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Cultura y Espectaculos

Palabras: A dónde con el donde…

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Abril 2018 Visto: 2842

donnndeeePatricia Arredondo. Algarabía
¿Hacia dónde vamos? ¿De dónde venimos?

Si ni para los filósofos la respuesta a estas preguntas es clara, para los gramáticos sí lo es el hecho de que el donde es fundamental cuando queremos referirnos explícitamente a un lugar —o a una dirección— del cual se parte o al cual se va.

A más de uno de nosotros al pegar la oreja al teléfono nos 
han bombardeado con algunas de estas preguntas: ¿A dónde vas? ¿En dónde estás? ¿Por dónde andas? ¿Hacia dónde te diriges? ¿Para dónde vas? o al llegar a la fiesta y quejarnos 
por el tránsito: ¿De [desde] dónde vienes?

Notarás entonces,
 que el elemento común entre todos estos ejemplos es el dónde.

Éste en los casos anteriores funciona como un adverbio interrogativo, es decir, como un complemento que modifica 
a los verbos que acompaña: ir, estar, andar, venir; aunque de distinta manera, porque cuando se va, se va a algún lado, cuando se está, se está en algún lugar, cuando se anda, se anda por y cuando se viene, se viene de.

Es así que el dónde, con tilde y en su sentido interrogativo, y que también puede ser exclamativo: ¡Dónde fue a caer!, así como en su función de adverbio relativo, es decir, cuando aparece sin tilde y añade información circunstancial a la acción verbal: Llévame a donde está él, puede acompañarse de diversas preposiciones que indican relación de espacio, tales como: a, de, desde, hacia, en, para, por, según el verbo al que acompañen y según lo que se quiera expresar. sin embargo, el único significado constante que éste tendrá será el de «lugar», pues es el elemento al que normalmente designa, aunque en ocasiones también expresa «destino, origen, situación, dirección, tránsito».

De este modo, cuando el donde, ya sin tilde, va precedido
 por la preposición a suele ir acompañado por un verbo que enuncia «movimiento, destino», «lugar al que»: Voy a donde
 me digas. con la preposición a se reconoce también la forma cohesionada que ha caído en desuso: adonde; y el uso de ambas formas a donde y a donde —o adónde— es aceptado por la rae y puede significar «el lugar que»: Iré a la ciudad adonde nací, sin embargo se prefiere lo segundo. mientras que, cuando el donde aparece detrás de la preposición en indica un lugar en el que se está o una ubicación: «lugar en que, lugar en donde»: Aquí es en donde sucedió todo.

En este último caso el donde también puede y suele ir sin la preposición: Aquí es donde sucedió todo.

 

Palabras: Allá se las haya su aya

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 23 Abril 2018 Visto: 2750

ahyyyaaaJosé Said Arellano Sabag. Algarabía

Déjenme contarles que a mi sobrinito Pedro le encantan las palabras.

Sólo le bastan dos homófonos para perderme en un vericueto semántico y, de ese modo, salirse con la suya. hace unos días me disponía a enseñarle
las capitales del mundo, pero él, para evitarlo, rápidamente me preguntó la diferencia entre
 haya y halla, vaya y valla, y yo, sin adivinar sus verdaderas intenciones, amablemente le expuse:

vaya
Vaya, así escrito, es una interjección que sirve para manifestar que algo nos satisface: «¡Vaya, por fin me ascendieron!»; también, antes de un sustantivo y de acuerdo con la entonación que le demos, hablará bien de él: «¡Vaya chica!», o mal: «¡Vaya musiquita!». Vaya es también la forma verbal en presente perfecto, modo subjuntivo, del verbo ir, para la primera y tercera personas del singular:

«Convendría que —yo / él / ella— vaya, pues conozco / conoce mejor el tema».

valla
Cuando escribimos valla, con ll, nos referimos a una línea de estacas o de tablas adheridas al suelo con objeto de proteger o delimitar un espacio, y actualmente también se les denomina así a las carteleras publicitarias que vemos en las construcciones o en los terrenos baldíos. En atletismo se usa para referirnos a los obstáculos y, en ese sentido, metafóricamente podemos usarla para mencionar los «obstáculos» que encontramos en la vida.

baya
Pero también tenemos la palabra baya, y ésta nos sirve para referirnos a los frutos pequeñitos y carnosos que tienen semillas rodeadas de pulpa, como las uvas, las moras, los capulines, las cerezas, etcétera, o también a algunas plantas como la matacandil.

Ahora entremos a los otros homófonos relacionados que son igualmente complicados. Nos referimos a allá, halla, haya, aya, hallá y La Haya... ¡Uf!

halla
Pues bien, halla, así escrito, es la forma verbal en presente perfecto del verbo hallar para la tercera persona del singular, en modo indicativo: «Él / ella halla la forma de zafarse todos los días»; en modo imperativo se le atribuye a la segunda persona del singular en las variantes tú y vos, para las cuales se distingue con la tilde de la última a: «¡Halla el camino!» —tú— o «¡Hallá el camino!» —vos.

allá
Allá, sin h y con acento en la segunda a, es un adverbio de lugar menos determinado que allí, por lo que admite ciertos grados de comparación que no permite este último: «El pueblo está aún más allá».

