Por Fabiola Palapa Quijas Periódico La Jornada
Hace 40 años, la Compañía Nacional de Danza (CND) escenificó su primera temporada de El lago de los cisnes, que con coreografía original de Lev Ivanov y Marius Petipa se ha convertido en una tradición que cada año deleita al público en la isleta del lago menor del viejo Bosque de Chapultepec.
Ahora del 25 de febrero al 20 de marzo la CND desarrollará la temporada 40 del ballet más famoso a escala mundial, del que hasta la fecha en México se han efectuado unas mil funciones con la participación de más de 500 bailarines.
Ese montaje es único en el país porque se desarrolla en un escenario natural, que con la música de Piotr Illich Chaikovsky crea una atmósfera de ensueño, protagonizada por el príncipe Sigfrido y la bella Odette, quienes son acompañados por la reina madre y su corte.
Salvador Vázquez Araujo, director de la CND de 1972 a 1982, tuvo la visión de montar la obra en ese lago del Bosque de Chapultepec, con la finalidad de atraer más público a la danza de puntas y, por qué no, también para admirar a las bailarinas que lograban una pose estilizada a la manera de un cisne.
Algunas de las intérpretes que han hecho el papel de Odette, el cisne blanco, y Odile, el cisne negro, son Laura Urdapilleta, Susana Benavidades, Sylvie Reynaud, Elena Carter, Diana Gaddy, Jacqueline Fuller, Irma Morales, Sandra Bárcenas, Isabel Avalos, Tihui Gutiérrez, Laura Morelos, Lorena Kesseler, Elisa Ramos y Carmen Segura, mientras los bailarines Sygmunt Szostak, Joe Wyatt, José Luis Zamorano, Ioan Farkas, Fernando Jones, Carlos López, Jaime Vargas, Raúl Fernández, Jorge Vega y Erik Rodríguez han dado vida al príncipe enamorado.
A cuatro décadas de la primera temporada, Laura Echeverría, quien participó en las primeras presentaciones en la isleta del lago del Bosque de Chapultepec, expresa a La Jornada queEl lago de los cisnes surgió porque a Vázquez Araujo le interesaba atraer personas que tenían miedo de pisar el Teatro del Palacio de Bellas Artes y que pudieran asistir con toda su familia; además, el boleto era superbarato, no recuerdo exactamente el precio pero era muy accesible.
Aprendizaje maravilloso
Echeverría, quien formó parte de la CND durante 36 años, rememora que los boletos para ver el ballet se podían adquirir en la isleta del lago, pero en una función fueron insuficientes y las personas entraron a la fuerza y empujaron a los guardias, lo que obligó a Salvador Vázquez a vender las entradas por conducto del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Recuerda que la primera temporada fue en Semana Santa y duró pocos días. “Se armaron unos asientos para el público y el foro era blanco y negro. No había camerinos y nos vestíamos en el Teatro del Bosque, ahora Julio Castillo; ahí nos maquillábamos y vestíamos, luego nos subían al camión que nos trasladaba al lago y bajábamos corriendo porque había ratas, moscos; era impresionante, como una aventura. Al año siguiente se repitió la temporada y así poco a poco se ampliaron los días.
Las personas lo disfrutaban mucho y lo soportaban muy bien porque no eran los cuatro actos, sólo se presentaba el segundo. Duraba 30 minutos; luego, junto con los maestros Jorge Cano y Carlos López ampliamos algunas partes del ballet y se incluyeron las escenas de la corte en las que participábamos los administrativos y hasta la secretaria la hacía de corte; era muy divertido. Después se hizo más grande el montaje y se invitó a la Compañía Nacional de Danza Folclórica de Nieves Paniagua.
Para la ex bailarina “fue un aprendizaje maravilloso El lago de los cisnes desde que tenía 20 años hasta que me retiré de la compañía. El ballet es como la Navidad, porque las personas comentan ‘ya viene el Lago, ya viene la primavera’ y es un espectáculo de muchas emociones”.
El coreógrafo y ex bailarín de carácter de la CND, José Luis González, afirma que el Bosque de Chapultepec es el mejor escenario en el mundo donde se interpreta El lago de los cisnes y duda de que alguna compañía cuente con un espacio tan maravilloso.
