La escultura fue cubierta para borrar los grafitis antisemitas que pintaron en el Palacio de Versalles
PARÍS, 21 de septiembre.- El Palacio de Versalles ha tapado las pintadas antisemitas efectuadas por desconocidos en la obra conocida como la “Vagina de la reina”, de Anish Kapoor, que se expone en sus jardines, tras un dictamen judicial que obliga a borrarlas.
Las pintas estaban cubiertas ayer por unas telas en espera de que el propio artista británico de origen indio, ayudado por un equipo, las haga desaparecer a partir de hoy trabajando fuera de la vista de los visitantes, explicó el diario Le Parisien.
El Tribunal de Versalles, en una audiencia convocada ayer, instó a la presidenta del palacio a que tomase “inmediatamente todas las medidas” para que cesase “la exposición al público de esas inscripciones que presentan un carácter antisemita”.
Eso antes de proceder a “su ocultación definitiva”, subrayó el juez, que se pronunció en un procedimiento de urgencia en virtud del recurso que habían presentado la asociación Abogados sin Fronteras y un concejal de la ciudad, que consideraban que los mensajes escritos en la escultura constituyen “una grave violación de las libertades fundamentales”.
Aunque las pintadas en Dirty corner -definida por su autor como la “Vagina de la reina tomando el poder”- habían aparecido en la noche del 5 al 6 de septiembre, el Palacio de Versalles no había querido intervenir sin el visto bueno del artista.
Anish Kapoor se había mostrado reticente. Tras un primer acto vandálico en junio había accedido a que se limpiara, pero tras el nuevo ataque manifestó su deseo de que siguiera expuesta en Versalles y en sus futuros centros con esos insultos, para mostrarla como “portadora del odio que ha atraído”.
El Tribunal de Versalles, aunque admitió ayer que “la libertad de creación y de expresión artísticas implica el respeto del derecho moral de cualquier autor sobre su obra”, puntualizó que cuando ésta se expone “esa libertad debe conciliarse con el respeto de otros derechos fundamentales”.
La presencia de la obra en el que fuera el gran palacio de los Borbones del siglo XVIII forma parte de la exposición que desde principios de junio y hasta el próximo 1 de noviembre ha autorizado al artista angloindio a trastocar la ordenada geometría de ese lugar, que cada año visitan 20 millones de personas.
Para evitar nuevas acciones contra la escultura se han tomado medidas de seguridad suplementarias, como un incremento de las rondas de policías y de guardias de seguridad o más cámaras de vigilancia.
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