También denota lejanía: «Allá en el Rancho Grande, allá donde vivía...».

Además, nos sirve para manifestar desdén o despreocupación respecto a los problemas ajenos: «¡Allá tú!», o alejamiento del punto espacial o temporal en que se encuentra el hablante: «Voy para allá» o «Allá en tiempos de la Independencia». Por último, como frase sustantiva puede referirse al mundo de ultratumba: «Nadie sabe nada sobre el más allá».

haya
Escrita con y, haya es la forma verbal en presente del verbo haber, para la primera y la tercera personas del singular, pero en modo subjuntivo: «Es una suerte que —yo / él / ella— haya encontrado boleto, pues es el único concierto que dará en México».

Con la misma escritura, pero como expresión coloquial, haya nos sirve para denotar que alguien no quiere participar en algo o que se separa de la decisión de otra persona: «Allá se las haya, pues no me parece correcta su decisión»; y también como locución interjectiva para desear bien o mal a alguien: «¡Bien / mal haya el que sí / no escucha consejos!».

Como sustantivo, el haya es un árbol de buena madera cuyos frutos se conocen como hayucos.

Pero, junto al artículo la y con mayúscula, La Haya, se refiere al nombre de la capital administrativa de los Países Bajos, ubicada en la provincia de Holanda, de la que también es capital.

aya
Por último, sin la h, aya es un sustantivo femenino que se refiere a la persona encargada de custodiar niños o jóvenes y de cuidar su educación, o también a la nana: «Mi aya es muy estricta, pero aun así la quiero».
Después de esta larga clase de ortografía me dispuse a continuar con la geografía, pero él me lanzó la siguiente perorata, con la que puso fin a mis intentos: «Mal haya quien no halla la forma de enseñarme que La Haya es la capital de Holanda, pues ni azotándome allá con la rama del haya podrá vencer esta valla; mejor voy por unas bayas, pues ni mi aya puede hacer nada, ya que sólo repite cansada “¡allá tú!”».

¡Vaya niño!

 

Samuel Ahuactzin, artista del mes

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Abril 2018 Visto: 2887

samueelssA Samuel Ahuactzin, artista plástico, oriundo de Chiautempan se le reconoce su trabajo y trayectoria al ser artista del mes, exhibe una de sus piezas en el nicho del patio central.
Siempre es un orgullo en Tlaxcala es importante cuando te invitan a participar como artista del mes siempre es un orgullo y un reto también por híjolas! A veces piensas con qué cuadro, qué pieza puedo mostrar y ya cuando viene la pieza dices ah, caray!!
Estoy planeando una exposición, tal vez para final de año, quiero guardar un poco la obra, ya llevo algunos cuadros, la quiero hacer pictórica pero también estoy buscando que sea escultórica, aunque lo escultórico lleva más de tiempo porque son piezas en mármol y como son piezas de gran formato lleva un poco más de tiempo, entonces a final de año tengamos algo ya preparado.
Samuel Ahuactzin Cuecuecha cuenta con más de 20 años de trayectoria, ganador de premios estatales y nacionales en artes plásticas, pinta y esculpe lo más recóndito del ser humano a través de sus obras escudriña su interior, actualmente es docente de la escuela de arte de Tlaxcala, antes TIPAV

 

¿Quién fue? Einstein y la relatividad

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Abril 2018 Visto: 3061

s20 quien joveneiusteinNikolaus Nowak

Albert Einstein fue una de la mentes más brillantes del siglo XX, cuyas investigaciones realizaron grandes aportes a la Física moderna.

En el 2015 se 
cumplen 113 
años de uno de los
 descubrimientos
 más asombrosos
 de las ciencias 
naturales desde
 que el ser
 humano empezó a 
describir y descifrar 
el mundo que le
 rodea.

En esta misma fecha se
 cumplen 60 años de 
la muerte del padre de 
este descubrimiento, uno de 
los científicos más admirados 
y tal vez menos comprendidos
 de todos los tiempos:
 Albert Einstein (1879-1955). trataremos de echar tantita luz sobre esta figura que le dio un nuevo significado a la luz misma.

Aun después de un siglo, la teoría de la relatividad sigue siendo enigmática y alrededor de su creador se ha generado una gran cantidad de leyendas y mitos que enriquecen la amplia lista de citas reales del físico, con inventos alrededor de lo que él fue y dijo. No trataré de explicar la teoría de la relatividad, pero intentaré dar una perspectiva sobre el hombre detrás de ella.

Albert Einstein —quien cambió el mundo no sólo de la física, sino de la filosofía, y tuvo un peso indiscutible en la política— nació el 14 de marzo de 1879, en Ulm, al sur de Alemania y vivió su niñez en Munich. Aprendió a hablar más tarde que otros niños, pero —a pesar de la leyenda que ha servido de consuelo a tantas generaciones de infantes—, no fue tan mal alumno: sus calificaciones en la escuela eran medianas, aunque —cosa no muy sorprendente— resaltaba en física.

