¿Por qué los boxeadores son personajes extraídos del infierno?, se le inquiere al cronista deportivo y ávido lector de Julio Cortázar, Nicolás Guillén y Budd Schulberg
JUAN CARLOS TALAVERA
Publican los mejores relatos y crónicas sobe el box
CIUDAD DE MÉXICO.
“El boxeo no es una invitación a la meditación, ni es oficio para timoratos, es una pequeña caraja guerra. Es defensa propia. Es un tener que hacer lo que no quiero hacer para sobrevivir. Es confrontar con dolor lo inevitable. Pelear o perecer. Una metáfora de la existencia”, afirma Eduardo Lamazón, el escritor y cronista deportivo que prologa “Los primeros pasos”, el primer volumen de la colección “A puño limpio, la gran historia del boxeo”, que desde ayer circula en puestos de periódicos.
El volumen, lanzado por editorial Almadía y Producciones El Salario del Miedo, incluye textos de Homero, el boxeador Daniel Mendoza, Arthur Conan Doyle, y los cronistas Alberto Salcedo Ramos y Joe Dennis, quienes echan mano de personajes como Epeo y Euríalo, el Dan Mendoza, el Matón de Brocas Court y Lupe Pintor.
La edición de esta serie, al cuidado de J.M. Servín, asume el reto de ser una colección inédita en México, dedicada a los fans del box y la buena literatura, donde se dan cita esos “personajes extraídos del infierno”, como los define Lamazón, recreados en forma de cuento, crónica, testimonio y autoficción.
¿Por qué los boxeadores son personajes extraídos del infierno?, se le inquiere al cronista deportivo y ávido lector de Julio Cortázar, Nicolás Guillén y Budd Schulberg.
“Porque la historia de los boxeadores sacude el alma humana; son personajes que provienen del infierno, sitio de donde no vendría un basquetbolista, porque para boxear debes venir de abajo, donde las puertas están cerradas, hasta que encuentras una ventana abierta para intentar ser alguien en la vida”. ¿Por qué a la literatura le importa tanto el box? “Porque el box refleja el alma humana, en un espacio donde el hombre cae y se levanta, tiene objetivo, toma venganza y supera obstáculos... La vida es como el boxeo y por eso está ligada a la literatura desde hace más de tres mil años, como lo muestra Homero”.
¿Pelear tiene sentido?
“Quizá pelear es una mafufada que no sirve para demostrar nada, pero es inevitable. El boxeo es una metáfora de la vida y por eso le viene tan natural al ser humano, desde aquellos comienzos, cuando tuvo que liarse a catorrazos para sobrevivir”.
¿Qué decir a los detractores del box?
“No es difícil encontrarse con gente que detesta el boxeo. Sé que los golpes no son vitaminas –como decía Amílcar Brusa–, pero ¡miren el mundo en que vivimos! ¿Por qué se escandalizan del boxeo si cuando ponemos las noticias nos dan ganas de llorar por todo lo sabido? La realidad nos da ejemplos para creer que un ring es el lugar más inofensivo e incruento de la tierra”.
¿El box está en decadencia? “Sí y no. Hay buenas peleas y peleadores como siempre, pero hay crisis en la conducción del negocio, en la televisión y los empresarios, porque su trabajo es vender boletos y crear escándalos, llamar la atención de la gente... pero no hay conducción. Eso se ha perdido. Porque es inexplicable la cantidad absurda de títulos que se han inventado en los últimos 20 años, al punto en que hoy casi nadie sabe quién es el campeón del mundo”.
Por último, Lamazón recuerda que adquirió su primer libro sobre boxeo a los 12 años, “y desde entonces nunca vi un recuento con cerca de 100 escritores de todos los tiempos, como en esta colección de Almadía, que será fundamental como material de consulta, en bibliotecas, y un deleite para quien la lea”.
DOCE FASCÍCULOS
La colección “A puño limpio, la gran historia del boxeo” comercializará 12 fascículos en puestos de periódicos. El primero apareció desde ayer.
El segundo circulará el 1 de julio, se titulará Héroes trágicos y legendarios, e incluirá textos de Damon Runyon, José Martí, William Inglis, O. Henry y Talbert Josselyn.
El tercero será La lucha por la supervivencia y aparecerá el 15 de julio, con textos de José Ramón Garmabella, James J. Corbett, Nat Fleischer, Charles Francois Coe, Norman Mailer y Nicolás Guillén; y el cuarto es El espectáculo de la sangre, a publicarse el 29 de julio, con la pluma de Francisco Ponce, Virgilio, Ernest Hemingway, Bernard Darwin, Poli Délano, Joyce Carol Oates y Alejandro Toledo.
Después vendrán ocho más, por donde desfilarán textos de Kid Chocolate, Ricardo Garibay, Alejo Carpentier, Jack London, James Ellroy, Julio Cortázar, Dashiel Hammet, Teócrito, Jack Dempsey, Gene Tunney, el propio Lamazón, Leonardo Tarifeño e instantáneas del fotógrafo Jorge Luis Plata.
Esta colección reunirá a lo mejor de los mejores sobre el tema del boxeo, explica J.M. Servín, “para mostrar esa larga relación que existe entre boxeo y literatura”.
Digamos que el boxeo refleja muchas de las condiciones que exige la gran literatura, como la técnica y la estrategia, añade Servín, “y contrario a lo que muchos piensan, el boxeo necesita mucha inteligencia y una gran imaginación para vencer al rival, tal como sucede con la buena literatura, que necesita la potencia del gran boxeador”.
“A puño limpio, la gran historia del boxeo” se apoya en la compilación realizada por el erudito cubano Omelio Ramos Madero, un estudio compilado en dos tomos de ficciones y testimonios que nunca circuló en México y ahora es actualizada bajo la mirada de J.M. Servín.
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