Le presentamos en este artículo la manera de comer que propone el movimiento Slow Food, que consiste en consumir alimentos locales, saludables y de la forma más apetecible, tomándose su tiempecito y en una buena compañía. Todo lo contrario de la instantánea, hipercalórica y omnipresente fast food.
En parte porque los primeros colonizadores de la Unión Americana eran ingleses e Inglaterra se caracterizó siempre por su mala comida, por su falta de materias primas e imaginación11 , y en parte porque llegaron a conocer un mundo nuevo en el que el pavo era el único manjar y las pequeñas poblaciones de nativos vivían aún a escala de tribus y aldeas —lo cual significaba que no habían desarrollado una cocina sofisticada—, el hecho es que los gringos nunca tuvieron «de dónde agarrarse» en cuestión gastronómica.
Pasados los años, los ee.uu. se fueron llenando de minorías — mexicana, holandesa, irlandesa, judía, sudamericana, etcétera—, cada una con sus tradiciones, que muchos conservan —como los mexicoamericanos—; sin embargo, todos los que quieren vivir en ese país deben ser primero gringos. Y por «ser gringo», me refiero a entrar en el American Way of Life, es decir, en el sistema, en el ritmo y en las formas. Una de éstas es la fast food o comida rápida,21 que nace para satisfacer el gusto por lo instantáneo, rico y barato, que poco a poco se ha ido transformando en un monstruo dañino, hipercalórico, nauseabundo, bodriesco, entremezclado y repugnante, pero a la vez inamovible, inmarcesible, omnipresente, megalítico, expansivo e incólume en ese país y en algunos otros.
Fuente: www.algarabia.com