Albert era introvertido, muy interesado, desde temprana edad, por la condición de la naturaleza que le rodeó y muy pensativo, perdurable característica que explicitó en una entrevista: «Al principio, todos nuestros pensamientos giran alrededor del amor. Después, todo nuestro amor es para los pensamientos»1 .

En sus años de juventud se fue a Zurich, Suiza, para estudiar física en el Instituto Politécnico de esta ciudad, una de las instituciones más reconocidas en la materia. Allí, no obstante que algunos de sus profesores no creían en su capacidad, empezó a escribir sus primeros artículos. En 1905, a los 26 años, Einstein publicó, entre otros descubrimientos importantes, el ensayo que contenía la famosísima fórmula E=mc2 —La energía (E) es igual a la masa (m) por la velocidad de la luz (c) al cuadrado—.

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Esta fórmula es tan sencilla que es utilizada hoy en
 día ¡hasta en comerciales! Sin embargo, es a la vez tan compleja, que poca gente la comprende.

La revolución provocada por E=mc2 permitió la construcción de reactores nucleares para generar energía eléctrica, el desarrollo de
 las armas nucleares, la construcción de telescopios antes impensables y, asimismo, ha ayudado a explicar desde las partículas subatómicas —protón, electrón, etcétera— hasta el movimiento del Universo. El mismo año que la teoría de la relatividad fue publicada, Einstein le atribuyó extravagantes propiedades a la luz: una velocidad única e insuperable y un peso que la somete a la fuerza de gravedad.

La teoría de la relatividad cambió radicalmente lo que entendemos por «tiempo»
y, ante lo inimaginable de este descubrimiento, el propio Einstein explicó: «El tiempo... es lo que nos muestra el reloj». Más tarde, en otra presentación, explica la relatividad así: «Dos horas sentado al lado de una chica guapa pasan como un minuto; pero un minuto sentado encima de un horno caliente parece dos horas. Eso es lo que llamamos relatividad».

Einstein, ya famoso luego de los eventos de 1905, se
 mudó de la ciudad de Berna, donde había trabajado 
en la oficina de patentes, y llegó primero a Zurich,
 luego a Praga y, finalmente, a Berlín, en ese entonces
 centro de las corrientes científicas del Viejo Continente. Aprovechando la popularidad internacional que le allegaron las comprobaciones de sus teorías, comenzó a volverse políticamente activo: apoyó a la frágil democracia alemana, el sionismo y el pacifismo.

Fue en aquella época cuando declaró: «Si se comprueba mi teoría de la relatividad, los alemanes dirán que soy alemán y los franceses que soy ciudadano del mundo. Pero si me equivoco, los franceses dirán que soy alemán y los alemanes que soy judío».

Tras la toma del poder de los nazis en Alemania, en 1933, Einstein renunció a su membresía en la Academia de Ciencias y huyó de su país para no volver jamás. Acabó viviendo en ee.uu., donde se aseguró de alertar
 al gobierno de esa nación sobre la posibilidad de que Alemania pudiese llegar a construir un arma nuclear, basada, en parte, en predicciones de sus propias teorías. El presidente Franklin Delano Roosevelt decidió combatir a los alemanes por medio de lo que se conocería como «Proyecto Manhattan», dirigido por el físico estadounidense J. Robert Oppenheimer.

El final de esta historia es por demás conocido: el proyecto atómico alemán, liderado por el físico y Premio Nobel Werner Heisenberg (1901-1976), fracasó. La primera bomba atómica, desarrollada y construida por ee.uu., estalló en Álamo Gordo, Nuevo México, el 16 de julio
 de 1945. Después, una segunda bomba atómica estadounidense fue lanzada desde el bombardero B-29 Enola Gay sobre la ciudad japonesa de Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y una tercera se detonó en Nagasaki tres días más tarde, lo que puso fin a la ii Guerra Mundial.

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Son estos sucesos los que motivaron a Einstein a decir:
 «El ser humano construyó la bomba nuclear, pero a ningún ratón se le ocurriría construir una trampa para ratones».
 La labor a favor de la abolición de las armas nucleares se volvió esencial en la actividad política del físico durante los siguientes años: «Las ecuaciones me son más importantes, porque la política es para el presente, pero una ecuación es algo para la eternidad».

No cabe duda de que Albert Einstein fue uno de los más brillantes pensadores de la física del siglo xx e, incluso, para muchos, de la ciencia de todos los tiempos, a pesar de que fracasó en la tarea de entender a los seres humanos, de los que tuvo, hasta sus últimos días, un concepto muy escéptico: «Dos cosas son infinitas: el Universo y la estupidez humana; sin embargo, en lo que respecta al Universo, no estoy completamente convencido».

Texto publicado en Algarabía 26.

