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Cultura y Espectaculos

La marca personal

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Agosto 2016 Visto: 2625

edentidad

Algarabía
¿Para qué nos sirven las huellas digitales a cada uno de nosotros, primates de la especie Homo sapiens?
egunta a quien quieras para qué sirven las huellas digitales y, posiblemente, la primera respuesta en la lista de «Mil mexicanosdijieron» tendrá que ver con identificar a la víctima o al sospechoso de un crimen. Cientos y miles de episodios y películas sobre ciencia forense alguna enseñanza tenían que dejarnos.
Aunque es difícil de creer, si consideramos el uso tan intenso que hacemos de nuestras manos —y de los dedos que hay en ellas—, la explicación más común, reproducida en revistas, libros e Internet, resultó ser un mito.
Cuestión de especie
Es verdad que en nuestros primos, casi hermanos, primates y en nosotros mismos la selección natural ocasionó que nuestras garras se convirtieran en uñas, las puntas de nuestros dedos en almohaditas acolchonadas y suaves de piel o, en otras palabras, en yemas de los dedos; y la piel de las yemas de los dedos en una superficie llena de relieves, conocidas como crestas papilares, y surcos —los surcos interpapilares, dirían los dactilógrafos o expertos forenses en huellas dactilares—, cuya distribución representa un diseño único
para cada uno de nosotros y nos acompaña durante toda nuestra vida.
¿Manos con dedos, yemas y huellas digitales nos dieron a los primates la ventaja evolutiva de poder asirnos de las ramas de los árboles y trepar a éstos cuando el depredador en turno acechaba?
Al considerar las lecciones que la evolución convergente nos proporciona —uno de sus ejemplos más famosos: las aletas, que de manera independiente fueron desarrolladas por tres clases diferentes de animales: peces, reptiles, como los extintos ictiosaurios, y mamíferos, como los delfines—, podríamos concluir que las huellas digitales en algo deben mejorar la capacidad de quien las posee para asir o agarrar, dado que los osos koalas —que evolutivamente hablando están tan separados de los osos como de nosotros los primates—, pero que se pasan el día en los árboles, también tienen huellas digitales.
Por si no fuera prueba suficiente para sospechar, algunos monos del nuevo mundo tienen, en efecto, lo que sería el equivalente a huellas digitales —¿colas dactilares? ¿huellas caudales?— en su cola prensil.
Supongamos, entonces, que la hipótesis de que las huellas digitales nos ayudan a agarrar objetos es correcta.
Suponemos que la rugosidad de las yemas de los dedos aumenta la fricción que se genera cuando agarramos un huevo, una lata de cerveza, una iPad o cualquier otro objeto con superficie lisa, una de las explicaciones favoritas dentro y fuera de la comunidad científica.
No fue sino en el año 2009 que Roland Ennos, biomecánico de la Universidad de Manchester, llevó a cabo, con ayuda de su estudiante Peter H. Warman, una serie de experimentos para probar que las huellas digitales no aumentan la fricción.
Ennos consideró que la idea de que las huellas digitales aumentan la fricción entre los objetos lisos y nuestros dedos está basada principalmente en que unos cuantos años antes, en el 2007, otros investigadores habían determinado que esto era lo que ocurría en el caso de la piel de nuestros antebrazos —que, por supuesto, no tiene huellas digitales y es casi lisa—, pero con una condición: que estuviera seca.
Si, por el contrario, nuestro antebrazo estaba húmedo, la fricción era descrita por una ley física distinta y se comportaba entonces de manera similar al hule: la fricción generada es mucho más grande que en el caso de sólidos duros, ya que la flexibilidad del hule le permite cubrir una mayor área de contacto con la superficie rígida sobre la que se va a deslizar.
Ennos pensó que posiblemente nuestras huellas digitales también se comportarían como la liga y nuestro antebrazo.
En el caso del hule, la fricción no se debe a su rugosidad —fricción externa—, sino a las fuerzas entre las cadenas de moléculas que constituyen al hule, unidas mediante lo que se conoce como fuerzas de Van der Waals —lo que aquí tenemos es una fricción generada de manera interna.
Para verificarlo Ennos realizó un experimento que consistía en colocar cada uno de los dedos de la mano de su conejillo de indias —perdón, de su estudiante—, Peter H. Warman, detrás de una hoja de acrílico. El dedo era sujetado en posición vertical, con ayuda de dos anillos atornillados a una placa, de manera que la huella digital presionara la hoja de acrílico. Esta hoja era entonces deslizada hacia arriba lentamente, durante una corta distancia, y la fuerza requerida para levantarla quedaba registrada en una computadora.
Gracias a este experimento pionero de la biomecánica sabemos ahora que aumentar la fricción para evitar que una hoja de acrílico —o cualquier cosa con superficies rígidas y lisas— se nos caiga de las manos no es la razón de que tengamos huellas digitales.
Nuestras huellas digitales se comportan como el hule y sus surcos y crestas no sólo no aumentan la fricción, sino que reducen en más de 30% el área de contacto máximo que habría entre lo que queremos agarrar y nuestros dedos, si su piel fuera lisa.
Como en este caso ya sabemos que la fricción depende del área de contacto entre superficies, eso significa que en ocasiones nuestras huellas digitales podrían, incluso, debilitar nuestro agarre y justificar que nos apoden «dedos de mantequilla».

