J J Negrete. Algarabía
La codicia suele ser el preámbulo de cualquier tragedia...
Al menos esa parece ser la idea detrás de las últimas crisis que se han desatado en el mundo, independientemente de su origen y alcance.
Los villanos arquetípicos de la actualidad distan de retorcerse el bigote más que de acomodarse el traje y pensar estrictamente en negocios. Hemos hecho del empresario y el corporativismo el nuevo villano en nuestras fábulas contemporáneas, cuando menos es lo que filmes como Horizonte profundo presentan: la conversión de eventos reales en trepidantes ficciones con una moraleja, rudimentaria, pero efectiva.
Basada en la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon, que en el 2010 provocó el derrame de millones de galones de crudo en el Golfo de México.
Considerado el peor desastre ecológico de la historia, del cual se le adjudica responsabilidad a un par de ejecutivos de camisas sudorosas con el logo del monstruo corporativo British Petroleum, este filme dirigido por Peter Berg –Batalla naval (2010); Lone survivor (2013)– se centra más en una sensible representación de las dinámicas y la interacción entre los trabajadores de la plataforma que en una vívida representación de la tragedia en sí.
Berg, cuyo estilo es frecuentemente acusado de ser una copia al carbón del de Michael Bay, presenta un trabajo de una notable madurez y de una hábil construcción de tensión. El tono es de inminente y ominoso desastre, con sus múltiples planos largos y aunque desde el punto de vista técnico resulta complejo ver en todas sus dimensiones lo que provocó el desastre, Berg no necesita más que una lata de refresco y la explicación de una niña de 10 años para explicarlo.
–Checa también los peores desastres industriales–
Mucho menos artificioso y plástico en su planteamiento visual que el mentado Bay –Transformers, 2007; 13 Horas, 2016–, Berg es un estilista más modesto y centrado quien en Horizonte profundo nos involucra en las historias de los trabajadores, particularmente de Mike Williams –Mark Wahlberg–, jefe de mantenimiento y Jimmy Harrell –enorme Kurt Rusell–, jefe de seguridad y de cómo la sabia camaradería obrera se enfrenta a la despreciable codicia de los funcionarios Kaluza –Brad Leland– y Vidrine –John Malkovich, antagónico por excelencia.
Construyendo una tensión de la misma manera que el crudo se acumula subterráneamente para salir violentamente disparado, Horizonte profundo es una intensa celebración de la clase trabajadora y su resiliencia.
Un mensaje que cala hondo en el actual escenario político de los ee.uu, en el que la bruta codicia personal ha tomado como bandera el reclamo del trabajador, que en su rabia no ha reparado en tan engañoso disfraz.