 

Inventos que cambiaron la historia

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Abril 2018 Visto: 2960

s37 inventos 120La Redacción

Aquí un breve recorrido por algunos inventos que cambiaron la vida del ser humano para siempre

Aquí un breve recorrido por algunos inventos que cambiaron la vida del ser humano para siempre. Como sabemos que esta lista puede causar controversia, aclaramos que la redacción de esta revista entiende por «invento» toda cosa que ha sido creada por uno o varios individuos de nuestra especie y que no se halla como tal en la naturaleza. Se los presentamos en una secuencia paralela al avance de la humanidad y sin calificar su grado de importancia.

Artículo patrocinado por:
1. La música. No hay nada más universal que la música. Considere, por ejemplo, que en toda la historia no podemos encontrar una sola cultura en la que no esté presente. Encabeza nuestra lista, pues no hay expresión humana más antigua que ésta —ni siquiera podríamos fecharla—. Como dijo Nietzsche: «Sin música, la vida sería un error».

2. El lenguaje. ¿Cuándo surgió el lenguaje? No lo sabemos de cierto. Pero ya sea que efectivamente en el principio haya sido el Verbo o que el Homo neanderthalensis (250,000-30,000 a.C.) fuera la primera especie a la que podamos atribuir el uso del lenguaje, de lo que sí estamos seguros es que, si tuviéramos que ordenar los inventos de acuerdo con su importancia, éste, indiscutiblemente, ocuparía el primer lugar.

3. La numeración. Contamos desde tiempos inmemoriales —por lo menos desde hace 32 mil años—. Cuántos hay de nosotros, cuántos son amigos, cuántos enemigos, cuántos días han pasado, lo que obtendremos en la compra, lo que se recibió en la venta... Y cuando la cuenta comenzó a hacerse larga y la mano no alcanzó, nacieron los números. De ahí, la aritmética, el cálculo, la economía... En fin, nuestra enorme dependencia de los números.

4. Las embarcaciones. Hace miles de años —algunos expertos aseguran que hace diez mil y otros que hace 7,500—, el hombre creó las primeras embarcaciones —tallando troncos y convirtiéndolos en algo así como canoas— debido a la abundancia de recursos que el mar le brindaba. Al final, este invento llevó al hombre a descubrir y explorar nuevas tierras.

5. Los mapas. El arte de la cartografía es muy antiguo, pues el primer mapa que conocemos data del séptimo milenio antes de Cristo y corresponde a la ciudad de Çatal Hüyük, hoy Turquía. Los mapas nos permitieron visualizar el planeta en el que vivimos, explorarlo y, con ello, conocernos mejor como especie.

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6. El ladrillo. Esta pequeña unidad de construcción data, cuando menos, del año 6000 a.C., aunque algunas fuentes le conceden mayor longevidad —7500 a.C.—. Que le pregunten a los tres cochinitos por qué aparece en esta lista.

7. La escritura. Según los especialistas, el primer sistema de escritura fue el pictográfico y lo inventaron los mesopotámicos alrededor del año 4000 a.C. —escritura cuneiforme—; más tarde, se emplearon los signos fonéticos. Pero el asunto es que plasmar por escrito nuestros sentimientos, ideas y sueños, así como dejar un registro de nuestro presente es tan, pero tan importante, que para algunos de nosotros vivir sin este invento no valdría la pena. Segundo lugar indiscutible en la imaginaria lista de los inventos más importantes.

8. La rueda. No sabemos exactamente cuándo se inventó, aunque quizá fue a finales del Neolítico. Siempre que hablamos de inventos importantes, viene a nuestra mente la rueda, pues facilitó el transporte de personas y carga por su escasa fricción. Un clásico entre los clásicos.

9. La llave y la cerradura. La cerradura más antigua fue encontrada en las ruinas de un palacio cercano a Nínive y, según los arqueólogos que la descubrieron, data de hace cuatro mil años. Se calcula que por esa misma época los egipcios ya usaban cerraduras y llaves de madera. Sólo si usted es de veras muy, pero muy desprendido, no comprenderá por qué son un invento trascendente.

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10. El vidrio. El vidrio se fabricó por primera vez dos mil años antes de Cristo y es uno de los inventos más útiles: nos ayuda a protegernos de la bipolaridad del clima, pues lo usamos en nuestras casas y automóviles; también está presente en mesas, focos, vasos, copas, adornos, en fin... ¿Le queda duda de su importancia?

 

El comercio de esclavos en el siglo XVII

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Abril 2018 Visto: 3060

esclavossRevista Arqueología Mexicana
En el siglo XVII los portugueses ostentaban gran poder económico en la ciudad de México, desde donde además, controlaban muchos aspectos de la vida económica del puerto de Veracruz y extendían su influencia a las principales ciudades, reales de minas y asentamientos de españoles en el Altiplano, las provincias internas del norte del territorio novohispano y las islas Filipinas. Se trataba de un grupo dinámico, bajo cuyo comercio se hacían los ingresos de esclavos en “cargazones” (más de 50 individuos) a los mercados de la Nueva España. Su ingreso y distribución desde el puerto supondría un mejor control de esta actividad, pero su contrabando mediante declaraciones individuales falsas (por ejemplo, declararlos al ingreso como sirvientes para después venderlos, entre otras muchas prácticas), fue una actividad cotidiana. De la misma manera, a raíz del establecimiento del “asiento” (contrato) con los ingleses (1713-1738), las autoridades aduaneras reportaron un buen número de ingresos de esclavos, y al mismo tiempo denunciaron el comercio de contrabando asociado, práctica que condujo a la cancelación del “asiento” por la vía de un conflicto internacional en el que salieron a relucir las armas. Es necesario apuntar que con el fin de controlar el comercio, el único puerto habilitado para recibir esclavos fue Veracruz, por donde ingresaron tanto los que provenían directamente de África como aquellos que eran adquiridos en las islas del Caribe (Jamaica, Barbados y posteriormente La Habana). Tiempo después, ya entrado el siglo XVIII, se abriría el puerto de Campeche a este comercio.