 

 

Epopeya intimista; enciclopedia borgeana

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Agosto 2016 Visto: 2774

epopella

EXELCIOR
RAFAEL MIRANDA BELLO / ESPECIAL
CIUDAD DE MÉXICO.
“Me interesa mucho pensar la Historia como un gran archivo de ficciones posibles. La idea de que la Historia guarda múltiples historias alternativas cuyas posibilidades el escritor logra elucidar”, señala el narrador Carlos Fonseca (San José, Costa Rica, 1987) en torno a las intenciones literarias de Coronel Lágrimas, su debut novelístico. “Aquí se narra un día del alucinante proyecto de su protagonista, que se ha dado a la tarea de escribir una Historia alternativa de la Ciencia, una suerte de enciclopedia borgeana a través de la cual poder contar —en clave— la historia de su propia vida y del tiempo que le tocó vivir. Creo, en este sentido, que toda ficción es una forma de afrontar la realidad, al igual que toda realidad se ve atravesada por una multitud de ficciones que le dan sentido”.
Considerado por el escritor argentino Ricardo Piglia como su alumno más brillante en la Universidad de Princeton, Fonseca recuerda cómo fue que empezó a escribir esta novela: “yo andaba inmerso en la escritura de otra novela, una novela menos fragmentaria, pero más melancólica. Un día, cansado de la voz narrativa que estaba usando en la novela original, una voz que me parecía demasiado solemne, me senté, tomé cuatro cafés seguidos y, en el furor del momento, decidí esbozar lo que luego sería el primer párrafo de Coronel Lágrimas”.
Ese párrafo inicial, que fija la pauta de tono y modo del libro, sitúa a los lectores en la posición privilegiada de intrusos o espectadores que, por intermediación de la voz de un narrador omnipresente, asisten en vivo a los quehaceres cotidianos e intelectuales del personaje central, en una atmósfera de reality show: “Esa mañana, cuando releí el párrafo, me pareció rarísimo, como si no lo hubiese escrito yo. Creo que escribí Coronel Lágrimas buscando aclarar cuán lejos podía llegar yo con esa voz narrativa, que algo tiene de cámara cinematográfica y algo de cámara de seguridad. Luego entendí que, detrás del acercamiento cinematográfico que marca el primer párrafo, se encontraba también la influencia de un pintor que se había convertido en mi gran obsesión durante la época anterior a la escritura de la novela: Chuck Close. De él había robado la idea de que el retrato de un hombre está compuesto por pequeños pixeles de información. Una vida, como un perfil, está compuesto por pequeñas historias”.
FORMA DE ALMANAQUE
Como un personaje de mil caras, la biografía imaginaria del coronel que protagoniza la novela tuvo su punto de partida en la figura del matemático galo Alexander Grothendieck; sin embargo, Coronel Lágrimas no es una novela histórica, sino que más bien reconoce el papel obsesivo de la memoria en nuestros días, tal como lo explica su autor: “Creo que nuestra época —nuestra era informática o era Wikipedia— se empeña en dejar registro de todo. Es algo que sabía Borges cuando, en sus cuentos, inventó una serie de personajes que encarnan ese deseo de tener ya sea una memoria total o un registro total: el libro que contiene a todos los libros, el hombre –Funes– que recuerda todo lo visto, el punto –el aleph– que contiene a todos los puntos”.
“Nuestra era encuentra un placer absoluto en esta utopía de un archivo total, en el que se encuentran todas las memorias y todos los sucesos históricos. En Coronel Lágrimas me interesaba explorar los límites de esta utopía: quería explorar el momento en donde ese proyecto de la biografía borgeana llega a su límite y colapsa. El momento en el que la obsesión por la historia da paso a la vida privada de un hombre común. A fin de cuentas, todas las historias de Borges —desde El Aleph hasta La Biblioteca de Babel— son historias de grandes fracasos”.
Epopeya intimista que atraviesa el tráfago histórico del siglo XX, la trama deCoronel Lágrimas deriva hacia ciertos episodios que ocurren en México. Al respecto, Fonseca apunta: “me había empeñado en una idea un tanto extraña. Quería escribir una novela que tomara lugar en sitios donde yo nunca hubiese estado. Una novela, por así decirlo, escrita desde la pura información: escrita desde Wikipedia y desde la enciclopedia, desde el archivo histórico y desde las anécdotas que yo recordase. Quería, sin embargo, explorar las formas en las que América Latina podía interrumpir la historia europea del siglo XX. México se impuso así como un posible punto de partida. Un país que nunca había visitado, pero cuya historia me parecía alucinante. En particular, recuerdo que la historia de Maximiliano y de su fallido imperio se mantuvo latente mientras escribía la novela, como la metáfora perfecta de una historia trasatlántica en la que América Latina había logrado ganar la partida. Quedan huellas de esa fascinación a través de la novela”.
Pero además, Coronel Lágrimas respira entusiasmo por la escritura y por el hecho de contar historias, y en su transcurso, Fonseca utiliza múltiples estratagemas narrativas (sueños, recuerdos, cartas, etc.) para dar forma a la novela: “Mientras la escribía, tenía la sensación de que la forma más contemporánea para la novela no era ya el relato lineal y sicológico al que nos había acostumbrado la novela decimonónica, sino la forma dispersa, fragmentaria y múltiple del almanaque o el libro de postales. En la actual era de la información, cuando basta un cut and paste para recontextualizar un dato o una historia, me parece que ese formato del almanaque de curiosidades es muy contemporáneo”.
“Quería escribir una novela que se leyera como un archivo de historias pero que a la vez relatara la pasión privada de un hombre por contar historias. Quería, por así decir, retratar a un hombre que, como Borges, se empeñara en reducir la Historia a una serie de historias, un hombre que buscara reducir el mundo a una pequeña enciclopedia privada”.
Porque si bien el autor costarricense-puertorriqueño no pretendía escribir una novela borgeana, siempre tuvo al escritor argentino en mente: “Me interesaba, más bien, que el protagonista de la novela fuese una reflexión sobre la figura del propio Borges, un alegato a su favor y en su contra. Una suerte de juicio en torno a ese escritor que, como pocos, ha marcado la forma en la que construimos ficciones hoy día”.

 

Ukiyo-e: la estampa popular japonesa

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Agosto 2016 Visto: 2806

ukiyoAlgarabía
Edgardo Ganado Kim
e presentamos un tipo de arte popular japonés, que data del sigloXVII, y en el cual se busca plasmar el mundo efímero y fugaz en el que vivimos.

