El músico edita un disco que busca servir como conexión a través del tiempo y como tributo para los seres queridos que han fallecido
JUAN CARLOS TALAVERA. EXCELSIOR.
El Esteban Herrera Trío presenta el disco Fantasma. Foto: Cortesía Esteban Herrera Trío
CIUDAD DE MÉXICO.
En su disco ‘Fantasma’, el jazzista Esteban Herrera plantea un lazo hipotético con sus muertos, un tributo a los seres queridos que ya no están en este mundo, y un pretexto metafísico con el que a través de las notas demuestra que la música también es un vehículo de conexión con el pasado.
“En este disco a mí me ha interesado transmutar los instrumentos, es decir, que el piano haga las veces de los otros instrumentos, al igual que el bajo y la batería, porque en este trío nos gusta explotar la melodía y la armonía de la batería y del bajo, que es poco común”, explica Esteban Herrera.
El álbum es doble y contiene 13 piezas, de las que Herrera destaca: Ogro, Monstruo, Noches, Antídoto y Aquelarre, títulos que tienen que ver con el sentido metafísico del disco.
¿Cuál es la historia de este disco?, se le inquiere al pianista. “Podría decirte que hay una escuela jazzística en el trabajo de este trío, integrado por el baterista Jorge Servín y el bajista Miguel Chuck Rodríguez, lo cual podemos ejemplificar con esa libertad de improvisación y de expresión personal que cada miembro le brinda a las piezas, es un estilo que ha ido evolucionando desde hace cuatro años y tres discos”.
En particular esta producción, es un viaje hacia el interior, detalla, “una reflexión sobre mis sentimientos, principalmente hacia mi gente más querida. De ahí que el tema Fantasma, que le da el nombre al disco, surge a partir de una reflexión emotiva que tuve alguna noche, cuando recordé a mi abuela materna, quien murió hace 27 años”.
Entonces Esteban Herrera era un niño de nueve años que aún no tenía un acercamiento con la música. “Entonces sentí tristeza por el simple hecho de que mi abuelita, quien fue tan importante para mí, nunca supiera que sería músico”.
A partir de ese momento llegó la inspiración y todo lo que le podría decir en esa charla hipotética quedó integrada en el tema “Fantasma”, nombre que le daría sentido y unidad al álbum.
Cabe señalar que uno de los experimentos más interesantes del disco es Aquelarre, una pieza experimental donde los tres músicos improvisan la música de forma libre, para dar como resultado una pieza que se convierte en el termómetro más claro del trío.
¿Cómo ha sentido el trío la evolución del jazz en nuestros días? “Bueno, en este trío el compromiso es con cada quien, lo cual nos ha llevado, como músicos, a un sonido característico, a una plataforma de expresión real y genuina. Porque yo siento que el papel del arte es egoísta, pues nace de una expresión personal, pero al mismo tiempo es un regalo para todos porque implica desnudar nuestra alma”.
¿Pero hay una evolución? “Negaría el hecho de que estamos planeando algo o buscando una evolución. Simplemente cada uno trata de dominar los elementos necesarios para expresar lo que verdaderamente quiere. Sin embargo, la respuesta es ambigua porque sí existe una manifestación de parte de los tres, a veces no verbal, pero sí muy evidente de hacia dónde vamos”.
En el fondo, Esteban Herrera acepta que el jazz se ha convertido en u concepto polémico. “Porque para la mayoría se trata de un género tradicional, folclórico de Estados Unidos, lo cual ya no es lo que yo hago ni tampoco lo que hace la mayoría en el mundo”, asegura.
Esto significaría que el jazz, sólo podría ser jazz cuando es tocado por negros estadunidenses vestidos de traje y con instrumentos determinados que siguen un patrón o una escuela determinada de improvisación, con signos de swing y blues.
“Pues no, yo diría que lo que ha pasado con el jazz es que ha germinado en nuevas expresiones que ya no son ese folclor y ya no deben cumplir con ello. De ahí que en nuestros discos no haya rastros de un swing, ni blues... y aunque sería pretencioso decir que nuestro estilo es único, sólo diría que nuestra búsqueda no replica el jazz tradicionalista”, concluye.