Los cálculos más conservadores dan una cifra de entre 250 000 y 300 000 esclavos introducidos a la Nueva España por Veracruz, procedentes de las costas del África occidental, entre 1570 y 1640, según el método mencionado. Tráfico, comercio e introducción que continuarían por el resto del periodo virreinal en cantidades menores y por medios de difícil cuantificación para los historiadores modernos, por lo que carecemos de cifras más precisas.

Conforme se establecía el orden colonial y los esclavos fueron adquiriendo su libertad por diversas vías (compra de la libertad, juicios civiles o religiosos, concesión graciosa por parte de los amos, etc.), el número de negros libres sobrepasó al de los esclavos. Los libertos fueron ocupando espacios rurales y urbanos y haciéndose de situaciones de privilegio que les permitieron a ellos y a sus descendientes formar, en esta región, el segundo grupo de población, sólo después de los “indios”, y desde finales del siglo XVI se consolidaron como segmento superior al de los “blancos”. En algunas regiones, como en el puerto de Veracruz y en las costas, se convirtieron en casi la única población y en muchas otras “se enseñorearon sobre los indios y lograron ser los principales portadores del ethos español en un mundo hostil y bajo conquista permanente”(García de León, 2011).
Tomado de Juan Manuel de la Serna y Herrera, “Negros, mulatos y pardos en la historia de Veracruz”, Arqueología Mexicana núm. 119, pp. 52-57.
Texto completo en la edición impresa. Si desea adquirir un ejemplar: http://raices.com.mx/tienda/revistas-las-raices-africanas-de-mexico-AM11

 

Recuperan a Leonora Carrington multifacética y artista total

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Abril 2018 Visto: 2769

largerPor primera vez se verán físicamente cuadros, dibujos y esculturas de la también dramaturga surrealista

Estreno mundial de Opus siniestrus, farsa de la autora, adelanta la titular del museo

Foto
La inauguración de Leonora Carrington: cuentos mágicos, será este viernes, y al día siguiente se abrirá al público. En la imagen, Las solteronas, 1947, óleo de la artista incluido en la muestraFoto Carlos Ramos Mamahua
Merry MacMasters

Periódico La Jornada
Los admiradores de la obra de Leonora Carrington (1917-2011) se encontrarán con muchos cuadros, dibujos y esculturas de la creadora surrealista que les son familiares, que marca el acto final de la conmemoración por el centenario natal de la artista.

La novedad es que por primera vez los verán físicamente y no mediante libros ilustrados. Un ejemplo vigoroso es el autorretrato de doña Leonora, fechado 1938-1939, propiedad del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (Met), que nunca se ha exhibido en México.

La exposición será inaugurada este viernes, y el sábado se abrirá al público.

Durante el recorrido para representantes de la prensa por la muestra Leonora Carrington: cuentos mágicos, que reúne 230 trabajos entre obra artística, documentos y fotografías, distribuidas en las dos salas y gabinete de la planta baja del museo, se hizo hincapié en las obras que no han sido exhibidas o son poco conocidas.

Sylvia Navarrete, directora del MAM, destacó la obra de teatro Opus siniestrus (1969), una farsa surrealista divertida y sarcástica, que en los años 70 del siglo pasado se estrenaría en Nueva York, iniciativa que se frustró por falta de fondos.

Ahora tendrá su estreno mundial con la Compañía Nacional de Teatro del Instituto Nacional de Bellas Artes; se presentará del 5 de mayo al 25 de agosto por las mañanas en los jardines del museo.

Incursión en el cine

Teresa Arcq, curadora de la exposición con Stefan van Raay, explicó: Primero, encontramos (en Nueva York) una copia del guion y las máscaras (diseñadas por Carrington para la puesta en escena), luego apareció en México una pintura con los personajes creados para la obra. También se halló el diseño de vestuario.

Asimismo, se ubicó un juego de Tarot pintado por Carrington. Otro aporte son los bocetos preparatorios para El mundo mágico de los mayas (1965), su primer gran mural hecho para el Museo Nacional de Antropología, que se trasladó al MAM.

Stefan van Raay contó que antes de esa obra, Fernando Gamboa, quien dirigía un proyecto artístico para decorar el Pabellón de Cáncer en el Centro Médico Nacional, había encargado a la artista un mural que no se hizo porque fue boicoteado por David Alfaro Siqueiros.

