Por Paula Carrizosa. La Jornada de Oriente
Nepohualtzin es el nombre de una matriz de cómputo de origen prehispánico basada en 91 granos de maíz dispuestos en 13 líneas que sirven para realizar operaciones matemáticas diversas: desde simples sumas y restas hasta operaciones complejas, en un uso que se extiende al ejercicio neuronal y se propone como una herramienta eficaz para aprehender la ciencia matemática y llevarla a la vida cotidiana.
Conocida simplemente como Nepo, explica su aprendiz y promotor José Jaen Babines, esta matriz precolombina tiene alrededor de 4 mil años de existencia. De ella, añade, se tuvo noticias hace aproximadamente medio siglo gracias al trabajo del investigador David Esparza Hidalgo y la continuación hecha por uno de sus alumnos, el ingeniero Carlos Carrillo Suárez.
Durante una entrevista, el director de Eclipsus, creatividad con causa, señala que David Esparza, catedrático de la Facultad de Ingeniería del Instituto Politécnico Nacional, institución de la cual egresó, fue quien rescató esta matriz posicional.
Se cuenta –narra Jaen Babines– que Esparza Hidalgo se hallaba en los campos de la Sierra Norte de Puebla, específicamente de Cuetzalan, cuando a causa de la lluvia característica de la región tuvo que guarecerse al lado de sus acompañantes locales: un anciano y su pequeño nieto.
Fue el niño quien le dijo al investigador David Esparza las palabras que necesitaba para continuar con su indagación: “Te voy a mostrar el tesoro que guarda mi abuelo, pero no hagas notas ni dibujos, lo que buscas sí existe”, le dijo al tiempo que le mostraba esta matriz que tiene por cuentas granos de maíz.
Animado, el ingeniero David Esparza continuó con su investigación y encontró que la lápida que cubría la tumba de Pakal muestra a este rey maya realizando operaciones con esta matriz posicional.
“La cosmogonía de los pueblos estaba basada en los cuatro puntos cardinales, a la luz de esto puede verse que existía un pensamiento matemático ancestral que habla de una civilización avanzada”, considera José Jaen Babines.
Expuso que, por tanto, el Nepo no es un ábaco sino una matriz integrada por 91 granos de maíz colocados en 13 líneas que representan las articulaciones del cuerpo, de abajo hacia arriba, según el pensamiento mesoamericano.
El promotor y gestor cultural añade que su acepción en náhuatl significa “mis cuentas preciosas” y/o “cuento para trascender”
Agrega que actualmente investigadores de las universidades de Querétaro y Nuevo León realizan estudios sobre el Nepo y sus beneficios neurológicos, ya que proporciona agilidad mental a la par de que es una efectiva herramienta para quienes sufren algún tipo de déficit de atención.
Incluso, especialistas señalan que previene el Alzheimer, ya que si se trabaja constantemente en ella, se minimiza el riesgo de un desgaste neuronal.
Asimismo, considera Jaen Babines, el Nepo se propone como una alternativa real para la enseñanza y el aprendizaje de las matemáticas. Incluso, afirma que debería ser considerada como parte de una verdadera reforma educativa, ya que le da a los alumnos las bases para pensar de manera estructural.
Destaca que por tercera ocasión, el discípulo de David Esparza, el ingeniero Carlos Carrillo, estará en Puebla para ofrecer un curso lúdico de 15 horas, los días 13 y 14 de enero a partir de las nueve de la mañana en la 5 Poniente número 1316.
En él, los participantes de cualquier edad podrán conocer esta matriz de una forma vivencial y práctica en la cual no se necesita ni lápiz ni papel. Pese a que tiene una cuota, esta es de recuperación. Para inscribirse hay que escribir al correo electrónico: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.