentar el acto final.

La obra literaria de Samuel Beckett puede ser clasificada como nihilismo extremo y activo. Literatura con personalidad, descarada y escandalosa para algunos, que impresiona por una simplicidad lingüística que tiende al silencio. Una obra que se va condensando a medida que se desarrolla y que, por encima de todo, es sincera: con su propuesta, con su mensaje y con la entrega a un trabajo arduo que busca crear espacios donde exponer a la luz la absurda realidad humana. Por eso inquieta y produce controversia, porque al leer sus textos descubrimos una relación directa con nuestra propia manera de vivir.

Los humanos somos seres incapaces de descubrir nuestro papel en el mundo, no sabemos contestar los grandes interrogantes que asedian nuestro intelecto. Una posibilidad de respuesta es la revelación que nos transmite Samuel Beckett a través de sus escritos, que se debaten entre la metáfora y la alegoría, que sólo pueden ser leídos e interpretados “como puros sonidos, libres de toda significación” (Molloy).

Samuel Beckett nos legó una obra literaria que es el intento más incoherente, pero al mismo tiempo el más lúcido, de responder la pregunta clave que siempre hemos querido contestar y nunca pudimos. Beckett establece la respuesta con un lenguaje carente de significado, incapaz de mantener un marco referencial porque, como nuestra sociedad actual, ha anulado la correlación entre contrarios. A través de ese lenguaje en el que ya no cree, nos entrega su forma de manifestar la desesperanza y el desequilibrio que embargan a la humanidad: la literatura del absurdo. Un discurso narrativo que, aferrado al intrascendente sentido de la vida, trasciende al denunciar que la existencia en este mundo es un absurdo cada vez más incomprensible•

 

Ana Maribel pide apertura al nuevo gobierno

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 20 Agosto 2016 Visto: 2927

5370p12Publicado por Víctor Hugo Varela Loyola. LA JORNADA DE ORIENTE

A través de obras de arte, Ana Maribel Tlacuilo Rojas busca devolver a la población tlaxcalteca lo que ha recibido a través de los cursos de capacitación que ha recibido de manera gratuita en diversas disciplinas. Foto:Alejandro Ancona/La Jornada de Oriente
Con obra de arte, Ana Maribel Tlacuilo Rojas busca devolver a la población tlaxcalteca lo que ha recibido a través de los cursos de capacitación que ha recibido de manera gratuita en diversas disciplinas, sin embargo, para ello también pide a las autoridades que entrarán en funciones a partir de enero próximo que respalden a la comunidad artística de la entidad.

Se trata de que autoridades y artistas y creadores trabajen de manera corresponsable y coordinada para dar a la ciudadanía cultura y arte, asienta la integrante de la Red Comunidad de Teatro de Tlaxcala, quien asegura que el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura (ITC) ha respaldado a este sector de la población.

Sin embargo, observa que como Red Comunidad de Teatro de Tlaxcala “ya estamos organizados para, sobre todo, ser corresponsables con las autoridades para que no se les deje solo a ellas la decisión de abrir una escuela de teatro o de impartir cursos en esta disciplina “o de lo que nos haga falta”.

Refiere que la Red Comunidad de Teatro de Tlaxcala cuenta con un directorio –que fue elaborado hace dos años– de 20 compañías, aunque aparte hay personas que trabajan de manera independiente en esta profesión.

De las 20 agrupaciones, 10 se dedican al 100 por ciento a la actividad teatral, “es decir, que están ensayando o elaborando obras, los demás tenemos otra profesión, sí nos entregamos al 100 por ciento en lo que hacemos, pero también desarrollamos otras actividades”, explica.

Para Ana Maribel es importante que la comunidad artística se organice para proponer proyectos de trabajo. En el caso de actores y directores de teatro, asegura, ya lo están haciendo.

“Ahorita nos hemos estado reuniendo cada mes, que sí es difícil en el aspecto de los grupos, porque todos tienen mucho qué hacer, pero nos hemos reunido para decir cuáles son las necesidades de grupo, de profesión y no solamente los grupos que ya están formados, sino jalar a los jóvenes, hay gente muy joven que quiere dedicarse a esta profesión”, asienta.

“En determinado momento, empieza con bases muy sólidas en los talleres y después busca otra opción, son impulsados para irse a otra parte, porque en estos momentos no se cuenta con una escuela, pero nos estamos organizando para que en el futuro pueda haber estos espacios”.

–¿Ya se han acercado con las autoridades electas para hacer alguna propuesta en materia cultural?

–Algunos integrantes de la Red que estuvieron trabajando con capacitación, que es otro rubro que nos han abierto las puertas para decidir qué es lo que queremos, se acercaron con los candidatos para darles propuestas.

