Esta temporada, prepara tu chamarra y tu cámara y lánzate al Paso de Cortés y al Parque Nacional Izta-Popo ¡para admirar de cerca a estos dos colosos y disfrutar de la naturaleza!
Retratada por artistas como Gerardo Murillo “Dr. Atl” y José María Velasco, la Sierra Nevada conforma uno de los paisajes más hermosos del país: el de la segunda y tercera cumbre de mayor elevación en territorio nacional, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Si bien estos colosos son visibles desde distintos puntos de la región centro (como la Ciudad de México, Puebla y Cuernavaca), la experiencia de admirarlos de cerca y respirar el aire limpio de sus bosques es sorprendente. Para ello se puede visitar parajes como el Paso de Cortés y el Parque Nacional Izta-Popo.
Según la tradición, en 1519 el conquistador español Hernán Cortés usó el camino entre dos volcanes para llegar a México-Tenochtitlan, razón por la que años después tomaría su nombre: Paso de Cortés. Actualmente, este paraje es un gran atractivo turístico pues constituye el mejor punto para observar los volcanes. Este puerto montañoso está a 3,500 metros sobre el nivel del mar, en el municipio de Amecameca, Estado de México, y ofrece una maravillosa panorámica que, en días claros, se complementa con las imágenes del Pico de Orizaba, La Malinche, los valles de Puebla y Tlaxcala, el Nevado de Toluca y la gran cuenca de México. Desde este paso también se pueden emprender caminatas para alcanzar el Cerro Caracol, desde el cual se obtiene una vista que quita el aliento.
Por su parte, el Parque Nacional Izta-Popo es una de las áreas protegidas más antiguas de México, declarada como tal en 1935. Aunque los volcanes Popocatépetl (Cerro que humea; en lengua náhuatl) y el Iztaccíhuatl (Mujer dormida o blanca) son los mayores tesoros de la zona, en su vasta extensión (39,820 hectáreas) también se descubren bosques de coníferas que son hogar de numerosas especies de flora, como encinos y oyamel, y fauna, como venados cola blanca, gallinas de monte, coyotes, zorras gris y teporingos. El parque reúne el área natural que va desde las faldas del cerro Tláloc, hasta las laderas del Popo y la zona boscosa de Zoquiapan, y constituye uno de los principales “pulmones” de la región central.
Hoy es un sitio ideal para los amantes de la naturaleza. Los alpinistas pueden ascender a la cumbre del Iztaccíhuatl; mientras que los demás visitantes pueden practicar senderismo y ciclismo de montaña, así como acampar, montar a caballo y disfrutar de un día de campo con su familia y amigos. Los mejores meses para visitarlo es de noviembre a marzo, cuando las cimas están cubiertas de nieve, ofreciendo un ambiente blanco realmente único. El aire fresco de la montaña te llenará de energía mientras tienes un contacto directo con la naturaleza.
Entre leyendas
En la época prehispánica, estos colosos eran considerados sagrados y temidos por los habitantes. Además de ser las mayores fuentes de agua, dentro de su cosmovisión, eran seres vivos con un pasado heroico y de origen divino. El nacimiento de ambos volcanes ha dado lugar a numerosas leyendas, incluyendo una historia de amor entre un guerrero y su amante con quien, al encontrarla muerta, decidiría pasar la eternidad. Por ellos, ascendieron a sus cimas donde construyeron adoratorios e hicieron sacrificios.
Toma en cuenta
Para ascender al Iztaccíhuatl (lo cual se puede realizar desde La Joya, a 7 kilómetros del Paso de Cortés) es necesario pedir un permiso y registrarse en las oficinas del parque. Esta actividad requiere de preparación física y equipamiento correcto. También debes considerar que la zona es fría, por lo que procura ir abrigado y con calzado adecuado.
No te puedes perder
En puntos como Amecameca y San Rafael pueden conseguirse guías que te lleven al río Apatlaco o a la Cascada de los Diamantes.
Cómo llegar
Al Parque Nacional Izta-Popo
Desde la Ciudad de México se toma la autopista México-Puebla núm. 150 hasta la desviación a Cuautla, seguir hacia Amecameca y desviarse a Tlamacas.
Al Paso de Cortés
Toma la carretera federal Chalco-Cuautla, pasando por Amecameca y desviándose hacia el camino que atraviesa la comunidad de San Pedro Nexapa.