“La idea de Sánchez Araujo de llevar el ballet al Bosque de Chapultepec, donde las personas pueden verlo en un escenario natural, marcó el éxito de este clásico del repertorio de la compañía. Todos los años las temporadas tienen llenos totales y se mejora la iluminación, el vestuario y los bailarines enriquecen su técnica. El lago... cada año tiene más audiencia.”
Lidiar con el frío
La ex bailarina María del Mar Mazzaferro, quien formó parte de las filas de la agrupación, que actualmente es dirigida por un consejo artístico tras la renuncia de Laura Morelos, tiene gratos recuerdos del ballet, pues además de ser del cuerpo de baile le tocó dar vida a Odette.
Es uno de los papeles que han marcado mi carrera y poseo recuerdos maravillosos. Fue un trabajo de crecimiento personal, un lujo realizarlo con la CND, y estoy inmensamente agradecida.
Respecto de la experiencia de actuar en un escenario natural, Mazzaferro indica: Tienes que lidiar con el frío, la lluvia, y eso hace que la musculatura y el trabajo sea más complicado. Por exponerse al aire libre la musculatura sufre más, y aunque se padece un poco, uno hace lo que ama y esto se ve reflejado al final de la temporada y las personas lo disfrutan mucho.
La ex bailarina, quien actuó en El lago... durante 15 años, recuerda que las funciones eran de martes a domingo y sólo descansaban los lunes, con bailarines fijos y sin rotación de papeles.
Francisco Rojas, ex bailarín de la CND y fundador de la compañía de ballet contemporáneo Convexus, reconoce que El lago... es una tradición en el país y comparte que fue una experiencia inolvidable pertenecer a una agrupación que en su repertorio cuenta con este ballet creado en Moscú a finales del siglo XIX.
“Tengo recuerdos muy gratos de la compañía. Mis compañeros eran Jaime Vargas, Irma Morales, Raúl Fernández, Sandra Bárcenas. Fue una generación que me aportó mucho e inspiró, porque eran artistas con experiencia escénica que se notaba en la fuerza en sus interpretaciones.
En todas las funciones se cautivaba al público y dejaba huella en cada asistente al Bosque de Chapultepec. En el segundo acto, mis compañeras eran unas guerreras porque es muy complicado bailar al aire libre; era una temporada difícil, pero se creaba una atmósfera mágica y por eso es un ballet único que pertenece al pueblo de México.
Rodrigo González, quien ha sido bailarín y maestro de la Compañía Nacional de Danza Folclórica de Nieves Paniagua, considera que Vázquez Araujo tuvo la visión de llevar a la CND a un espacio maravilloso, como el lago del Bosque de Chapultepec, escenario natural que tiene un castillo real de fondo y accesible para todo público.
González expresa que incluir una vozen off durante el ballet es un acierto, pues a las personas que no conocen esa historia se les explica y esto contribuye a que la danza llegue a más público.
Es una delicia estar inmerso en el bosque. Cada día es una función distinta, a veces hay neblina por el frío, otros días se ven luciérnagas; la misma naturaleza brinda un escenario diferente, aunque con la lluvia se debe cancelar la función y se repone el martes siguiente, indica el coreógrafo.
La participación del grupo de Nieves Paniagua se inscribe en una especie de intercambio cultural para Rodrigo, pues muchos bailarines de folclor toman clases de técnica clásica y esto enriquece la danza tradicional mexicana.
Con motivo de la temporada 40, la CND anuncia que este 24 de febrero el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro lanza un boleto conmemorativo y la Lotería Nacional emitirá un billete con el cartel de El lago de los cisnes para su sorteo del 4 de marzo, a las 20 horas.
El lago..., que en su temporada 40 tendrá será protagonizado por Alejandro Mendoza y Greta Elizondo, se realizará en la isleta del lago menor del Bosque de Chapultepec, del 25 de febrero al 20 de marzo, de miércoles a domingo a las 20 horas. Venta de boletos en taquillas del Centro Cultural del Bosque, el Palacio de Bellas Artes y el sistema Ticketmaster.