Para comprender el Ukiyo-e japonés, debemos buscar en el concepto original de esta arte que, ante todo, es un fenómeno social y artístico del periodo Tokugawa —entre 1600 y 1868— o periodo Edo —antiguo nombre de Tokio—, llamado así porque en él toda la administración se trasladó a dicha ciudad.
En los primeros años del periodo Tokugawa, Ukiyo era una palabra que en las ideas budistas quería decir «mundo de sufrimiento». En el periodo Edo, el término fue cambiando de acepción por la de «flotar», que metafóricamente se entiende como «felicidad» y como «mundo efímero, fugaz o transitorio». Podemos decir, entonces, que Ukiyo remite a la transitoriedad de la felicidad en el mundo.
Ukiyo-e suele traducirse como «pinturas, imágenes o dibujos del mundo flotante».
A partir de este concepto surgieron varios productos con el nombre de Ukiyo, como bolsas, paraguas y sombreros. Para estar a la moda, los productos fueron tomando nombres a los que se anteponía la palabra Ukiyo —en el periodo Genroku, de 1688 a 1704. Así, Ukiyo se usó para describir cualquier cosa que fuera de vanguardia y erótica—, como es el caso del Ukiyo-e, que traducimos como «imágenes o dibujos del mundo flotante».
Ukiyo-e no es sinónimo de estampas con bellas mujeres, actores de teatro o escenas eróticas, sino un tema común a varios productos que surgieron de la necesidad de dar al mundo una concepción de placer y esparcimiento, del que se tiene que disfrutar porque es efímero.
El éxito del Ukiyo-e
En este ambiente se desarrolló una cultura eminentemente urbana, con ideales y costumbres de vena hedonista: se decía que como la vida es pasajera y efímera, los pocos placeres que se puedan disfrutar en ella, hay que gozarlos. Comerciantes,daimyos,
y samurai propiciaron una estructura cultural basada en el disfrute de los sentidos: comer, beber, asistir al teatro o estar acompañados de bellas mujeres.
Al mismo tiempo, los comerciantes tomaron una notable fuerza económica, y aceleraron la cultura urbana —principalmente en Edo, la ciudad más poblada en el mundo en su momento, con un millón de habitantes—, pues fueron mecenas de las letras, las artes pictóricas, el teatro y el entretenimiento femenino.
Conoce a Jesús Helguera: El encanto de las utopías en la pared
La gran mayoría de los primeros Ukiyo-e fueron producidos por los maestros de pintura tradicional para describir su vibrante sociedad. Los samurai y los comerciantes prósperos comenzaron a mandar hacer biombos y paneles con representaciones de bellas mujeres en sus quehaceres cotidianos, y los daimyos y cortesanos encargaron a los artistas del siglo XVII que pintaran escenas de la vida cotidiana y de sus posesiones para que otros las conocieran y se preservaran. Por su parte, los habitantes de las ciudades establecieron calles con teatros de kabuki y barrios de placer, que fueron tema e inspiración de los primeros artistas del Ukiyo-e.
Al popularizarse las representaciones pintadas, el público, que no podía comprar una obra original, comenzó a adquirir estampas que reproducían las escenas de losUkiyo-e pintados. Las pinturas de bellas mujeres, de cortesanas en los barrios de placer y los temas eróticos, tuvieron gran aceptación entre el público. Al darse cuenta algunos editores de la enorme demanda que tenían tales impresos, empezaron a producirlos en grandes cantidades.
Tipos de Ukiyo-e
Los temas más frecuentes en grabado del Ukiyo-e fueron los yakusha-e, de actores de teatro kabuki; las bijin-ga, de bellas mujeres; los musha-e, con imágenes de guerreros y, entre los más populares y exitosos, estaban los shunga-e, en los que se representaban escenas eróticas, que también servían como manuales para las cortesanas o como imágenes para la seducción.
Antes del siglo XVII, casi todo el arte impreso en Japón con elementos de Ukiyo-e se hacía en forma de álbum o libro ilustrado, impresos en blanco y negro en una sola hoja, pintados a mano con color rojo, sin texto explicativo y sin los nombres de quienes los creaban; a partir de la segunda mitad del siglo XVIII —con el perfeccionamiento de las técnicas de impresión a color—, la difusión del grabado en madera con temas Ukiyo-e llegó a tener un auge notable y, en el mismo lapso, los artistas comenzaron a ser conocidos y las obras de los más famosos, localizadas y coleccionadas. Nombres como Moronobu, Harunobu, Utamaro, Eishi, Shunsho, Kuniyoshi, Hiroshige y Hokusai, entre otros, fueron buscados en las estampas impresas que se vendían en expendios.
Los grabados eran expuestos en largas cuerdas y colgados con ganchos fuera del expendio para que la gente observara y eligiera el que más le gustara o el que le faltara en la serie de su colección.
También eran vendidos en las calles de las ciudades como Edo por personas que los ofrecían a los transeúntes. Ésta fue la forma habitual de adquirir un Ukiyo-e de temas políticos prohibidos o de shunga-e:
el vendedor se colocaba un amplio sombrero de alas anchas y se cubría la cara con una tela para no ser reconocido.