“Creo que sí hemos repartido las funciones, no todos estamos en el mismo lugar, pero todos estamos interesados en trabajar de forma corresponsable, no solamente, como decía al principio, dejarle todo a ellos para que lo hagan, no, nosotros somos responsables de lo que aquí se haga en artes escénicas”, indicó Ana Maribel.

Ana Maribel representa a la comunidad teatral
–¿Se ha impulsado el teatro en la entidad?

–Yo creo que sí, desde 2012 nos comenzaron a dar capacitaciones en el área de gestión cultural, se impulsaron cursos en el ITC y nos ayudó para conocernos entre nosotros y organizarnos.

“Nosotros tenemos una profesión a parte de esta labor social, que es muy grande, y creo que todos esos cursos que nos dieron investigadores muy importantes, sobre todo a compartirnos las herramientas que se están utilizando en la actualidad para gestionar y para abrir espacios. Eso no solo nos impulsó, sino que nos relacionó, porque estuvimos en un salón donde platicamos nuestras ideas, de cambiar cosas que no nos gustan, de implementar acciones artísticas entre redes, no solo la de teatro, sino de otras disciplinas”.

–¿Qué le pediría al próximo gobierno?

–Que siga impulsándonos.

“Creo que también nosotros ya ganamos cierta fuerza, porque sabemos que podemos hacer cosas juntos y generar desarrollo, pero creo que sí es necesario que siga esa apertura y corresponsabilidad de parte de las autoridades, para poder ejercer los recursos públicos que son de todos y poderlos regresar a la comunidad a través del arte.

“Y mover la conciencia, el cerebro, el corazón, creo que es una de las cosas que tenemos bien claro en la Red Comunidad de Teatro, donde no sólo hay de teatro sino de danza que se integraron a los talleres, queremos llegar a hacer un trabajo conjunto con toda la comunidad artística de Tlaxcala”.

Por ello, Ana Maribel insiste en que lo que pide a las nuevas autoridades es “que sigan con la apertura que ha habido hasta este momento, de trabajar en conjunto”.

 

Rinden homenaje a Gabo con billete en Colombia

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 20 Agosto 2016 Visto: 2728

homenaje a gaboLa Jornada
Bogotá. Autoridades monetarias de Colombia pusieron a circular desde hoy el nuevo billete de 50 mil pesos con la imagen de Gabriel García Márquez (Gabo) como un homenaje póstumo al Premio Nobel de Literatura.
El billete que puso en circulación el Banco de la República (Emisor) tiene incorporadas tintas e hilos de seguridad de colores intensos con efectos de cambio de color y movimiento que facilitarán su identificación.
La denominación rinde homenaje al Nobel de Literatura Gabriel García en cumplimiento a la Ley 1741 de 2014 y a los indígenas del departamento del Magdalena, en el caribe colombiano, en donde está ubicado el municipio de Aracataca, cuna del autor de Cien Años de Soledad.

 

