Por Dpa y Afparís. El compositor y director francés Pierre Boulez, uno de los más destacados representantes de la vanguardia musical, murió a los 90 años en la noche del martes en la localidad alemana de Baden-Baden, según confirmó hoy su oficina en París.
"Para todos los que lo trataron y pudieron apreciar su energía creativa, su exigencia artística, su disponibilidad y su generosidad, su presencia seguirá siendo viva e intensa", dijo la familia en un comunicado difundido por la Filarmónica de París, una sala de conciertos de la que fue impulsor.
Boulez tenía problemas de salud desde hacía tiempo y falleció en Baden-Baden con su familia, donde vivía desde que abandonó Francia, exasperado por lo que consideraba como el conservadurismo musical de su propio país.
Sus obras, interpretadas en todo el mundo, le llevaron desde los años 1950 a ser considerado uno de las grandes compositores-directores de su época.
Su trabajo sobre las relaciones entre la creación y la interpretación lo convirtieron en una figura clave del mundo musical, cultural e intelectual. Este teórico y pedagogo siempre quiso que la nueva música estuviera representada en los programas de las salas de conciertos e impulsó la creación musical de vanguardia.
Boulez recibió en el Conservatorio de París las enseñanzas de Olivier Messiaen, que influenció sus primeras obras.
Se consideraba principalmente compositor, pero también se hizo famoso por su arte interpretativo y su precisa dirección de orquesta.
Además fue gestor cultural, filósofo musical, profesor solitado internacionalmente y fundador del instituto de investigación parisino para la música/acústica IRCAM.
Su repertorio iba desde la música clásica, pasando por la música "microtonal" hasta conciertos con Bruce Sprinsteen o Frank Zappa.
Hijo de un fabricante de acero de Montbrison, nació el 26 de marzo de 1925. Durante su carrera hizo evolucionar la música dodecafónica de ArnoldSchönberg a la llamada música serial, una corriente de nueva música creada sobre series numéricas o proporcionales.
Sin embargo, en los años 50 su música rígidamente construida no estuvo exenta de controversia. La modernidad de composiciones como "Notations" o "Le marteausans maître", con las que juega con las posibilidades electrónicas para transformar el sonido, era con frecuencia criticada como atonal, caótica y desordenada.
En su faceta de director pasó por la orquesta de Cleveland (1967-1972), por la sinfónica de la BBC (1971-1975) y la filarmónica de Nueva York (1971-1977).
Boulez dirigía sin batuta, con un estilo sobrio, sin grandes efectos, con gestos nítidos y siempre respetando al máximo la intención de los compositores.
En ópera participó en producciones memorables como "El anillo del nibelungo" en el festival alemán de Bayreuth (1976-1980), con motivo del centenario de Richard Wagner, o en la primera versión integra de "Lulu", de AlbanBerg, en la ópera Garnier de París (1979).
Boulez también impulsó la creación de la Ciudad de la Música de París (inaugurada en 1995) y de la Filarmonía de París, una sala abierta en enero de 2015 sin su presencia porque ya estaba enfermo.