 

Sefaradí, idioma histórico; entre el recuerdo y la melancolía

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Agosto 2016 Visto: 2615

sefaradiExcélsior
VIRGINIA BAUTISTA
La RAE ha intentado mantener viva la lengua que hablaban las comunidades judías que vivieron en la península ibérica, hasta su expulsión en 1492
CIUDAD DE MÉXICO.
¿Es posible revivir al sefaradí? Sin niños que lo hablen, sin “un sustrato generacional” que lo sostenga, el judeoespañol es “una especie de fósil vivo” que ha quedado como “la lengua del recuerdo, de la melancolía”, un idioma que “no tiene academia ni patria”.
La ensayista y narradora Angelina Muñiz-Huberman (1936), de ascendencia sefaradí, y la escritora y periodista Myriam Moscona (1955), de origen búlgaro sefaradí, coinciden en que el ladino, como también se le denomina, es una literatura “muy rica” de cinco siglos que ya cumplió su meta y que “no le hace falta a las nuevas generaciones”.
Esta reflexión sobre la lengua que hablaban las comunidades judías que vivieron en la península ibérica, hasta su expulsión en 1492, y que no sólo la conservaron como idioma familiar, sino que la llevaron a los distintos países a donde emigraron, cobra vigencia a raíz de los recientes intentos de la Real Academia Española (RAE) por mantenerla viva.
El 12 de noviembre del año pasado la RAE incorporó como académicos correspondientes a ocho estudiosos extranjeros, cuya especialidad es el judeoespañol, lo que significa que, por primera vez en la historia de esta institución, el sefaradí está representado oficialmente.
Además, en 1990, las comunidades sefaradíes recibieron el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, hecho que marcó el inicio de la revaloración de este idioma que aún tiene una fuerte presencia en países como Israel, Turquía, el norte de África y Latinoamérica, sobre todo en México.
Para el académico de la lengua Ignacio Padilla (1968), incorporarla a la RAE es “degradarla” un poco a un dialecto o argot del español. “Hay hablantes tanto en México como en España y Turquía, y quizá tendría que haber una academia turca de la lengua sefaradí que estuviera vinculada con una academia mexicana de la lengua sefaradí y, claro, que se mantuvieran en constante comunicación con las academias de la lengua española”.
La novelista cuyos padres se comunicaban en búlgaro entre ellos, y sus abuelas en ladino, por lo que su madre y ella aprendieron el español juntas, insiste en que “ya no hay quien lo hable, los últimos viejitos que lo hablan están muriendo”.
La ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 2012 ha escrito en judeoespañol la novela Tela de sevoya, el libro de ensayos Por mi boka, textos de la diáspora sefaradí compilados por Moscona y Jacobo Sefamí, así como el poemario Ansina.
Dice que le da gusto que el sefaradí esté representado en la RAE. “Pero perdón, aunque se paren de cabeza los académicos, no va a estar viva hasta que sea de comunicación cotidiana”.
UN FÓSIL VIVO
Para Angelina Muñiz-Huberman, el ladino en realidad tuvo sentido después de la expulsión de los judíos de España. “Es una especie de fósil vivo, porque detuvo la evolución del español en 1492. Al salir del contexto de España la fijaron, ya no siguió evolucionando, sólo fueron agregando palabras de otros idiomas.
La egresada de la Universidad de la Ciudad de Nueva York señala que, en el caso de México, donde se habla el español, les fue muy fácil dejar de lado ese idioma antiguo y la nueva generación aprendió el español moderno.
La doctora en Literatura advierte que no sabe si valga la pena que el ladino esté representado en la RAE. “No es una lengua viva. No le hace falta a las nuevas generaciones. Me gustaría conocer el programa de trabajo de la academia, qué van a hacer”, apunta.
MÁS ALLÁ
DEL ESPAÑOL
El escritor y comunicólogo Ignacio Padilla reconoce que desde la adolescencia se ha sentido fascinado por el sefaradí, que disfruta y además atesora como “una fuente infinita de revelaciones sobre la lengua que habito y sobre la cultura que me constituye”.
Sin embargo, el maestro en Literatura inglesa por la Universidad de Edimburgo cree que el reconocimiento académico hispano de esta lengua “tiene matices que no hay que pasar por alto, entre ellos, que es lingüística, idiomática y hasta políticamente singular en muchísimos sentidos”.
Al miembro de la Academia Mexicana de la Lengua le parece “hermoso pero a la vez confuso” la incorporación del judeoespañol a la RAE. “Como el gallego, el portugués o el español, el sefaradí es una lengua romance, pero no es español. Incorporarla académicamente es degradarla un poco a un dialecto o argot del español”.
El doctor en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca concluye que el ladino es una de las lenguas de México, como lo es de España, Turquía o Grecia. “Que en cada una de las academias de la lengua de esos países haya hablantes y conocedores del sefaradí me parece imprescindible”.
Herencia singular de los judíos españoles, el sefaradí, judeoespañol o ladino, a pesar de sus pocos hablantes, continúa inspirando obras literarias contemporáneas en varios países y se niega a morir.
Desde 1979, la revista Aki Yerushalayim, editada en Israel, única que se imprime completamente en ladino, mantiene viva la historia y la cultura sefaradí.

 

Juan Gabriel Orozco agradece 15 años de canto

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Agosto 2016 Visto: 2682

juan gabrielExcélsior
JUAN CARLOS TALAVERA
CIUDAD DE MÉXICO.
El barítono Juan Gabriel Orozco (Ciudad de México, 1974) celebrará sus 15 años de trayectoria artística con un recital de agradecimiento, en la Sala Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música (CNM) el próximo miércoles 31 de agosto. Vía telefónica, el intérprete aseguró que este recital, donde estará acompañado por el pianista Ángel Rodríguez e intérpretes como Amelia Sierra, Leonardo Villeda y Alejandro López, entre otros, será un reencuentro con el público mexicano.
“Más que un recital de 15 aniversario, éste será un encuentro de agradecimiento sobre el escenario, un reencuentro con el público mexicano porque la mayor parte de mi trabajo la he realizado fuera de nuestro país”, dijo el intérprete, reconocido por ser discípulo de Enrique Jaso y por obtener el primer lugar del XIX Concurso Nacional Carlo Morelli en 2001, que se ha presentado con éxito en escenarios como el Staatstheater München, Staastheater Darmstadt, Staastheater Braunschweig, Nürberg, Oldenburg, Royal Theatre Norwich England, en Varsovia, Bélgica y Suiza.
¿Qué panorama de la ópera encuentra en México?, se le inquiere. “Bueno, es difícil hacer un comentario a la distancia. Pero me parece que antes se hacía más opera en los estados. Tengo la idea de que ya no se ponen tantos títulos como antes. De la Ópera de Bellas Artes no sé, pero me parece que ya no hay una temporada de siete títulos en adelante, como mínimo, mientras que en Europa éstas alcanzan al menos 13 títulos y con muchas más funciones”.

