La arquitecta mexicana inauguró ayer su pabellón en Kensington, Londres, convirtiéndose en la proyectista más joven junto a firmas de la talla de Zaha Hadid, Toyo Ito, Oscar Niemeyer, Frank Gehry y Ai Weiwei
REDACCIÓN
Frida Escobedo vuelve jardín un patio mexicano
La mexicana inauguró ayer el Pabellón de la Serpentine Gallery, en los jardines de Kensington, que ha sido diseñado anteriormente por Zaha Hadid, Toyo Ito, Oscar Niemeyer y Frank Gehry, entre otros.
CIUDAD DE MÉXICO.
En los jardines de Kensington de Londres, junto a Hyde Park, se despliega lo que podría ser el patio de una casa mexicana. Un espacio rectangular negro definido por tejas de cemento que se usan con frecuencia en Reino Unido. Dentro hay un espejo de agua en forma triangular que proyecta los rayos de luz solar, el cielo azulado y los árboles de alrededor. Un sitio “íntimo y familiar” para estar sin que el tiempo sea restrictivo.
Es el pabellón diseñado por la arquitecta mexicana Frida Escobedo (1979) para la Serpentine Gallery, que desde hace 18 años invita a un arquitecto para intervenir el espacio público. Un jardín al que Escobedo trasladó el diseño de construcción doméstica de México en combinación con materiales e historia de Gran Bretaña, en específico con la primera línea meridiana del Observatorio Real de Greenwich.
Inaugurado ayer, el pabellón de 300 metros cuadrados tiene paredes inspiradas en la celosía, una especie de enrejado que permite transitar el aire y que las personas tengan libertad de mirar sin ser vistas. La red se forma con tejas que generan un patrón de ondas que da movimiento al espacio, que dentro tiene una cafetería. Las baldosas están tejidas como un tapiz, en un patrón que se convierte en transparente cuando la luz está detrás de la pared.
El eje conceptual de la pieza refiere al Meridiano de Greenwich, circunferencia imaginaria que fue establecida en 1851 y que se convirtió en “el marcador estándar mundial de tiempo y distancia geográfica”.
“Los materiales que hemos empleado, provenientes de México y el Reino Unido, son sencillos pero utilizados de una manera compleja”, describió Escobedo durante la apertura del pabellón que busca, como principal característica, reflejar la luz natural que se filtra por la celosía y así observar cómo ésta cambia a medida que el sol se desplaza y permitir que los visitantes tengan una mayor conciencia del tiempo.
“Como aparece en el render es la forma en la que transcribí el patio; otro reto fue cómo hacerlo local y que hablara del sitio. Una de las obsesiones en el despacho es el tiempo, qué es lo que sucede con el tiempo y el espacio. ¡Qué coincidencia que Greenwich está a unas millas del centro de Londres! Por eso decidimos utilizar esta línea abstracta, que define entre muchas otras cosas un espacio social, para reconocerlo de una manera y ver cómo esta dualidad del tiempo abstracto de pronto se disloca y tiene un traslape que se vincula con procesos internos. Esto que se llama la duración, devenir, que va sucediendo mientras lo hacemos”, declaró la arquitecta en entrevista con Excélsior (14/02/2018).
Para el diseño, se usó material industrial de bajo costo que se produce masivamente en Londres con la idea de construir algo sencillo y a la vez complejo en su concepto. Así la teja le permitió formar un patrón distinto que generara un juego de transparencias y efecto espejo en el estanque de agua.
Un reto específico para diseñar el pabellón fue que éste permanecerá sólo cuatro meses en los jardines de Kensington, y se desconoce dónde pueda instalarse de manera permanente. Entonces desde su despacho, la arquitecta pensó en un espacio que pueda experimentar y ajustarse a diversos entornos ambientales y sociales.
“La temporalidad no es desechable. Un pabellón no tiene que ser desechable, puede convertirse en otra cosa. A veces es desechable, pero la lección es que puedes experimentar todas estas ideas que a lo mejor no podrías hacer con un edificio normal. El tiempo, el costo, el tamaño y todas las cosas que tienen que suceder alrededor de un edificio que en otro contexto no podrías experimentarlas, en un proyecto de esta escala sí puedes hacerlas. Se vuelve como un laboratorio donde puedes probar otras ideas y decir ‘¡ah!, funciona’, para luego llevarlas a otra escala”, dijo a Excélsior.
Escobedo es la arquitecta más joven comisionada por la galería para diseñar el pabellón. En años anteriores, participaron proyectistas como la angloiraquí Zaha Hadid, el japonés Toyo Ito, el brasileño Oscar Niemeyer, los portugueses Álvaro Siza y Eduardo Souto de Moura, el estadunidense Frank Gehry, el artista chino Ai Weiwei, el estudio español Selgascano (José Selgas y Lucía Cano), entre otros.
“Lo que me parece muy valioso es que se abran espacios para personas más jóvenes, y que tengas la oportunidad de competir con despachos consolidados. Estaba muy variada la competencia, eso me parece bien, porque te genera otro tipo de conversación. De pronto ponerte el reto de hacer algo que ya hizo un arquitecto que es una estrella implica una serie de nuevos retos”, apuntó quien en 2015 también intervino la fuente del Jardín John Madejski, por parte del Museo Victoria & Albert, en Lisboa.
El despacho de Escobedo fue seleccionado por la Serpentine Gallery, de acuerdo con la carta del jurado, por el trabajo que realizó en la restauración de La Tallera, en Cuernavaca. “Es un edificio público, era importante usar los mejores recursos y condiciones. Eso nos hizo buscar materiales de bajo costo, pero que envejecieran bien. La Tallera fue una gran lección que pudimos retomar para este pabellón. A pesar de que el pabellón está sólo cuatro meses en el parque, después encuentra una vida nueva en otro lugar y eso da una oportunidad para ver si encontramos materiales que luzcan bien, que vayan absorbiendo el contexto”, dijo la arquitecta.
El pabellón estará abierto al público del 15 de junio al 7 de octubre. Tendrá una cafetería, y albergará un programa de eventos académicos sobre arte, arquitectura, música, cine y danza.