Cómo fabricar una almendra

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 20 Agosto 2016 Visto: 2833

fabricar almendraAlgarabía
Dr. Ian Q. Carrington

Si todos los cultivos modernos proceden de especies silvestres, ¿cómo y cuándo ocurrió su transformación? ¿Por qué fue más fácil domesticar plantas con frutos que encinas? ¿Cuáles fueron las primeras especies en ser domesticadas para su cultivo? Éstas y otras preguntas son la guía de este artículo.
Desde que la alimentación se volvió sofisticada y los paladares exigentes buscaron sabores «nuevos», se han puesto de moda las recetas con alimentos silvestres. Esto se ha acrecentado con la idea de «volver a lo natural» —sea lo que eso signifique—, de «no consumir transgénicos» y con otras románticas ideas sobre «el equilibrio del mundo», que están más vinculadas con campañas mercantiles que con la historia biológica de las especies.
La mayoría de los datos que aquí se presentan sobre el origen de la agricultura, están basados en las investigaciones que ha realizado el eminente fisiólogo y biólogo evolutivo Jared Diamond, durante más de 30 años de trabajo dedicado al origen de las civilizaciones.
Letrinas: primeros laboratorios agrícolas
Antes de hablar del «nacimiento de la agricultura», hay que considerar que los seres humanos sólo somos una especie más de las miles que han servido de transporte al proceso de reproducción de las plantas. Éstas han desarrollado mecanismos para diseminar sus semillas, que van desde dejarse llevar por el viento, los insectos u otros animales —como los pájaros y las ardillas—, hasta sobrevivir largas travesías marinas, recorrer el sistema digestivo de elefantes o rinocerontes —y ser desechadas varios kilómetros más adelante, con «abono integrado»— o permanecer latentes durante varias décadas, e incluso cientos de años, en espera del momento oportuno para germinar.
Cuando el ser humano comenzó a establecerse en lugares fijos para formar grupos tribales, no tardó en darse cuenta que sus desperdicios —propios y de todo cuanto no llegaba a consumir: frutas podridas, animales muertos, etcétera—, debía mantenerse a cierta distancia de donde realizaba sus actividades cotidianas.
Por ello, las letrinas y los depósitos de basura primitivos se convirtieron en los primeros laboratorios de la incipiente agricultura.
Alguien se dirige a una letrina tribal y, como no hay mucho más que hacer —y, como hasta ahora, a unos esta labor les tomaría más tiempo que a otros—, lo único que le resta es observar su entorno mientras «obra lo mejor que puede»; así se podría descubrir el incipiente crecimiento de algunas plantas en —o alrededor— de la rústica letrina, y que luego alguien decidiera cambiar la planta de lugar y esperar a que ésta creciera lo suficiente para saber en qué se convertiría.
«Verde, que te quiero verde...»
Son incontables las plantas que adaptaron sus frutos para ser comidos y diseminados por determinadas especies; por ejemplo: las fresas se acoplaron a los pájaros, las bellotas a las ardillas, los mangos a los murciélagos y algunos juncos a las hormigas. Además, las plantas han evolucionado para indicar qué debe ser comido y en qué momento; por ejemplo, los frutos todavía verdes son ácidos —como los de las fresas— pero una vez que sus semillas están listas para germinar en otro lado, la fruta atrae a los animales con olores y sabores dulces para que las consuman y arrojen las semillas lo más lejos posible de su lugar de origen.
Sin embargo, no en todas las especies los mecanismos de reproducción son idénticos: existen semillas, como las almendras silvestres, que no buscan ser comidas por nadie y esperan llegar, directo y sin escalas, a la tierra.
Para lograrlo, decenas de especies de almendras contienen una sustancia llamada amigdalina que, al consumirse, produce un veneno —el cianuro—, y la forma de reconocer este mortal ingrediente es por medio de su intenso sabor amargo.
Selección «a conciencia»
A diferencia del resto de los animales que sirven de vehículo a las plantas para dispersar sus se
millas, el ser humano ha seleccionado las plantas de forma consciente. Si un cazador-recolector sólo puede cargar cierto número de semillas o frutos, es más práctico que sólo elija los más grandes, los de mejor sabor y, sobre todo, los que no le ocasionen enfermedades o la muerte.
Entonces, ¿cómo fue que se comenzaron a cultivar las almendras, si en su estado silvestre son venenosas?
Algunos ejemplares esporádicos de almendros contienen una mutación en un solo gen que les impide sintetizar la amarga —y mortal— amigdalina. Estos árboles se secan en estado silvestre sin dejar progenie alguna, porque las aves descubren sus semillas y se las comen, pero algunos niños curiosos —o hambrientos—, hijos de agricultores primitivos, al mordisquear plantas silvestres que hallaban, tal vez descubrieron esos almendros de frutos no amargos. Esas almendras no amargas son las únicas que los antiguos agricultores habrían plantado involuntariamente entre sus montones de desperdicios, y más tarde a sabiendas en sus huertos.
Inventario de especies adaptadas
Aunque el tamaño y el buen sabor son criterios básicos para seleccionar plantas silvestres, también fueron elegidos los frutos carnosos o sin pepitas, las semillas oleosas y las fibras largas. Poca o ninguna carne frutal recubre las semillas de pepinos y calabazas silvestres, pero los primeros agricultores seleccionaron aquellos con más carne que pepitas y así se fueron gestando las especies que ahora consumimos.
Los primitivos agricultores seleccionaron el ajonjolí, la mostaza, las amapolas y el lino por sus semillas oleaginosas.
Las judías lima, las sandías, las papas, las berenjenas y las coles, figuran entre la multitud de cultivos cuyos antepasados silvestres eran amargos o venenosos; plantas de los que ejemplares esporádicos de sabor suave brotaron cerca de las letrinas aldeanas.
Entre los primeros árboles frutales aclimatados en las regiones mediterráneas figura el olivo, que se cultiva desde cerca de 4000 a.C. por el aceite de su fruto.
En su estado silvestre, las mazorcas de maíz tienen 12 milímetros de largo, pero los agricultores mesoamericanos de 1500 lograron cultivarlas hasta lograr 15 centímetros. Las mazorcas actuales alcanzan los 45 centímetros
Las aceitunas cultivadas no sólo son de mayor tamaño que las silvestres, sino más oleosas. Antes de la reciente aplicación del algodón para obtener aceite, sólo se cultivaba por su fibra para obtener tejidos —tanto en América como en el Viejo Mundo—. El lino y el cáñamo también se cultivaron con este fin pero, a diferencia del algodón, las fibras se obtienen del tallo, por lo que fueron discriminadas por sus tallos más largos y rectos. El lino es otro de los cultivos más antiguos que se domesticó alrededor del 7000 a.C.
Los cambios en la evolución de las plantas silvestres hasta convertirse en cultivos, surgieron de las características que los primeros agricultores podían observar de inmediato: tamaño, amargor, carnosidad, contenido oleoso del fruto y la longitud de la fibra. Al cosechar sólo plantas silvestres con estas cualidades deseables, los pueblos primitivos expandieron, sin saberlo, esas plantas, colocándolas en la vía de su aclimatación.

