La periodista Rosario Manzanos recibirá hoy el Premio Nacional de Danza Contemporánea José Limón 2017
Juan Carlos Talavera. Excélsior
Foto: Facebook Rosario Manzanos
CIUDAD DE MÉXICO.
La falta de educación y conocimiento en torno a la danza ha propiciado un abismo entre los creadores y el público, afirma la periodista y crítica de danza Rosario Manzanos, quien es colaboradora de Excélsior y hoy recibirá el Premio Nacional de Danza Contemporánea José Limón 2017, por sus 28 años de trayectoria, en la inauguración del Festival Internacional de Danza José Limón, en el Teatro Pablo de Villavicencio.
Mi experiencia dice que no existe un puente entre el público y los creadores, quienes se han desarrollado y especializado en lenguajes muy particulares y en concepciones específicas que no siempre son complacientes”, dijo, vía telefónica, a unas horas de que viaje a la capital de Sinaloa donde será galardonada por su trayectoria como periodista crítica.
Y añadió: “Hoy sabemos que en nuestro país hemos tenido montajes lamentables y otros que pueden aplaudirse, pero algunos más han sido extraordinarios y han pasado desapercibidos porque el público no ha logrado conectarse con lo que sucedía arriba del escenario. Así que en ese sentido estricto pienso que no existe ese puente”.
Rosario Manzanos estudió en la Escuela Nacional de Danza del INBA, se especializó en técnica inglesa y cubana de Ballet con Ana del Castillo; fue alumna del taller de dramaturgia teatral dirigido por Víctor Hugo Rascón Banda, en la Casa del Teatro; y más tarde fungió como jefa del Departamento de Danza de la UNAM.
En 2003 fue distinguida con el Premio Fernando Benítez de Periodismo de la FIL de Guadalajara, así como el tercer lugar en la Bienal Internacional de Radio, con un programa sobre José Rivera producido por Radio Educación. También ha colaborado para Radio UNAM, Radio Educación, Canal 40, Canal 22 y la revista Proceso.
Este galardón, reconoce Manzanos, es un honor porque distingue la trayectoria de creadores, maestros, investigadores y especialistas en la crítica, todas figuras fundamentales para la danza contemporánea en nuestro país.
Admitió que en este momento existen muchos blogueros que intentan realizar numerosos proyectos vía internet. “En mi caso he sido una periodista que sólo he trabajado en medios de proyección nacional, bajo un perfil crítico que puede llegar a ser incómodo. Y somos incómodos, porque eso implica no ser condescendiente, porque puntualizamos aspectos que no sólo tienen que ver con la danza, sino con el desarrollo institucional de la danza”.
¿Por qué es importante la crítica en el terreno de la danza? “La crítica es importante en todos los terrenos, porque muchas instituciones gubernamentales, en mi experiencia, hacen lo posible para que el público no tenga acceso a cierta información sobre su trabajo, su forma de operación y sus resultados. Ahí los periodistas críticos tenemos la obligación de obtener esa información. Por esa razón las instituciones gubernamentales y los críticos siempre estaremos enfrentados”.
¿Cómo nació su amor por la danza? “Ya tengo 28 años como periodista y la primera vez que puse un pie en un salón de danza fue a los seis años. Soy egresada de la Escuela Nacional de Danza, así que no hablo de algo que no conozca. Sin embargo, no es porque haya cursado la carrera, sino porque desde niña me gustó mucho ser espectadora”.
¿Qué veía en su infancia? “Vi todo lo posible y concebible dentro de la danza, porque mis padres me llevaron a ver lo más posible, y eso incluye desde el Bolshoi Ballet hasta el Holiday On Ice. Así que he visto cosas muy malas, regulares, buenas y extraordinarias en México. Y después he invertido en ver el trabajo que se realiza en el extranjero, para determinar el estado de la danza a nivel nacional”.
¿Cuál es uno de los mayores vicios que encuentra en la danza mexicana? “Que evidentemente no siempre tiene todos los apoyos o las condiciones para hacer un trabajo excepcional, aunado a que las instituciones culturales, en muchos casos, se pierden en el ‘difusionismo’, es decir, hacen y hacen eventos, pero no invierten tanto en la educación ni en el desarrollo artístico, porque les cuesta mucho comprender que la sensibilización hacia los grandes públicos no llega solamente con la difusión de eventos. Esos son algunos de los pendientes”.