Nora Rachel Ramírez. El Sol de Tlaxcala. Tlaxcala, Tlaxcala.- "Entré con la expectativa de ganar porque, aparte de la complejidad que fue realizar la pieza, también fue un esfuerzo en conjunto; yo lo veo como una palmada en el hombro que te dice que estás haciendo bien las cosas", dijo Jorge Brandon Salazar Marín, sobre su primer lugar en la categoría de grabado, en los Premios Tlaxcala de Artes Visuales 2015.
La pieza "La parábola de la cactácea o cómo uno con el tiempo va echando raíces", se empezó a gestar en febrero de 2015, en una clínica que ofreció el Taller la Imagen del Rinoceronte, en Tlalpan, en la ciudad de México, en donde trabajó durante una semana, en donde "realicé varios prototipos de lo que sería la pieza que al final fue la ganadora del premio", expresó el artista visual, también conocido como "Error del Arte".
Acerca del proceso creativo, abundó que "La parábola de la cactácea..." ha sido una de las piezas que más trabajo le ha costado, tanto en impresión como en la creación y el aspecto del discurso.
Igualmente, mencionó que fue un trabajo muy agotador al ser más o menos 16 placas auxiliares, lo que hace de este trabajo algo colectivo, pues recibió mucho apoyo de sus compañeros artistas para levantar el papel, cambiar placa tras placa y demás.
De la misma forma, relató que el margen de error era muy amplio y para que saliera esa pieza tuvo que equivocarse muchas veces, por lo que, pese a ser grabado, no se pueden hacer más copias dada su complejidad, lo que la hace básicamente única.
Asimismo, comentó que la citada obra -elaborada en técnicas como: metal, linóleo, madera y offset- consta de cuatro autorretratos que muestran una evolución de su persona comparada con una planta, un nopal, que igual va creciendo y echando raíces.
Destacó que eligió ese tema porque era algo que le causaba mucha intriga, "eso de pensar por qué sigo con esta actividad creativa, es un tema que atañe a mi persona y me di cuenta que la mejor forma de expresarlo era a través de mí mismo".
Acerca de compararse con plantas espinosas, con las que ya había trabajado con antelación, dijo que muchas veces ha considerado las relaciones que ha tenido con unas personas o consigo mismo así: "agresivas, punzocortantes".
Lo que lo ha llevado a pensar que es necesario estar un poco más cerca de la naturaleza porque "se puede aprender mucho siempre de ella, y nosotros somos una generación que estamos acostumbrados al teléfono, a vivir en una sociedad que cada vez tiene más dificultad de convivir con ella".
Por último, enfatizó que para él echar raíces es continuar investigando y aprendiendo más cosas, y no fijarse tanto en el reconocimiento o los premios, puesto que "si uno trabaja, al menos yo siento eso, pues llegará lo que cada quien se merece".