¿Ha disminuido la categoría del Palacio de Bellas Artes como teatro mundial? “Bellas Artes nunca ha dejado de ser un teatro “A”, aunque creo que siempre se puede hacer mucho más y no precisamente con un presupuesto estratosférico. Ahorita, me parece, que no tiene mucho la administración de la maestra Lourdes Ambriz, al frente de la OBA. Ojalá ella pueda rescatar un poco del esplendor de ese tiempo donde podíamos ver al menos siete óperas de muy alto nivel cada año”.
¿Le parece que los extranjeros que han pisado este escenario han aportado lo necesario en el escenario? “Siempre he pensado que los intérpretes extranjeros que vengan a Bellas Artes deben ser de primerísimo nivel, para que aporten algo al interactuar con los cantantes mexicanos”.
Una vez que realice su concierto de homenaje, el intérprete actuará como Scarpia en una Tosca, con la Orquesta Sinfónica del Estado de México (OSEM) dirigida por el maestro Enrique Bátiz, para luego volver a Alemania e iniciar los ensayos de la ópera Jerusalén, obra temprana de Giuseppe Verdi.
“Primero arribaré a la quinta producción que hago del Barón Scarpia, uno de los villanos más grandes de la ópera, aunque lo cierto es que en cada producción siempre hay algo nuevo porque te replanteas el personaje; y luego vendrá el montaje de esta ópera Jerusalén, con libreto en francés, la cual ha sido muy poco montada”, donde encarnará el papel de El Conde de Toulouse.
¿En qué momento de su carrera se encuentra? “Ha sido un proceso lento para la evolución de mi voz, por mi tesitura, pues como barítono verdiano con esos roles dramáticos y de personajes histriónicos, el cantante necesita más tiempo para madurar y luego abordarlos. Así que ahora me siento como si estuviera empezando la plenitud de mi carrera”.
Dentro del recital de celebración el barítono mexicano cantar al lado de otros solistas como: Leonardo Villeda, Alberto Albarrán, Alejandro López, Eloísa Jurado, Daniel Cervantes, Amelia Sierra, acompañados por el pianista Ángel Rodríguez.
¿Dónde y cuándo?
El recital para celebrar los 15 años del barítono mexicano se llevará a cabo el miércoles 31 de agosto
En el auditorio Silvestre Revueltas del Conservatorio Nacional de Música (CNM). Entrada libre.

 

Adelanto editorial: Avenida de los Misterios

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 15 Agosto 2016 Visto: 2708

adelanto editorialPOR JOHN IRVING / ESPECIAL
Excélsior
Con autorización del sello Tusquets, publicamos un fragmento de la nueva novela del escritor estadunidense, nacido en New Hampshire en 1942
NIÑOS PERDIDOS

