La Jornada
Por Merry Macmasters
Ciudad de México. El más reciente libro de Laura Esquivel, el diario de tita, segundo volumen de una trilogía que comenzó con como agua para chocolate (1989), fue presentado el jueves 19 en el exterior del museo de culturas populares. al acto acudieron amigos y colaboradores, muchos relacionados con el ámbito del cine, el teatro y la música, como Héctor Bonilla, armando manzanero, Regina Orozco, Héctor ortega, Joselo Rangel de café Tacuba y, claro, varias actrices que actuaron en la película como agua para chocolate (1992) como Lumi Cavazos, Claudette Maillé y Yareli Arizmendi.
Esquivel aseguró que nunca había querido escribir una segunda parte de como agua para chocolate, pero cuando asiste a las ferias de libros “hay cientos de jóvenes esperando, entonces, quise saber qué será que ven estas nuevas generaciones que les conmueve”.
Mientras el diario de tita narra 20 años de historia que no están contemplados en como agua para chocolate, el tercer libro, mi negro pasado, tiene lugar en la época actual y es protagonizada por maría, tataranieta de pedro y Rosaura, abuelos de Esquivel. El diario de tita, que se salvó del incendio, es el “eslabón perdido” entre el rancho de los familiares de la tía abuela y maría, explicó la autora.
La poeta y narradora Sandra Lorenzo, quien conoció a Esquivel hace 37 años, recordó que en como agua para chocolate Esquivel reunió cuatro elementos: la escritura, la cocina, los placeres del cuerpo femenino y el tejido, que estaban relegados ya que eran considerados, en general, como espacios poco prestigiosos para el ejercicio literario “serio”, es decir, para el ejercicio literario masculino.
Agregó: “Laura supo siempre, y ahora lo propicia en el espacio público también a través del trabajo político, que esos ámbitos 'femeninos' son los que crean la fortaleza del tejido social”.
Víctor medina cervantes, escritor, dramaturgo y guionista, anotó que el diario de tita es la primera novela de Esquivel escrita en primera persona, condición que la hace “más cercana”, ya que “la voz de tita nos permite entrar a su intimidad de manera automática aunque fantasmal, porque nos coloca en el lugar del diario”.