Francisco González Rul. Arqueología Mexicana
Gracias al arte plasmado en las reproducciones del arqueólogo González Rul podemos apreciar y entender los ornamentos con los que se solía revestir a las imágenes de Quetzalcóatl, los cuales son el motivo del presente trabajo.
El retorno de Quetzalcóatl
El Viernes Santo de 1519, Hernán Cortés desembarcó en San Juan de Ulúa; poco después recibió la visita del gobernador de Cotaxtla, quien iba acompañado de un personaje llamado Téntitl, que tenía como misión informar a Moctezuma, el Mozo, de todo lo relacionado con la anunciada llegada de Quetzalcóatl (Díaz del Castillo, 1950, t. I, p. 160).
Diligentemente, Téntitl tomó nota, con ayuda de sus tlacuilos, de las características físicas, número de personas, armamento, etc., de los acompañantes del Quetzalcóatl redivivo. Con tal información, fue presuroso ante Moctezuma y recibió las instrucciones de poner en práctica un plan de verificación, seguramente muy largamente meditado, que consistía en constatar primeramente si el recién llegado era realmente el Quetzalcóatl retornado.
Para ello debía presentarle sus propios ornamentos y de su aceptación o rechazo dependería el veredicto. Así, Téntitl se hizo acompañar de los supremos sacerdotes de varios templos regionales relacionados con el culto a Quetzalcóatl, de gran antigüedad. como se puede observar en la Estela 19 de La Venta. Tabasco, en donde hay una serpiente sobre un sacerdote. Días después de su primera visita, presentó a Cortés los objetos mágicos y al aceptarlos éste, admitió tácitamente ser la deidad que en tiempos pasados partió a Tlillan-Tlapallan y prometió retornar para recuperar su trono de turquesa.
Con la aceptación de los ricos ornamentos de Quetzlcóatl-Kukulcán, ya no quedó duda en toda Mesoamérica de que finalmente se había cumplido la profecía del retorno de Ce Ácatl Topiltzin, como lo señala Sahagún.
Los obsequios de Moctezuma II
Si analizamos cuidadosamente la lista de los objetos entregados por Téntitl a Cortés, veremos que tamo en el relato de Bernal Díaz del Castillo (1950, t. I. p. 165) como en la relación de Sahagún (1956, t. IV, p. 28), y desde luego en la primera carta de relación (Cortés, 1963. p. 29), se menciona el famoso quetzalapanecáiotl (penacho de plumas de quetzal) y las máscaras de la deidad, que son el motivo del presente trabajo.
En primer lugar hablaremos de la máscara serpentina de turquesa, de la cual sólo Sahagún hace referencia (1956, t. IV, pp. 27 y 89). Esta máscara con dos serpientes enlazadas es la considerada como típica de Quetzalcóatl-Tláloc y se encuentra como motivo principal en la arquitectura de los templos redondos, en donde está asociada con otra de las advocaciones de Quetzalcóatl-Ehécatl, deidad del viento. Los templos redondos de Quetzalcóatl-Ehécatl tienen un alto techo pajizo de forma cónica, similar a la del ocelocopilli o "gorro cónico de piel de jaguar", uno de los símbolos principales de Quetzalcóatl.
Debe aclararse que Quetzalcóatl es una deidad muy antigua, que se relaciona primeramente con su hermano gemelo, Tezcatlipoca -los cuales son llamados "gemelos divinos" (Venus bajo las formas de Estrella Matutina y Estrella Vespertina)-, y posteriormente adquiere numerosas atribuciones; se le relaciona con Tlahuizcalpantecuhtli, Ehécatl, Xólotl (Caso, 1953, p. 37) y, como veremos, también con Tláloc. Los templos redondos tenían como entrada las fauces de una serpiente (Marquina, 1960, p. 69 y foto 22), similares a las máscaras características de Tláloc. Bernal Díaz, en su visita al Templo Mayor de México-Tlatelolco, menciona un templo cuya entrada era la boca de una serpiente, el cual podemos identificar como un templo redondo dedicado a Quetzalcóatl-Ehécatl. Gracias a las referencias arquitectónicas podernos establecer la relación de Quetzalcóatl con Ehécatl y Tláloc, y así afirmar que la máscara serpentina de turquesa correspondía al culto de Quetzalcóatl y se colocaba sobre la efigie del gemelo divino. Desde otro punto de vista, el arqueólogo Pedro Ortega, de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA), INAH, excavó recientemente una urna de Quetzalcóatl en la que éste porta la mencionada máscara serpentina.
Sahagún cuenta que en una supuesta visita al navío de Cortés, los enviados de Moctezuma colocaron la mencionada máscara de mosaico de turquesa a Hernán Cortés (Sahagún, 1956, t. IV, p. 89). Tal pieza, de una belleza notable, no es mencionada para nada en el envío de Cortés al rey don Carlos y tampoco aparece en el inventario de la primera carta de relación (Cortés, 1963).
Cuando se remodeló el montaje del quetzalapanecáiotl en el Museo Nacional de Antropología, en 1963, se pensó en agregar una copia museográfica de la mencionada máscara. Por ello, elaboré una pieza con las características que debieron tener las originales, aunque hubo temor de crear confusión entre el público que consideraba el apanecáiotl como de propiedad y uso de Moctezuma II, y no como realmente fue, un objeto ritual relacionado con el culto a Quetzalcóatl
Hay otra máscara ceremonial directamente relacionada con Quetzalcóatl-Ehécatl. Se trata de una pieza elaborada a manera de "pico de ave", la cual era usada en numerosas efigies del dios del viento (Broda, 1996, fig. 17). En la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología hay una gran cantidad de representaciones de Ehécatl en las que porta la mencionada máscara. Asimismo, casi en todos los códices que sobrevivieron aparece el mencionado Quetzalcóatl-Ehécatl con variantes de la máscara con "pico de ave''.
En el inventario de los objetos enviados a Carlos V se menciona una pieza de oro con forma de “cabeza de caimán”, así como varios objetos plumarios relacionados con ella. Hoy en día se sigue mencionando que junto al quetzalapanecáiotl había un "pico de ave" que ya no aparece y se da por perdido. Por lo general, al hablar del "pico de ave" se piensa en las representaciones del traje de los caballeros águila y se olvidan por completo las numerosas representaciones de Quetzalcóatl-Ehécatl en códices y esculturas. La confusión de Cortés y sus castellanos al hacer el envío a España se debió al hecho de que la "máscara de pico de ave'' tiene dientes y colmillos, lo cual la asemeja más a un lagarto que a un pájaro, pero al observar los códices y las descripciones de cronistas como Durán (1991) vemos que muy frecuentemente se usan los dientes en los picos de ave.
A esta máscara de pico de pájaro solían agregársele narigueras de oro y concha, así como una curiosa barba postiza, la cual se menciona en la primera carta de relación y también se puede observar en numerosos códices.
Francisco González Rul. Arqueólogo. Investigador en la Dirección de Salvamento Arqueológico, INAH.
González Rul, Francisco, “Las máscaras de Quetzalcóatl”, Arqueología Mexicana núm. 53, pp. 60-63.
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