De vez en cuando, Juan Diego recalcaba: "Soy mexicano; nací en México, me crié allí". Desde hacía algún tiempo tenía por costumbre decir: "Soy estadunidense; he vivido cuarenta años en Estados Unidos". O, intentando quitar hierro a la cuestión de la nacionalidad, Juan Diego se complacía en decir: "Soy del Medio Oeste; de hecho, soy de Iowa".
Nunca decía que era mexicano-estadunidense. No era sólo porque la etiqueta le desa-gradase, aunque la veía como tal y realmente le desagradaba. Lo que Juan Diego creía era que la gente siempre andaba buscando elementos comunes en la experiencia mexicano-estadunidense, y él no encontraba que hubiese una base común entre su propia experiencia y la de los demás; para ser más sinceros, no la buscaba.
Lo que Juan Diego decía era que él tenía dos vidas, dos vidas desligadas y claramente diferenciadas. La experiencia mexicana —su niñez e incipiente adolescencia— era su primera vida. Al abandonar México —nunca había vuelto— inició una segunda vida: la experiencia en Estados Unidos o en el Medio Oeste. (¿O acaso estaba diciendo también que, en términos relativos, lo que su segunda vida le había deparado no era gran cosa?).
Lo que Juan Diego siempre sostenía era que, en su cabeza —en su memoria, desde luego, pero también en sus sueños—, vivía y revivía sus dos vidas en "caminos paralelos".
Una querida amiga de Juan Diego —también era su médico— se tomaba a risa eso de los supuestos caminos paralelos. Le aseguraba que era, en todo momento, un niño de México o un adulto de Iowa. Aunque a Juan Diego le gustaba la controversia, en eso daba la razón a su amiga.
Antes de que los betabloqueantes empezaran a alterarle los sueños, Juan Diego le contó a su amiga médico que solía despertarse a causa de la "más leve" de sus recurrentes pesadillas. La pesadilla que tenía en mente era, en realidad, un recuerdo de la formativa mañana en que se quedó cojo. A decir verdad, sólo el principio de la pesadilla o recuerdo era "leve", y el origen de ese episodio sucedió en Oaxaca, México —en la barriada cercana al vertedero de la ciudad, en 1970—, cuando Juan Diego tenía 14 años.
En Oaxaca, él era lo que llamaban un *‘niño de la basura’; vivía en un jacal de Guerrero, el suburbio ocupado por las familias que trabajaban en el ‘basurero’. En 1970 sólo vivían en Guerrero diez familias. Por aquel entonces, la ciudad de Oaxaca tenía unos cien mil habitantes; muchos de ellos no sabían que quienes llevaban a cabo las labores de criba y clasificación en el ‘basurero’ eran principalmente los niños de la basura. La tarea de esos chiquillos consistía en separar el cristal, el aluminio y el cobre.
Quienes sabían a qué se dedicaban los niños de la basura los llamaban ‘pepenadores’: "rebuscadores". Eso era Juan Diego a los 14 años: un niño de la basura, un rebuscador. Pero también era un lector; corrió la voz de que un ‘niño de la basura’ había aprendido a leer por su cuenta. Los niños de la basura no eran, por regla general, grandes lectores, y los jóvenes lectores de cualquier origen o extracción casi nunca son autodidactas. Por eso corrió la voz, y así fue como los jesuitas, que concedían gran importancia a la educación, oyeron hablar de ese muchacho de Guerrero. Los dos viejos sacerdotes jesuitas del Templo de la Compañía de Jesús se referían a Juan Diego como el "lector del basurero".
"Alguien debería llevarle un buen libro o dos al lector del basurero... ¡A saber qué lecturas se encuentra ese muchacho en el ‘basurero’!", decían el padre Alfonso o el padre Octavio. Cada vez que uno de esos dos viejos sacerdotes decía "alguien debería" hacer tal o cual cosa, siempre era el hermano Pepe quien lo llevaba a cabo. Y Pepe era un gran lector.
Para empezar, el hermano Pepe tenía coche y, como él era natural de Ciudad de México, circular por Oaxaca le resultaba fácil en comparación. Pepe daba clases en el colegio de los jesuitas, una reputada escuela desde hacía mucho tiempo (todo el mundo sabía que la gestión académica era uno de los puntos fuertes de la Compañía de Jesús). El orfanato jesuita, en cambio, era relativamente nuevo (hacía menos de diez años que habían reformado el antiguo convento para transformarlo en orfanato), y no todos veían con buenos ojos el nombre que se le había dado; para algunos, Hogar de los Niños Perdidos era un nombre largo y sonaba un poco severo.
Pero el hermano Pepe había puesto todo su corazón tanto en el colegio como en el orfanato; con el paso del tiempo, la mayoría de aquellas almas sensibles a quienes "Hogar de los Niños Perdidos" no les "sonaba" bien reconocerían sin reservas que los jesuitas regentaban también un orfanato más que aceptable. Además, todo el mundo había abreviado ya el nombre del establecimiento: la gente lo llamaba "Niños Perdidos". Una de las monjas que cuidaban de los niños no se andaba con tantas contemplaciones al respecto; en honor a la verdad, hay que admitir que la hermana Gloria debía de estar refiriéndose a un par de niños díscolos, no a todos los huérfanos, cuando alguna que otra vez decía entre dientes ‘los perdidos’; seguramente "los perdidos" era un apelativo que la vieja monja dirigía sólo a unos cuantos de los niños más exasperantes. Por suerte, no era la hermana Gloria quien llevaba los libros al ‘basurero’ para el joven lector del vertedero; si Gloria hubiese elegido los libros y hubiese sido quien se los entregaba, la historia de Juan Diego quizás hubiera terminado antes de empezar. Pero el hermano Pepe tenía la lectura en un pedestal; era jesuita porque los jesuitas lo habían convertido en lector y le habían dado a conocer a Jesús, no necesariamente en ese orden. Era mejor no preguntar a Pepe qué lo había salvado, si la lectura o Jesús, o qué lo había salvado más.
A sus 45 años era obeso; una "figura de aspecto querúbico, aunque no un ser celestial", así era como el pro-
pio hermano Pepe se describía.
Pepe era la bondad personificada. Encarnaba el conocido mantra de santa Teresa de Ávila: "De devociones absurdas y santos amargados, líbranos, Señor". Asignaba un lugar preferente entre sus oraciones diarias a esa sagrada máxima de la santa. No es de extrañar que los niños lo adoraran.
Pero el hermano Pepe nunca había estado en el ‘basurero’ de Oaxaca. Por aquel entonces quemaban en el vertedero cuanto podían; había hogueras por doquier. (Los libros eran yesca útil.) Cuando Pepe se bajó de su Volkswagen escarabajo, el olor del ‘basurero’ y el calor de las hogueras coincidieron con la imagen que se había formado del Infierno; sólo que esa imagen no incluía niños trabajando.
En el asiento trasero del pequeño Volkswagen llevaba unos cuantos libros muy buenos; los buenos libros eran la mejor protección contra el mal que Pepe había tenido en sus manos: no era posible tener en las manos la fe en Jesús, no de la misma manera que se podía tener un buen libro.
—Busco al lector —dijo Pe-pe a los trabajadores del vertedero, tanto a los adultos como a los niños. Los ‘pepenadores’, los rebuscadores, dirigieron a Pepe una mirada rebosante de desprecio. Saltaba a la vista que no atribuían valor a la lectura. Habló primero uno de los adultos, una mujer, quizá de la edad de Pepe o un poco más joven, probablemente madre de uno o más rebuscadores. Indicó a Pepe que encontraría a Juan Diego en Guerrero, en la chabola del ‘jefe’.
El hermano Pepe se quedó desconcertado; quizás había entendido mal a esa mujer. El ‘jefe’ era el responsable del vertedero; estaba al frente del ‘basurero’. ¿Acaso era el lector hijo del ‘jefe’?, le preguntó Pepe a la trabajadora.
Varios niños de la basura se echaron a reír; al cabo de un momento volvieron la cabeza. Los adultos no le veían la gracia y la mujer se limitó a decir: "No exactamente". Señaló en dirección a Guerrero, que se hallaba enclavado en una ladera por debajo del ‘basurero’. Los jacales del suburbio se componían de materiales que los trabajadores habían recogido en el vertedero, y la del ‘jefe’ era la que se hallaba en la periferia del suburbio, en el límite más cercano al vertedero.
Columnas negras de humo se elevaban desde el ‘basurero’, pilares de negrura que llegaban hasta el cielo. Los buitres lo sobrevolaban en círculo, pero Pepe vio carroñeros tanto arriba como abajo; en el ‘basurero’ había perros por todas partes, circundando los fuegos eternos y cediendo terreno de mala gana ante los hombres que llegaban en furgoneta, pero ante casi nadie más. Causaba desazón ver a los niños en compañía de los perros, porque unos y otros rebuscaban en la basura..., aunque no en pos de las mismas cosas. (Los perros no estaban interesados en el cristal ni en el aluminio ni en el cobre.) Los perros de vertedero eran, en su mayor parte, vagabundos, claro, y algunos estaban a las puertas de la muerte.
Pepe no se quedaría en el ‘basurero’ el tiempo suficiente para descubrir la presencia de los perros muertos, ni para ver qué era de ellos: los quemaban, pero no siempre antes de que los localizaran los buitres.
Pepe se topó con más perros cuesta abajo, en Guerrero. A esos otros los habían adoptado las familias que trabajaban en el ‘basurero’ y vivían en el suburbio. Pepe tuvo la impresión de que los perros de Guerrero estaban mejor alimentados que los del vertedero, y de que tenían un comportamiento más territorial.

