Los trabajos de renovación de infraestructura y contenidos terminarán en unos días; se invirtieron 650 millones de pesos
Reabrirá sus puertas el 8 de agosto, adelanta a La Jornada Dolores Béistegui, su directora
Los precios de entrada aumentarán entre 25 y 30 por ciento, anuncia
Aspecto del nuevo espacio que alberga diversas plantas en el recinto fundado en noviembre de 1993 y que en sus casi 24 años ha tenido varias intervenciones, aunque menores y concentradas en sus contenidos. Foto Luis Humberto González
Ángel Vargas. Periódico La Jornada
Una nueva época comenzará para Papalote Museo del Niño el 8 de agosto: reabrirá sus puertas al público totalmente renovado y está previsto que la ceremonia sea encabezada por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera.
Fueron 20 meses de trabajos, que se iniciaron en noviembre de 2014 y concluirán a finales de este julio, en los cuales se invirtieron 650 millones de pesos.
De esa cantidad, 370 millones de pesos fueron aportados por el gobierno capitalino y se destinaron a la remodelación y adecuación del inmueble; mientras, los 280 millones restantes, obtenidos por la propia instancia mediante campañas de recaudación, se utilizaron para adquirir los nuevos contenidos del museo.
Así lo hace saber su directora, Dolores Béistegui, en entrevista con La Jornada, y anuncia un incremento de entre 25 y 30 por ciento en los precios de las entradas.
Por un costo-beneficio óptimo
La localidad sencilla pasará de 129 a 199 pesos, y la experiencia total –la cual incluye el ingreso al museo, al Domo y la Megapantalla Imax–, de 199 a 249 pesos. Mantienen el mismo precio los accesos para el Domo y la Megapantalla: 99 pesos cada uno.
Béistegui asegura que el aumento es necesario, porque los costos del funcionamiento y el mantenimiento del museo han subido; recuerda que es una instancia que vive prácticamente de su taquilla, la cual representa 80 por ciento de las percepciones totales.
No somos un negocio, sino una asociación civil. Todo lo generado se reinvierte en el proyecto. Para la familia es una erogación fuerte, pero con su decisión de apostar por esta oferta educativa está invirtiendo, explica.
Quisiéramos verlo como un donativo. Esperamos que la experiencia ofrecida sea satisfactoria como para justificar esa erogación. Trabajamos para que el costo-beneficio sea óptimo.
Dolores Béistegui aclara que esa renovación de Papalote ocurre luego de que el museo, inaugurado en noviembre de 1993, había tenido varias intervenciones durante sus casi 24 años, aunque pequeñas y concentradas casi de forma exclusiva en sus contenidos.
Ahora es integral y busca atender a más personas en mejores condiciones. Antes de este proyecto el promedio al año era de 700 mil visitantes y ahora se busca que sea un millón 200 mil.
Otro eje de esta iniciativa es actualizar los contenidos y el discurso conforme a la realidad y las necesidades del país, así como en términos tecnológicos.
Queremos un Papalote con una oferta completamente nueva, sin perder su identidad. Sigue siendo el espacio donde el aprendizaje y el juego van de la mano; se aprende jugando y tocando; toda la experiencia es emocional y física, nadie dice qué hacer ni cómo hacerlo, sino que cada quien lo descubre, y se invita a los niños a desarrollar la curiosidad.
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Dolores Béistegui, directora de Papalote Museo del NiñoFoto Luis Humberto González
Esto tiene que ver con la idea de que si se despierta la curiosidad en los niños, afirma, se ayudará a formar seres extraordinariamente inquisitivos, reflexivos.
“Queremos niños empoderados, que pregunten, cuestionen y se comprometan. Serán más adelante adultos y si podemos sembrar esta semilla desde temprano, esta actitud de cuestionar para ir más, podremos tener una mejor sociedad y un país mejor.”
Necesidad de una reforma educativa
Dolores Béistegui resalta que en el trasfondo de estos cambios existe la necesidad de una reforma educativa, la cual tiene que ver con otro modelo de querer aprender a aprender, de aprender a convivir y a desarrollar competencias múltiples.
Tras aclarar que tal reforma nada tiene que ver con la del gobierno federal, detalla que se buscan otras maneras de que el aprendizaje sea más libre.
Además de incorporar temas que quizá no existían hace casi 25 años, por ejemplo la obesidad, la sustentabilidad del medio ambiente, el derecho a la ciudad y la movilidad, la convivencia, la necesidad de crear ciudadanía y el respeto a las diferencias, agrega.
El nuevo discurso de Papalote propone una historia integral, con 108 exhibiciones, de las cuales 95 son nuevas, distribuidas en seis núcleos temáticos interconectados y que no tienen un recorrido específico. Se requiere de cinco horas para la visita.
Esa historia, apunta la promotora, es hacer que el niño entienda que es único y corresponsable de todo lo que ocurre en su entorno.
De los núcleos temáticos, adelanta que hay uno dedicado al viaje del aprendizaje, las herramientas que tiene toda persona; otro, al funcionamiento del cuerpo, biológica y emocionalmente, y cómo hay que cuidarlo; y uno más, a la diversidad y la riqueza de la fauna y la flora de México.
También están el que tiene como protagonista a la Ciudad de México, desde su ecosistema hasta el derecho y la obligación de construir ciudadanía; el dedicado al hogar y la familia; y, por último, una nueva propuesta, Laboratorio de ideas, que invita a experimentar, descubrir e inventar con recursos desde la robótica hasta talleres de plástica.