La novela Dos veces única, en la que Elena Poniatowska retrata a Lupe Marín, segunda esposa del pintor Diego Rivera, plasma también la nostalgia por un México perdido, aquel en cuyas calles las familias se sentían seguras, señala la autora.
Recuerdo aquella época como un país en el que todo mundo barría la calle con tanto cariño, querían que el pedazo de su banqueta fuera el mejor barrido del mundo, recuerda la escritora en entrevista con La Jornada.
Añade que se ha perdido ese cariño por el barrio, “no hay ni educación cívica, y las madres ya no mandan a sus hijos a cruzar solos las grandes avenidas. Hoy vivimos con miedo. Antes llegaban los aboneros; es decir, a cualquiera abrías la puerta de tu casa con confianza; todo eso ya murió.
Antes, en la ciudad de México, como en provincia, las personas sacaban a la calle su silla para platicar por las tardes con el vecino. Ahora es una ciudad bastante cruel.
La Jornada