Asimismo hay un biombo (dedicado a su hijo Gabriel) y textiles, además de dibujos y cartas encontradas en el archivo del escritor Renato Leduc, entonces diplomático mexicano, quien se casó con Carrington en un gesto de caballerosidad para sacarla de Europa con motivo de la Segunda Guerra Mundial. ¿El tono de las cartas? En el fin Leonora se enamoró de él, en Nueva York y al inicio de su estancia en México, después no, dijo el curador.

Leonora Carrington: cuentos mágicos es una iniciativa en colaboración del MAM y el Museo del Palacio de Bellas Artes. El director de este segundo recinto, Miguel Fernández Félix, recordó que la artista tuvo una retrospectiva de pintura y tapiz allí en 1960, mientras en 2005 se celebró Universo de familia, en torno al clan Carrington-Weisz. La anterior exposición de Leonora en el MAM fue en 1994. A ese proyecto se suma el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco), adonde la muestra irá en octubre.

La propuesta curatorial consiste en mostrar todas las facetas de la expositora y recuperarla como artista total, pues su literatura y pintura son inseparables, apuntó Arcq. Aparte de ser dramaturga, escenógrafa y diseñadora de vestuario, Leonora también incursionó en el cine. Por ello la Cineteca Nacional ofrecerá un ciclo de seis películas, del 11 al 16 de mayo. Entre otras iniciativas participó en el cuento de Gabriel García Márquez, En este pueblo no hay ladrones, llevado al cine y dirigido por Alberto Isaac, e interpretó a una madre en Un alma pura, con guion de Carlos Fuentes, dirigida por Juan Ibáñez, ambas de 1965.

Feminista natural, otra faceta

Otra faceta de Carrington fue la de feminista. Leonora fue una protofeminista, es decir, una feminista natural, definió Arcq.

Stefan van Raay añadió que Carrington había estado con Betty Friedan, en Nueva York, y quiso organizar un grupo de feministas en Cuernavaca. De allí que se incluyen carteles hechos para esos colectivos de la Gran Manzana y una pintura de protesta que creó después de los acontecimientos del 2 de octubre de 1968.

Para Teresa Arcq, Leonora Carrington fue una visionaria que estuvo completamente adelantada a su tiempo. Además, había una congruencia total entre vida y obra.

 

Sor Juana Inés de la Cruz, mujer

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Abril 2018 Visto: 2774

SORJUANAValentina Santos. Algarabía
Sor Juana Inés de la Cruz aceptó llevar una vida de convento sólo para poder escribir y tener acceso al conocimiento.

Los enigmas que suscita la figura de sor Juana Inés de la Cruz parecen inagotables. Docta conocedora de la filosofía, poeta insaciable, pero, sobre todo, defensora imbatible de la razón, el talento de esta sabia cortesana da para muchos análisis.

Sin embargo, en este artículo nos centraremos en la doble condición de su vida religiosa. Su encierro monacal devino,
 por un lado, en padecimientos y penurias, pero, 
por el otro, implicó un desafío que fortaleció su espíritu y le permitió cultivar lo que más amaba: las letras. Echemos un vistazo a este mundo donde la condenación del cuerpo femenino se tradujo en impulso creativo.

El peso de la ilegitimidad
Para quienes han investigado a profundidad la vida de Sor Juana Inés de la Cruz —Ermilo Abreu Gómez y Octavio Paz, entre los más autorizados nombres— subsisten varias lagunas que, seguramente, jamás serán aclaradas. La primera es su fecha de nacimiento, establecida el 12 de noviembre de 1651, aunque Paz calcula que nació tres años antes y nos dice que la ausencia de un acta fiable obedece a una simple razón: en la Nueva España del siglo xvii no se acostumbraba registrar a los hijos naturales, y la pequeña Juana lo era.

Juana Inés nació en Nepantla, Estado de México, y parecía marcada por el nombre de este lugar, que en náhuatl significa «en medio» —lo que probablemente tenga que ver con 
el hecho de que el pueblo se sitúa entre los volcanes—. Casualidad o destino, esta medianía encuentra su análogo en la estirpe de Juana Inés, típicamente criolla.

La ausencia del padre en la vida de Sor Juana no significó discriminación alguna, pues los hijos naturales eran comunes. Se trataba, por así decirlo, de la regla y no de la excepción.

Otro misterio deriva del origen bastardo de la niña Asbaje. 
Se sabe que su madre, Isabel Ramírez, era analfabeta y que, a pesar de ello, estuvo al tanto de los talentos de su hija. A través de la poesía de la precoz Juana Inés resulta evidente el efecto de la trayectoria amorosa de Isabel, que, con el tiempo, estableció una relación con Diego Ruiz de Lozano, un capitán que le dio tres hijos más y quien, al parecer, trató siempre con estima y respeto a los vástagos de la primera unión.1

Octavio Paz señala con claridad que el dolor de la bastardía sería un lastre que Juana no superaría del todo y que, al contrario, la incitaría a tomar determinaciones de una audacia extraordinaria para su tiempo. La primera fue la negación absoluta de un destino conyugal, derivado de la posible repugnancia hacia la vida hogareña y, más importante aún, de la cancelación de la vida intelectual que acarrearía. No importaba, pues, que la jovencita destacara por su belleza; su interés principal radicaba en «saber».

