Es difícil imaginar la gastronomía mexicana sin el toque que le da el limón. Dicen que los mexicanos le ponemos limón a todo, la verdad es que nos resulta difícil resistirnos a esta pequeña fruta de sabor ácido y fragante aroma.
El limón crece en un árbol perenne que alcanza los cuatro metros de altura cuyo origen se sitúa en Asia, en la región de Assam en el noreste de India, al norte de Birmania y China. Fue introducido a occidente luego de la conquista árabe de España y cultivado en en todo el litoral mediterráneo.
Durante su crecimiento, el limón es de color verde oscuro, conforme madura, su cáscara toma tonos más claros. Cada uno de sus gajos alberga gotas de zumo ácido que dan un toque de vida a nuestra cocina.
Esta fruta está presente en carnes, cebiches, sopas y aguas frescas con la misma frecuencia que en postres como panqués, gelatinas y el tradicional pay de limón con galletas María. La ralladura de su piel es muy utilizada para aromatizar los alimentos. Sería imposible dejar de lado el limón en las preparaciones mexicanas.
Además de su uso en la cocina, el limón es preciado gracias a suspropiedades astringentes y antioxidantes que ayudan a regenerar la piel y evitar las manchas, su alto aporte de vitaminasayuda al aparato respiratorio a combatir enfermedades y aunque es ácido, tiene un efecto alcalinizante en el organismo.
El contenido nutrimental de 100 gramos de limón es de 27.63 kilocalorías, 3.16 gramos de hidratos de carbono, 0.69 gramos de proteínas, 3.16 gramos de azúcares, 11 miligramos de calcio y 51 miligramos de vitamina C.
En inglés: ‘mexican lemon’. En francés: ‘citron mexicaine’.
Por su sabor ácido, no es muy común pensar en preparaciones dulces con esta fruta, sin embargo, es allí donde se encuentra su encanto: en la contraposición de sabores para crear algo sorprendente.
Fuente: www.animalgourmet.com