Ángel Vargas
Periódico La Jornada
El poeta y editor Alí Chumacero (1918-2010), de quien este lunes se cumple el centenario de su nacimiento, estaba convencido de que la alegría no está reñida con el acto creativo.
Así lo recordó el escritor y promotor cultural José Ángel Leyva durante la mesa redonda Alza la noche, el salmo del olvido, efectuada ayer en el Palacio de Bellas Artes como parte del homenaje nacional que se rinde al vate nayarita con motivo de dicha efeméride.
En su intervención, Leyva trajo a cuenta la última entrevista que le realizó a aquel entrañable personaje referencial de la cultura mexicana poco antes de su muerte, ocurrida el 22 de octubre de 2010.
En esa charla, rememoró, el poeta y editor afirmó que la seriedad es una forma de la muerte y que por esa razón nunca hizo una carrera, la cual representaba ante sus ojos el sueño de todo hombre solemne para tener éxito, poder, autoridad.
El hombre alegre tiene, por supuesto, momentos de sosiego para ponerse a escribir y debe aprovecharlos a plenitud. No riñe, pues, la alegría, la celebración, con el acto creativo, citó.
Acompañado en la mesa por los catedráticos Jorge Asbun y Leticia Romero Chumacero, así como el poeta José Francisco Conde Ortega, Leyva remarcó que Alí Chumacero no se tomaba en serio como personaje, pero sí lo hacía en lo concerniente a la poesía, la literatura y el conocimiento.
Contó que en la citada entrevista, el autor le confesó que le hubiera gustado escribir poesía de lo cotidiano, pues aclaraba que la suya era una poesía reflexiva, que habla sobre el amor, la vida y los acontecimientos personales, pero nunca era una experiencia individual.
Otra confesión que hizo fue acerca de su famoso Poema de amorosa raíz, al cual el propio autor calificaba de un texto mal hecho que correspondía a la pluma de un muchacho de 19 años. No obstante, agregó, le parecía bonito y le gustaba, pero de ninguna manera lo consideraba representativo de su obra poética.
Según Leyva, la conciencia de Alí Chumacero sobre la poesía nació de la lectura, oficio que decidió abrazar desde los 11 años, cuando asumió que los libros serían su destino.
El nayarita, indicó el escritor, sostenía que la poesía, más que la prosa, es un conjunto de sensaciones que el poeta percibe y reúne en un texto para regresarle a la realidad otra realidad construida.
La prosa y la poesía se diferencian, fundamentalmente, en que la primera investiga, entra, es una expresión muy directa del objeto que expone. La poesía, en cambio, toma la emoción, lo que la impulsa para erigirla como una extensión de la materia; crea una materia especial, no analiza, sintetiza, citó de nueva cuenta las palabras de Chumacero.
Las actividades del homenaje nacional proseguirán este jueves con la charla Alí Chumacero, editor y maestro de escritores, en la que participarán Joaquín Díez-Canedo, Felipe Garrido y Socorro Venegas. El acto será a las 19 horas en la Capilla Alfonsina.
El 17 de julio los poetas Lorena Ventura y Marco Antonio Murillo, del Programa Cultural Tierra Adentro, leerán y comentarán la obra del homenajeado en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, a las 19 horas,
Y como parte del ciclo Visitas literarias de la Coordinación Nacional de Literatura, el 19 de julio, a las 17 horas, se realizará el recorrido Alí en el Fondo, que tendrá como objetivo visitar la Biblioteca Gonzalo Robles del Fondo de Cultura Económica.