 

La feria de Huamantla, una fiesta llena de color

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 13 Agosto 2016 Visto: 2852

huammNo te pierdas "La Noche que Nadie Duerme", la "Huamantlada", y demás eventos que conforman este tradicional festejo.

ÉXICO DESCONOCIDO
Tlaxcala nos ofrece un sin fin de atractivos para explorar uno de ellos es la tradicional Feria de Huamantla, evento que, año con año, ofrece una gran variedad de atractivos que dan muestra De aquel sincretismo cultural, religioso y gastronómico logrado en épocas pasadas pero que ahora son manifestaciones propias y que han dado fama a estas tierras de la región del centro del país.

Este año, los principales eventos de la Feria se realizarán hasta el 21 de agosto, teniendo como fecha clave “La Noche que Nadie Duerme” (del 14 para amanecer el 15) festejo en el que las calles de este Pueblo Mágico, se adornan con hermosos tapetes de aserrín y flores multicolores para que en punto de la media noche de inicio, sobre ellos, la procesión con la venerada imagen de la Virgen de la Caridad, patrona de la celebración.

Otros eventos para disfrutar

Noche de burladeros, el 19 de agosto será una noche en la que Huamantla se vista de fiesta brava con un tradicional desfile lleno de buena música y danzas populares.

La Huamantlada, se llevará a cabo el sábado 20 de agosto en donde se realizará el encierro de toros, a estas calles solo podrán acceder los más valientes. Para esta edición se han anunciado 32 toros para la Huamantlada, que serán soltados al mediodía.

Además, aprovecha tu estancia en Huamantla, o en la ciudad de Tlaxcala, para recorrer las zonas arqueológicas de Xochitécatl y Cacaxtla, así como para conocer el Museo del Títere y las ex haciendas cerealeras, pulqueras y ganaderas, algunas de ellas hoy convertidas en hermosos hoteles-boutique con “sabor a México”.

Feria Huamantla 2016
Del 5 al 21 de agosto.
En Huamantla, Tlaxcala.
Encuentra el programa completo aquí
http://www.huamantla.gob.mx/programa_feria_2016/feria2016.html

 

Dubai inaugurará su ópera con Plácido Domingo

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 13 Agosto 2016 Visto: 2699

duvay inaguraLa Jornada
Dubai. Situado al pie de Burj Khalifa, la torre más alta del mundo, el edificio de la ópera de Dubai con forma de embarcación tradicional se prepara para una inauguración a lo grande con el tenor español Plácido Domingo.

El emirato de Dubai, convertido en centro neurálgico de los negocios, ha construido el edificio para realzar su imagen cultural.

Plácido Domingo lo estrenará el 31 de agosto para la primera temporada de la Opera de Dubai, cuya programación incluye además el Barbero de Sevilla de Rossini y la comedia musical West Side Story.

Dubai, donde viven muchos extranjeros, dispone de una oferta cultural surtida, con conciertos regulares de músicos árabes y occidentales, un festival anual de cine y el salón Art Dubai, dedicado a las artes plásticas.

Pero no poseía un teatro lírico a la altura de sus ambiciones.

El edificio de la Ópera tiene la forma de una embarcación de madera utilizada para el transporte marítimo tradicional. La sala, con capacidad para dos mil personas, es modulable. Puede usarse como teatro, como sala de conciertos o como espacio para banquetes u otro tipo de manifestaciones, según la página web de la ópera.

Se desconoce cuánto ha costado.
Extravagancia
"Esta flexibilidad permite a la ópera acoger una variedad de eventos, como representaciones teatrales, óperas, ballets, conciertos, desfiles de moda, conferencias o exposiciones de arte", precisa la web.

En las últimas décadas, la ciudad Estado que forma parte de la federación de los Emiratos Árabes Unidos se transformó en un centro de negocios y de ocio en el corazón del Golfo.

Además de Burj Khalifa, de 828 metros, Dubai multiplicó las construcciones extravagantes como las islas artificiales con forma de palmera o las que reproducen un mapa mundi.

La ciudad, que acogerá la exposición universal de 2020, cuenta con casi 2.5 millones de habitantes, en su mayoría extranjeros.

Más de 14 millones de turistas la visitaron en 2015, atraídos por sus hoteles de lujo y sus parques de atracciones.

"Lo que mucha gente echaba de menos era un lugar en el que apreciar un espectáculo musical", afirma a la AFP el director general de la ópera, Jasper Hope.

Segunda ópera del Golfo
Hasta ahora sólo había una ópera en el Golfo, la inaugurada en 2007 en Omán, cuyo sultán Qabus es aficionado a la música clásica.

Dubái aspira a ser "una de las mejores ciudades del mundo" y para conseguirlo debe ofrecer "lo mismo que Londres o Nueva York, incluso en la escena artística", declara Tala Badri, directora del Centro para las Artes Musicales (CMA), una institución privada.

