A 25 años de su apertura, este centro cultural conserva viva la memoria y el legado del vate zacatecano que habitó este inmueble porfiriano
VIRGINIA BAUTISTA. EXCÉLSIOR
CIUDAD DE MÉXICO.
La habitación donde murió Ramón López Velarde (1888-1921), con el techo de cielo raso blanco, como se usaba a finales del siglo XIX, conserva el ambiente íntimo, cálido y modesto en el que vivió el hoy considerado padre de la poesía contemporánea.
El museo de sitio dedicado al autor del famoso poema La suave patria (1921) y la Casa del Poeta que lo alberga, ubicada en la colonia Roma, llegan a sus 25 años de actividad consolidados como uno de los pocos espacios dedicados a la poesía en la Ciudad de México.
Ideado por los escritores Guillermo Sheridan (el cuarto del poeta) y Hugo Hiriart, presidente y secretario del patronato de la Fundación Casa del Poeta, respectivamente, el museo evoca de una manera singular la vida y la obra del vate zacatecano.
“La propuesta curatorial sigue vigente. Es un museo metafórico. Se solicita a los visitantes que observen cada objeto, lo relacionen con la poesía de Ramón y lo interpreten de acuerdo a su sensibilidad”, explica en entrevista María del Carmen Férez.
La tesorera del patronato y directora de la Casa del Poeta Ramón López Velarde, que empezó a funcionar a finales de 1991, detalla que la idea central es que los visitantes sientan en verdad el ambiente y conozcan las costumbres que rodearon al autor de La sangre devota (1916), quien pasó los últimos tres años de su vida en esta pionera vecindad porfiriana.
Una levita y un bombín, el aguamanil y las tijeritas que muestran cómo se afeitaban los señores en esa época, cojines con encajes, un baúl lleno de bordados, una mesita con remedios de botica y el Ropero de los Sueños son algunos de los objetos que despiertan la imaginación.