Visita Tlaxcala: Tlaxco "Pueblo Mágico"
Se ubica al norte del estado de Tlaxcala, su nombre proviene de la palabra Tlachco, la cual a su vez se integra con los siguientes vocablos: Tlachtli, que quiere decir juego de pelota y Co, que denota lugar. De esta forma Tlaxco significa "en el lugar del juego de pelota".
Tlaxco está situado en la zona montañosa, ofrece bellísimos paisajes como bosques, quebradas, arroyos y pequeñas cascadas, que resulta un paraíso para quienes son aficionados al campismo. El tren, que con su traqueteo nos transporta a un lugar y a una época diferente, hace su parada en esta ciudad. En sus apacibles calles se distinguen templos y añosas edificaciones, reminiscencias de la arquitectura del Porfiriato, guiños al arte de la platería, al mismo tiempo que la tierra que la rodea nos embarca en un paseo por las haciendas y ganaderías célebres del Estado. A esto hay que añadirle su cercanía a la Sierra de Tlaxco, un aliciente para disfrutar de la naturaleza sin tener que correr largas.
A escasos 40 km de la ciudad de Tlaxcala rumbo al norte, casi en colindancia con el estado de Puebla, se ubica Tlaxco, pequeña población rodeada de bosques de pinos y encinos.
MÉXICO DESCONOCIDO
Además de su iglesia de cantera, Tlaxco es notable porque alberga una sencilla casa de adobe con reja amarilla, uno de los talleres de rescate de joyería más importantes de México. La maestra Eva Martínez Sánchez, directora del taller, nos explica con sencillez: Todo empezó en 1985, cuando, a raíz de los sismos; la maestra Martha Turok, de la Dirección General de Culturas Populares; me comisionó para rescatar unas máquinas abandonadas en Tlaxcala". Egresada de la Escuela de Joyería de Arte y Diseño de la SEP y el INBA, Eva Martínez señala: "Desde pequeña, en Saltillo, fui muy aficionada a la pintura y a hacer rudimentarios trabajos de joyería. Al llegar a Tlaxcala quedé gratamente sorprendida al darme cuenta de que algunas de las máquinas abandonadas eran para trabajar la plata".
Se inició así un trabajo de auténtico rescate arqueológico.
La maestra Martínez empezó a viajar por Michoacán, Guanajuato, Morelos, Jalisco, Estado de México, Yucatán y, por supuesto, Tlaxcala en busca de piezas antiguas -de los siglos XVIII y XIX- para reproducirlas. "El ser humano siempre ha tenido la necesidad de usar joyas, piezas bellas para él muy valiosas, pero que fácilmente son objeto de robos o extravíos, señala Eva Martínez. La labor de rescatar las piezas antiguas debe continuar. México es un país muy rico y, sin duda, hay todavía muchos diseños que están a punto de perderse. Recrear esas piezas es una buena manera de preservar testimonios de otras épocas, de no desligarse del pasado". En el taller de Tlaxcala, la maestra Martínez, así como Erasmo Hernández Montalvo y Lucía Hernández Sosa, reproducen aretes antiguos en plata con corales, cuarzos, granates y amatistas, entre otras piedras.
El resultado de su trabajo es excepcional. Cada pieza es una obra artesanal, ya que gran parle del proceso se hace manualmente. "Una vez que la pieza ha sido rescatada, se inicia una serie de diecisiete pasos que concluyen con el armado del arete", explica la maestra Martínez. Para confeccionar los aretes se utiliza la antigua técnica de "cera perdida". Los diseños datan de los siglos XVIII y XIX Y están, casi en su totalidad, inspirados en la simbología católica, imperante en aquellos años.
En sus trabajos, el taller de Tlaxcala representa elementos de la naturaleza: pájaros, garzas; frutales: granada, uvas y hojas de parra, y flores, como rosas y margaritas. Hay, además, figuras de cruces, manos, moños y llaves. Actualmente, en el taller se hacen diez modelos de art nouveau provenientes de Francia, pero que fueron muy populares entre la sociedad mexicana de la primera mitad del siglo XX. Muchas de las piezas que ahora se producen en el taller originalmente fueron de oro. Hoy cobran, a través de la plata, una nueva vida, salen del anonimato para ser objeto de ornato accesibles. Prolongación del pasado, estos aretes son la respuesta a un sentimiento muy pocas veces resuelto: la nostalgia.