Si bien Sor Juana no compartía las creencias acerca del cuerpo y la condición femenina, sí las acataba, para poder seguir con «lo suyo»: la lectura y la escritura.

Inteligencia descomunal y hermosura innegable parecían dos atributos incompatibles —y también imperdonables— para una mujer de su siglo. La moza Juana Inés se convirtió, entonces, en el objetivo de un hábil y temible cazador de núbiles damas que consideraba al cuerpo femenino como el principio de toda condenación e indignidad: Antonio Núñez de Miranda. Confesor de virreyes y férreo soldado de Cristo, era un hombre temible que evitaba ver a la cara a las mujeres y no establecía contacto físico alguno con ellas. El mejor servicio que podía prestar a la institución religiosa era el reclutamiento de almas femeninas, inferiores y encerradas en cuerpos proclives al pecado.

La deslumbrante muchacha de Nepantla se convirtió en un suculento bocado para tan hábil y poderoso individuo.

La clausura y el quebranto corporal
Una vez convertida en religiosa, Juana Inés hubo de
 sufrir la dureza de la vida monacal, misma que abatió su fortaleza física, mas no la espiritual ni la creativa. La joven verdaderamente carecía, como la mayor parte de las monjas, de un espíritu religioso que le hiciera por lo menos llevadera la vida en clausura, y la peor decisión para la inquieta novicia fue ingresar en la orden de las Carmelitas Descalzas, a instancias del propio Núñez de Miranda y con la venia de los virreyes.

Al poco tiempo de su ingreso y dadas las condiciones de ascetismo y las penurias, Sor Juana sufrió una crisis
 de salud y, debilitada, regresó a palacio. Pero un bocado tan suculento no se le iba a escapar tan fácilmente al fiero Núñez, y la religiosa fue destinada a otro espacio, el monasterio de San Jerónimo, mucho menos tortuoso que el primero.

Núñez de Miranda era un hombre extremadamente astuto
 y comprendió que un modo de mantener a Sor Juana 
Inés en relativa paz, en esta nueva clausura, consistía en 
no restringirle la posibilidad de estudiar y escribir versos «decentes», siempre que no se desviara de la tarea principal: la adoración de Dios. Las prohibiciones se limitaron al contacto con «los de afuera».

Así, Sor Juana se adentró y se sostuvo en un mundo restrictivo, marcado por la repugnancia al cuerpo femenino, la cancelación de la sensualidad y el temor a las ideas. Y
 en él, a pesar de todo, pudo seguir creando con la misma dedicación y sabiduría de siempre.

Los privilegios de las letras
La producción literaria de Sor Juana transitó por diversas etapas, de acuerdo con el ambiente en el que se desenvolvía y con las fidelidades que debía mantener. Así, en sus primeros años de vida desbordó su sensibilidad y el pesar que la ilegitimidad le provocaba en epigramas, como aquel en que confiesa «no ser de padre honrado».

También se sabe que escribía muchos textos por encargo, lo cual, a falta de indicios fiables, nos permite conocer la clase de relaciones que la bella escritora sostenía con el poder.
 La prodigiosa comprendió el peso de la ideología en las libertades creativas. De esta forma, su pluma trabajaba para articular composiciones en honor del citado virrey, su esposa y su pequeño hijo, que vino al mundo en 1683.

Epístolas —como las famosas intercambiadas con «Sor Filotea», seudónimo del obispo de Puebla, en las que defiende el derecho de las mujeres a acceder al conocimiento—, loas —El cetro de José— y pequeñas obras teatrales —Los empeños de una casa— se entremezclan con textos más elaborados que exigen una comprensión amplia no sólo del lenguaje, sino de códigos mucho más restringidos de los que a menudo no tienen conocimiento alguno sus lectores ni los destinatarios.

La referencia a deidades en la loa escrita con motivo del vigésimo cumpleaños de Carlos ii es un claro ejemplo de los recursos desplegados para agradar al palacio. Pero, semejante derroche de alabanza, bien puede demostrar una secreta ironía atesorada.

Erotismo y sabiduría enclaustrados
Con todo, si por fuera Sor Juana era una mujer taimada y ecuánime, por dentro, todas esas cualidades entraban en conflicto al no encontrar un cauce para su erotismo, que,
 a decir de los estudiosos, era desbordante, muy elevado, como también ambiguo e inasible en una única figura.

Los poemas dirigidos a la virreina María Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, cuya presencia es disimulada bajo otros nombres —Filis, uno de ellos—, dan cuenta de una relación cuyo carácter lésbico no puede ser comprobado, pero apunta a que la monja no era indiferente a los talentos, virtudes y sensibilidad del objeto de su afecto.