 

Bartleby, el escribiente, de Herman Melville, en palabras de la escritora mexicana Ave Barrera

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 20 Agosto 2016 Visto: 3117

mistica de la abuliaExcélsior
RAFAEL MIRANDA BELLO/ ESPECIAL
CIUDAD DE MÉXICO.
El escritor estadunidense Herman Melville (Nueva York, 1819-1891) publicó por primera vez, de forma anónima y en dos partes, la novela breveBartleby, el escribiente: Una historia de Wall Street, en la revista Putnam’s Monthly, a finales de 1853. Sin embargo, esta historia que, en opinión de la narradora Ave Barrera (Guadalajara, 1980), “explora un singular rincón del alma humana”, quedaría incluida con ligeras correcciones en el libro The Piazza Tales, que Melville dio a la imprenta en 1856.
A sus páginas, que tienen como parte medular la negativa de Bartleby, “un copista de insulsos documentos legales que, de buenas a primeras, decide no hacer nada”, Barrera llegó cuando estaba en preparatoria: “Compré la edición del sello La nave de los locos, traducida por Borges, tan austera y tan viejita que ya para entonces las páginas eran del mismo color que las galletas María. Como siempre he sido impaciente se me hizo fácil saltarme el prólogo de Borges para ir directo al inicio del libro. Cuando vi que hablaba de oficinas grises, amanuenses pardos y paisajes descoloridos pensé: como que le da un aire a Kafka, ¿no se lo habrá fusilado? A esas alturas de la vida uno se puede permitir cierta ingenuidad”.
Cajón de sastre del pensamiento existencialista, y antecesor de una postura literaria que ahora se reconoce como propia de Kafka y Beckett, Bartleby es un libro que permitió a la escritora jaliscience “tener una aproximación vital a categorías filosóficas que, en abstracto”, dice, “tal vez no hubiera comprendido nunca. No todos nacimos leyendo a Sartre en francés. Me parece que este es uno de los grandes valores de la literatura: aunque no es necesariamente funcional (uno no lee novelas para aprender), uno siempre acaba aprendiendo de las novelas que lee, de convivir con personajes inquietantes”.
Y si bien es una obra en la que el narrador –ese “desconcertado y candoroso patrón que evoluciona a la par del escribiente”– tiene tanta importancia como el protagonista, de acuerdo a Barrera, Bartleby está diseñado para que nos enamoremos de su inexplicable tristeza, de su nihilismo zen. Hay mucha mística detrás de su silencio, de su abulia. Pero con todo y su apariencia, solitaria y gris, es asombrosa la fuerza con que mantiene su postura negativa ante toda petición de su patrón. Con una sola frase (I would prefer not to) rompe con absolutamente todo: la paciencia, la normalidad, una estructura social jerárquica, la lógica, los esquemas de autoridad, de ética, de sentido común”.
La autora de Puertas demasiado pequeñas –con la que ganó el Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo 2013–, reconoce el afecto que tiene por la obra de Melville: “Admiro mucho su capacidad para crear personajes simplísimos (oficinistas, marineros o cazadores de ballenas) cuya sique tiene, no obstante, una profundidad abismal. Creo que lo sabroso de leer a Melville es la posibilidad de ir descubriendo nuevas capas en el significado del texto, conforme nos vemos reflejados en esos personajes. Tal vez no somos balleneros pero todos hemos sentido alguna vez esa rabia extraña que nos hace querer derribarle de un manotazo el sombrero a la gente (pienso en un equivalente moderno para eso y me imagino tirándole el celular a los phubbers que van alienados por la calle). No somos amanuenses pero todos hemos tenido ganas de decir: Preferiría no hacerlo”.
En cuanto a la situación actual del género de la novela corta, Barrera concluye: “Hay una tendencia editorial hacia las novelotas de 300 páginas o más, como si la literatura se valuara por kilo. Sé de casos en que buenas novelas han sido rechazadas por no tener suficientes cuartillas, o bien, los editores le aumentan el tamaño a la tipografía. ¿En serio creen que los lectores somos tan tontos para creer que compramos mucho libro sólo porque es mucho papel? Tasar el valor de una obra literaria por su extensión me parece una tontería. Una novela bien contada se desarrollará en la cantidad de páginas que sea necesario, ni una palabra más, ni una palabra menos”.

 

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