El retorno del realismo. Siqueiros y la neovanguardia (1958-1974) es una revisión de las propuestas estéticas del pintor desde su archivo particular
SONIA ÁVILA. Excélsior
David Alfaro Siqueiros (Chihuahua, 1898 - Cuernavaca, 1974) marcó una avanzada al muralismo mexicano. Su carácter siempre experimental lo llevó a transformar el sistema de producción y distribución de las prácticas artísticas más allá del muro bidimensional. Hizo a un lado la discusión entre abstractos y realistas, y entendió que sus ideales políticos podían comunicarse igual en biombos, poesía visual que revistas de literatura y espectáculos multimedia. Un arte revolucionario sustentado en su visión socialista.
“De alguna manera el primer paso que hizo del muralismo era convertirlo en ‘escultopintura’, pero después, y no acabó ese proyecto que era el museo de la composición del muralismo que se convierte en un proyecto pedagógico, era hacer que el muralismo desbordara sus propios medios, ve que se puede trabajar con otros elementos. Es expresar estas cosas políticas desde otros soportes como construir escenarios o transformar un discurso”, explicó el curador Julio García Murillo.
De este Siqueiros experimental da cuenta la exposición El retorno del realismo. Siqueiros y la neovanguardia (1958-1974), que hoy abre en la Sala de Arte Público Siqueiros. Es una revisión de las propuestas estéticas del muralista a partir de su archivo particular. Una lectura, a cargo de García Murillo, que evidencia cómo el artista integrante del Partido Comunista rompe sus propias fronteras, y acorta la distancia con creadores como el dramaturgo Juan José Gurrola, el escritor chileno Hernán Lavín e incluso artistas chicanos más jóvenes.
La revisión curatorial parte de los dos biombos que el artista hizo en Lecumberri en 1960. El curador contó que se trata de escenografías para la puesta en escena Licenciado no te apures, que un grupo de presos montaba dentro de la cárcel. Siqueiros crea un sistema en el que cada panel del biombo representa un momento de relato. Son entonces cuatro escenas en las que hay elementos recurrentes de sus murales como “la madre proletaria”, o figuras experimentales como máscaras griegas, personajes rubios y paisajes abstractos.
El par de biombos, resguardados en el acervo del Archivo General de la Nación, se exhibirán por primera vez juntos en la SAPS. Son piezas de dos y medio por cuatro metros con diferentes técnicas pictóricas. García Murillo dijo que el muralista los pintó con los materiales que tenía dentro de la cárcel, y su valor histórico es, en gran medida, lo que sostiene su técnica.
“La exposición intenta alejarse de la lectura generalizada que se ha hecho de Siqueiros en los años 70 y 80 como un viejo oficial y lo comparamos con la historia de otros agentes para hacer evidentes esas relaciones con Manuel Felguérez, José Luis Cuevas, Alberto Isaac con quienes de alguna manera colabora con nuevos lenguajes experimentales”.
En este sentido, la investigación plantea que la imagen mítica de Siqueiros es un invento de la Generación de la Ruptura que adopta como figura central a José Luis Cuevas. Una invención de los pintores en el marco de la lucha entre realistas y abstractos que a la distancia limita la apreciación de otras dimensiones estéticas del autor de Cuauhtémoc contra el mito.
En la exposición, esos aspectos lo vinculan con el periodista Sergio Mondragón y la poeta feminista Margaret Randall en la revista El corno emplumado, donde por primera vez se traduce poesía estadunidense al español, y latinoamericana al inglés.
Siqueiros se convierte en colaborador no sólo con dibujos para ilustrar las páginas, sino en una suerte de promotor al donar obra para subastar y recaudar fondos. De la misma manera apoyó el arte chicano vislumbrado por las expresiones nuevas.
Tal vez de esas relaciones interdisciplinarias resalta su trabajo con Juan José Gurrola. Fue en 1971 cuando el dramaturgo dona al Vaticano la figura del Cristo, y Siqueiros le propone musicalizar la pieza pero el ejercicio no se concreta. Entonces el muralista lo invita a participar en el espectáculo que inauguraría el Polyforum Siqueiros. Gurrola propone una obra sonora que el comité del espacio rechaza. El curador señaló que, si bien ambos planteaban procesos distintos, coincidían en el arte revolucionario. Sus visiones se cruzan en una plástica experimental.
“El retorno del realismo es un título que habla de las relaciones que establece la neovanguardia de los 60 y nos interesaba destacar cómo artistas de esta corriente tienen en el imaginario la obra de Siqueiros porque forma parte de esa vanguardia”, acotó García Murillo. Por ejemplo, el propio Felguérez al saber del proyecto del Polyforum bromeó a Siqueiros diciendo que le había copiado su mural Metal de hierro.
Sobre la relación de amistad-odio entre Cuevas y Siqueiros, el curador dijo que el primero representaba la generación de abstractos y el segundo de realistas: “Tiene que ver con una agenda estadunidense activada por la Organización de Estados Americanos con José Gómez Sicre, que de alguna manera era una disputa entre abstractos y realistas; la avanzada estadunidense para poner fin al arte político latinoamericano”.
¿Dónde y cuándo?
El retorno del realismo. Siqueiros y la neovanguardia (1958-1974) se inaugura hoy a las 19:00 horas en la Sala de Arte Público Siqueiros (calle Tres Picos 29, Polanco). La muestra permanecerá abierta hasta el próximo 14 de mayo.