Todo texto que se refiera a la vida de Sor Juana resultaría incompleto si se omitiera la obra más extensa, compleja y ambiciosa: Primero sueño, que es, también, la composición más personal de la bella religiosa. Aunque se desconoce la fecha de su escritura, se calcula que data de 1895. Considerado un poema gongorino, en él, la autora —a diferencia de lo que estila Góngora— cifra el significado de la composición en el alma y no en los sentidos.

Piramidal, funesta de la tierra / nacida sombra, al cielo encaminaba / de vanos obeliscos punta altiva, / escalar pretendiendo las estrellas... Fragmento de «Primero sueño».

Sor Juana albergaría, en su corta existencia, un espacio relativamente amplio para expresar su talento lírico, lo cual no es poco, sobre todo, si se considera el universo represivo que rodeó a la brillante mujer. Sin embargo, esta libertad creativa halló su freno después de la crítica que hiciera a 
un sermón de Antonio de Vieyra, un connotado teólogo portugués, jesuita, por cierto.

El documento apareció en Puebla, en noviembre de 1690, bajo el título de Carta atenagórica de la madre Juana Inés de la Cruz, religiosa profesa de velo y coro en el muy religioso convento de San Jerónimo... Que imprime y dedica a la misma sor Filotea de la Cruz, su estudiosa aficionada en el convento de la Santísima Trinidad de Puebla de los Ángeles. El lenguaje directo de la misiva y su indiscutible carácter erudito ocasionaron múltiples ataques desde distintos púlpitos de escuelas y seminarios.

Después del incidente, 
la monja, a instancias del obispo de Puebla, Fernández de la Santa Cruz, aceptó dedicarse a asuntos menos profanos y a deshacerse de su espaciosa biblioteca, que constaba de
más de cuatro mil volúmenes.

Este golpe mermó el espíritu ciertamente envanecido y rebelde de Sor Juana, que falleció el 17 de abril de 1695, víctima de una epidemia que azotó al convento. A lo largo de su vida cultivó pasiones, envidias y lealtades, la más valiosa de ellas, sin duda, hacia sí misma.

 

Las obras imperdibles de Gabriel García Márquez

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 18 Abril 2018 Visto: 2974

gabriel garcia marquezfDiego Corona. Algarabía
«Dicen que yo he inventado el realismo mágico, pero sólo soy el notario de la realidad. Incluso hay cosas reales que tengo que desechar porque sé que no se pueden creer». G. G. M.

En la cumbre del realismo mágico latinoamericano confluyeron el papel y la tinta de Gabriel García Márquez, con ello escribiría una de las obras hispanas más importantes del siglo XX, misma que lo consagraría tras su publicación a mediados de 1967. A cuatro años de su muerte, te presentamos cinco obras imprescindibles del colombiano galardonado con el Nobel de literatura en 1982.

5. La hojarasca
A forma de preámbulo de lo que veríamos en su obra ulterior, Gabo nos presenta Macondo y atestiguamos los primeros asomos del realismo mágico en esta novela corta.

4. El coronel no tiene quién le escriba
Habiéndola escrito en su paso por París, la obra fue publicada en 1961. En una historia perspicazmente violenta en la que un coronel retirado mira la espalda de su patria. Entrevemos en ella mayor economía y un poco de sutileza en sus letras.

3. Crónica de una muerte anunciada
La carrera periodística de García Márquez se refleja en una obra compuesta como novela policiaca. Un rompecabezas literario que se inspiró en el asesinato real de un hombre en Colombia en 1951.

2. El amor en los tiempos del cólera
Apartada de los terrenos temáticos mayormente pisados, se convirtió en una de las obras más encariñadas de Gabo, pues se inspiró en la forma en la que su padre —de nombre Gabriel— cortejó a su madre, Luisa, y las dificultades a las que se enfrentó por la oposición del padre de ella.

1. Cien años de soledad
Sin lugar a dudas, la obra cumbre de Gabriel García Márquez que, además de representar la consolidación del realismo mágico latinoamericano, trajo consigo una revolución en la literatura. Figura entre los primeros lugares de las obras latinoamericanas más importantes del siglo XX.

 

Danza árabe

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Categoría: Cultura y Espectaculos Creado: 16 Abril 2018 Visto: 3528

Danza árabe y muestra musicaAlma Báez Orihuela, directora de la academia de danza árabe invita a la muestra coreográfica que ofrecerán el próximo 20 de abril.
El 20 de abril tenemos el gusto de participar en el 35 aniversario del instituto y vamos a presentarles un programa titulado luna del desierto que va abarcar desde la danza árabe más tradicional hasta ya los estilos fusionados. Pandero, sable, estilos fusión con listones serán de las piezas que interpretarán las alumnas de la academia desde principiantes a avanzados.
La fusión se da porque las mismas estudiantes me lo piden ellas como jóvenes tienen esa inquietud de crear y desde ellas de su inquietud de crear algo diferente surge la idea de hacer fusión y una de las fusiones rápidamente que les puedo platicar es con zamba, es muy interesante, muy bonita se escucha bien desde la música y les va a encantar.
Viernes 20 de abril a las 6 de la tarde es la cita, la entrada es libre

 

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