En la escultura se han identificado rastros de varios recubrimientos, entre los que destaca una capa orgánica verde-marrón aplicada por Manuel Tolsá, explicó Liliana Giourguli, titular de conservación del patrimonio cultural de ese instituto
Anuncian manual específico para preservar esa estatua
Un especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia trabaja sobre la estatua ecuestre de Carlos IV, creada por Manuel Tolsá, la cual fue dañada en 2013, debido a que se le aplicó ácido nítricoFoto Yazmín Ortega Cortés
Ana Mónica Rodríguez. Periódico La Jornada
La escultura El Caballito restablecerá su integridad y exhibirá una tonalidad visual verde-negruzca a más tardar en junio del próximo año, luego de los daños que tuvo debido a la aplicación inconveniente de ácido nítrico en 2013.
Así lo explicó Liliana Giorguli Chávez, coordinadora nacional de conservación del patrimonio cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), y dijo que durante los recientes trabajos efectuados en el monumento “se identificaron rastros de diversos recubrimientos, entre los de que destaca una capa orgánica verde-marrón con la cual en su época –hace 213 años– Manuel Tolsá recubrió la estatua matizando zonas de luces y sombras”.
Además, se detectó un agujero debido a un balazo que se impactó en el pecho de Carlos IV, suceso que no se sabe cuándo ocurrió.
Al presentar un diagnóstico, Giourguli Chávez aseguró que luego de concluir la siguiente etapa, en siete meses y medio, que abarca la intervención a la escultura y el pedestal se restablecerá su integridad, sobre todo, enfatizando la estabilización, protección e integración de la superficie metálica que fue dañada por el tratamiento inconveniente de ácido nítrico.
El equipo interdisciplinario que se integró para intervenir la estatua en los próximos meses considera criterios de conservación, como son la mínima intervención necesaria, el respeto a los materiales constitutivos, la compatibilidad de los materiales a usar con los originales y la identificación clara de intervención a realizar.
Desmontarán la cornisa
En los siguientes trabajos, los especialistas harán una limpieza general acuciosa para eliminar los restos de elementos indeseados, entre ellos recubrimientos del siglo XX, como resinas sintéticas y ceras para partir de una superficie con comportamiento homogéneo que permita lograr una estabilización química que consistirá en la generación de una capa de óxido de cobre.
Una vez estabilizada la superficie, puntualizó Liliana Giourguli Chávez, serán colocados una serie de recubrimientos pictóricos y de protección para restituir la unidad visual a la estatua y serán resanadas todas las pequeñas fisuras para evitar el depósito de suciedad y filtración de agua.
Respecto de las condiciones del pedestal, Arturo Balandrano, coordinador nacional de monumentos históricos del INAH, aclaró que los daños que tiene esta base son ajenos a la intervención de 2013 y el núcleo cuenta con estabilidad estructural, aunque hay pérdida de mortero entre éste y el recubrimiento pétreo.
Para solucionarlo, “se desmontará la cornisa –pieza por pieza– y se harán inyecciones de mortero en el interior de la junta, después se recolocará la cornisa buscando otorgarle a las molduras la horizontalidad que habían perdido; se sellarán las esquinas y se pondrán placas de plomo para evitar que la disolución de mortero vuelva a ocurrir”.
Concluidos los trabajos en 2017, los especialistas presentarán un manual de conservación específico para la estatua y el pedestal; además, plantean que se realice un monitoreo a corto y mediano plazos con la instalación de una Estación Climat para medir la corrosividad atmosférica.
Para la primera etapa, retomó Liliana Giourguli Chávez, el Fideicomiso Centro Histórico de la Ciudad de México aportó 2 millones de pesos y para la siguiente se consideran más de 5.5 millones de pesos, además de la aportación de una empresa privada de 350 mil pesos.
Proyecto paradigmático
El Caballito, que fue fundido en una sola colada –de casi cinco metros de altura, otros tantos de largo y 13 toneladas– puntualizó la funcionaria, constituye un proyecto paradigmático de restauración de una obra maestra, considerada las más destacada escultura ecuestre histórica del hemisferio.
La afectación a El Caballito, manifestó Balandrano, es un hecho consumado debido al cual el instituto hizo un diagnóstico con una metodología que jamás se había utilizado en el país para ninguna escultura. Tenemos esta experiencia para que no vuelva a ocurrir y, vale la pena señalar, que estos trabajos nos han dado luces en relación con la historia y la magnificencia del quehacer de Tolsá.