Por Paula Carrizosa. La Jornada de Oriente
Foto Abraham Paredes
El rebozo como una prenda única que, como ninguna otra, posee varias funciones: lo mismo para vestir, que para transportar objetos o cargar a un bebé, así como para intimar y hacer el cortejo. De manufactura que va de lo simple a lo más complicado, su uso lo ha convertido en un elemento clave de la identidad nacional y por ello “no hay que dejar que se pierda”, como estimó el coleccionista e investigador Raymundo Fraga.
Él, al lado de la museógrafa Quetzalina Sánchez, exponen algunos ejemplos de rebozos, esta prenda de vestir con más de cuatro siglos de uso, que incluso tiene sus orígenes en el mamatl prehispánico.
Bajo el nombre de El rebozo, ajuar de china el Museo de arte religioso ex convento de Santa Mónica expone, en el marco del festival “La China de Puebla”, un buen número de ejemplos de esta prenda de vestir, así como el traje de la china poblana y diversos utensilios con motivos que aluden a este personaje.
Durante una entrevista previa a la apertura de la muestra que permanecerá hasta el 30 de septiembre en este recinto adscrito al Instituto Nacional de Antropología e Historia, Raymundo Fraga señaló que el rebozo es un elemento de la identidad nacional. Como tal, dijo que su uso no responde a una ocasión especial sino que se echa mano de él de forma cotidiana, sobre todo en las comunidades rurales y no tanto en ámbitos urbanos.
Explicó que si bien existe una controversia de cuándo es la fecha de nacimiento del rebozo, puede considerarse que se gestó en el siglo XVII, pues hay documentos que hablan de “paños de rebozo”. No obstante, Fraga mencionó que también existen referencias de finales del siglo XVI del uso del mamatl, una prenda prehispánica con usos y formas similares al rebozo.
Continuó que el auge de la prenda se dio en los siglos XVIII y XIX, hasta entrado el siglo XX cuando su uso se delimitó mayormente a la vida femenina rural.
Sin embargo, señaló que al ser representado en la fotografía de la Revolución así como en la época de oro de cine mexicano fue reconsiderado por las mujeres de las ciudades.
“En la época del porfiriato y los afanes nacionalistas que empezaron a buscar elementos de identidad, así como en fotografías donde la Adelita posa con su rebozo en la cabeza o es usado por figuras del cine y el arte como María Félix, Dolores del Río o Frida Kahlo, se provocó que se apropiara de él un sector de la población que no era el indígena”, indicó el investigador.
Asimismo, Raymundo Fraga identificó que el uso del rebozo no es exclusivo de México, ya que éste se extiende a lo largo de Latinoamérica; ejemplo de ello es Perú en donde lo llaman paño o Ecuador en donde le conocen con el nombre de macana.
Destacó que en todos los casos tiene la misma estructura, aunque en México ha alcanzado grados de belleza únicos lo mismo por sus materiales –como el algodón, el lino o la seda– que por su hechura.
Para finalizar, expuso que en la exposición El rebozo, ajuar de china se muestran ejemplos de esa belleza, gracias al coleccionismo y la museografía de Quetzalina Sánchez, así como los trajes de china poblana prestados por Cristóbal Ramírez Macip y Roberto González, además de los utensilios de la colección personal de Javier López Marín.