Por el momento, la Ópera de Dubái no contempla producir sus propios espectáculos, explica Hope. Pero espera inspirar a artistas locales. "Hay pocas escuelas de música, de danza y de teatro, pero vamos a fomentar activamente" la creación local.

 

Trae la Ópera de Pekín un montaje especial para México

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 13 Agosto 2016 Visto: 2750

pekinLa Jornada
Fabiola Palapa Quijas
La música folclórica, la danza, el canto y las artes marciales de China llegarán al Palacio de Bellas Artes con La leyenda de la serpiente blanca.
Esa propuesta, basada en uno de los relatos más antiguos de la literatura tradicional asiática, a cargo de la Compañía Nacional de Ópera de Pekín, tendrá hoy la segunda y última función.
Con más de 60 años de trayectoria, la agrupación china compartirá con el público mexicano la leyenda de amor del joven erudito Xu Xian y una hermosa mujer, sin saber que detrás de su rostro se esconde en realidad una milenaria serpiente blanca que cobra forma humana.
Un monje llamado Fa Hai, envidioso de ese amor, construye una serie de obstáculos para separar a la pareja. Después de soportar muchas pruebas y tribulaciones, la serpiente blanca y Xu Xian finalmente se unen en matrimonio.
El secretario partidario de la Compañía Nacional de Ópera de Pekín, Song Chen, explicó que ese género es el más representativo del país asiático, donde existen varias vertientes según la provincia y todas tienen una historia muy larga y enriquecedora.
Indicó que La leyenda de la serpiente blanca proviene del imaginario de la mitología chinasobre dos diosas serpientes, una blanca y otra verde, que desean vivir como los humanos.
La riqueza multicolor y los motivos del maquillaje y el vestuario sorprenden. De acuerdo con Li Jinping, subdirector ordinario del tercer grupo de la compañía asiática, para su presentación en México se hizo una adaptación del guión y presentan una nueva versión de esa leyenda.
Al respecto, señaló que a lo largo de la historia la Ópera de Pekín se sigue renovando, sobre todo en las formas de maquillaje, así como con nuevas escenografías y coreografías que son las luchas de los personajes en el escenario. A través de la modificación del vestuario, maquillaje y escenografía logramos un efecto que sorprende al público porque mejoramos el sentido estético.
La legendaria compañía combina teatro, música, danza, artes marciales y acrobacias, lo que la erige en aportadora de una de las más multifacéticas formas teatrales del mundo.
Los actores son formados de generación en generación, porque requieren del aprendizaje de códigos, del dominio de un complejo sistema de reglas que permiten al espectador identificar a cada personaje según su rango, sexo o carácter con un modo determinado de modular la voz, caminar o mover las manos.
Xu Xian, un hombre del pueblo
Zhang Bing, quien interpreta al joven Xu Xian, dijo que su personaje es un hombre del pueblo y por tanto su vestuario es sobrio como el de la población china, que contrasta con el colorido ropaje de las serpientes y su maquillaje.
Considerada una expresión del ideal estético del arte en la sociedad china tradicional y que hoy es sumamente apreciada, la Ópera de Pekín fue incluida en 2010 en la lista del patrimonio cultural intangible de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Li Jinping expresó que hay distintas óperas de acuerdo con las etapas, y las de su compañía se enfocan en historias tradicionales de la época de los emperadores y las diversas dinastías.
Desde finales del siglo XIX, la Ópera de Pekín convirtió ese género en más aclamado del país. Sin embargo, Song Chen comentó que actualmente las óperas de China tienen influencia de la que se crea en Occidente en cuanto al trabajo de iluminación, escenografía y aspectos técnicos, aunque no en sus historias.
En La leyenda de la serpiente blanca participan Fu Jia (serpiente blanca), Zhan Bing (Xu Xian) y Bai Weichen (serpiente verde). También forman parte del elenco Lyu Kunshan (barquero), Tan Shuai (Fa Hai), Zhu Lingyu (hada venado), Wang Yuzhou (hada grulla), Zhang Yaning (pequeño monje), Wang Yuzhou (mensajero de Buda), Zhu Lingyu (Dios de Jinjia), Yan Shiqi (Dios del Sur) y Ma Along (Wei Tuo). La producción es de Han Yu.
La leyenda de la serpiente blanca,con la Compañía Nacional de Ópera de Pekín, se presentó ayer y hoy lo hará a las 20 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico).

 

Ardor irrefrenable

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 13 Agosto 2016 Visto: 2696

ardor inferniableAlgarabía
En uno de sus poemas, Sor Juana Inés de la Cruz versa: Aquí fogoso se refiere al ímpetu con que murió un caballo al ser embestido por un toro.
Aunque a todos nos remite al fuego —sobre todo a ese ardor irrefrenable del deseo sexual—, y varios diccionarios así lo registran —ardiente, apasionado, ardoroso, impetuoso, pasional—, esta palabra llegó al castellano del francésfougueux, a su vez, derivado de fougue, «ímpetu», «brío».
Cuando Charles Baudelaire escribió el famoso verso:
Danser les plus fougueux cancans —«Bailar los más fogosos cancanes»—, en su no menos célebre libro Las flores del mal, fougueux provenía del vocablo italiano foga, «impetuosidad», y éste del latín fuga.
Este significado se lo atribuye María Moliner, al definir con este término a quien «pone entusiasmo, ímpetu o pasión en las cosas que hace».
Pablo Neruda también se «fugó» del sentido convencional
 y esta palabra fue clave para dedicarle una «Oda al tomate»: «nos muestra / sus circunvoluciones, / sus canales, / la insigne plenitud / y la abundancia / sin hueso, / sin coraza, / sin escamas ni espinas, / nos entrega / el regalo / de su color fogoso / y la totalidad de su frescura».

 

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