Debido al auge que tuvieron las minas cercanas, Matehuala fue una de las regiones más importantes para la riqueza de San Luis Potosí debido a la explotación en yacimientos de oro y de plata. Es necesario precisar que esta entidad se encuentra en un lugar estratégico al centro de nuestro país, lo cual en la época colonial permitió que tuviera contacto con otros territorios, integrar diferentes barrios con más alta escala humana, así como también diversificar su arquitectura. Sus agradables casonas, estrechas calles, plazuelas y parques, son reflejo de este desarrollo.
Los primeros edificios fueron construidos de forma provisional con adobe, sin embargo, debido al crecimiento de su tan importante industria minera, Matehuala –y la mayor parte de San Luis Potosí– comenzó a ser habitada por acaudalados mineros que decidieron construir sus viviendas con el estilo en boga durante el siglo xvii: el barroco.
El movimiento de Independencia de México permitió la configuración actual del estado, lo que dio paso a que durante varios años sus gobernantes modernizaran varias de sus ciudades con alumbrado, pavimentación de calles y con el abasto de agua.
Aproximadamente por el año 1850 se había terminado la construcción del templo Parroquial de Matehuala –un templo previo a la Catedral actual–, diseñada con un sencillo pero bello trazo de estilo barroco, la cual incluía una esbelta torre –que no armonizaba para nada con la fachada. Sin embargo, como el material era poco resistente e hizo falta la adecuada dirección arquitectónica previa a su construcción, el edificio amenazaba con quedar en ruinas en menos de 50 años.
Más tarde, cuando don Ignacio Montes de Oca, obispo del estado, se enteró de la endeble Parroquia que apenas podría mantenerse en Matehuala, notó que era necesario y urgente demolerla. Así que buscó al italiano Adamo Boari, arquitecto de cabecera de don Porfirio Díaz para solicitarle el diseño de una nueva parroquia en dicha ciudad. Como él se encontraba muy ocupado con otros proyectos –entre ellos: El Palacio de Bellas Artes y el edificio de Correo Mayor en la Ciudad de México–, tuvo que negarse a diseñar un templo para los fieles católicos de Matehuala.
Para no quedar mal ante tal petición, Boari le propuso al obispo Montes de Oca el diseño que Gaspard Abraham André había hecho para la iglesia de Saint Joseph
en su ciudad natal, Lyon, en Francia.
Un año antes de iniciar oficialmente la construcción de esta nueva iglesia, los matehualenses habían escrito una carta al máximo representante de la fe católica en el Vaticano, en la que solicitaban que la patrona –y abogada– de la ciudad, fuera la Inmaculada concepción de María. Por lo que en agosto de ese mismo año, oficialmente se concedió ese nombre a esta edificación religiosa.
En 1906 colocaron el primer bloque de piedras azules, asó como las primeras columnas del lado norte del templo. Pero debido al movimiento revolucionario que comenzaba a manifestarse, la construcción se interrumpió y quedó incompleta durante diez años.
Después de este tiempo de inestabilidad social en México, el Arzobispo Tritschler retomó el interés por la construcción del tempo y ordenó reanudar la obras.
Esta nueva construcción se enfrentó a dos problemas, el primero era que ya no se podían usar las piedras azules que se habían empleado en un inicio, por lo que se recurrieron a bloques de piedra artificiales. El segundo era que los planos de la construcción habían desaparecido, así que el Arzobispo tuvo que recurrir a sus amigos arquitectos para que todo pudiera continuar como originalmente se había planteado.
Así que fue necesario buscar en la Academia de San Carlos –incluso hasta en Lyon– unos planos similares a los que realizó Gaspard, para retomarlos en el proyecto que parecía inacabable en Matehuala. El arquitecto Jorge de María y Campos se encargó de concluir dicho edificio, y a mitad del siglo xx se terminó de erigir el altar, la nave norte, los pilares al sur, los laterales; posteriormente quedaron las columnas dobles, los arcos y cúpulas.
Se incluyeron diez escalones de piedra para ingresar a ella, y un reloj encargado de marcar los segundos faltantes para que resuenen las campanas que atraen a sus fieles.
En su interior se encuentran muchos detalles típicos de su estilo, además de una inscripción en latín que atestigua la fe de sus visitantes: «Cristo ayer, hoy y siempre.», escoltada por dos santos que fungen como cuidadores y defensores del templo.
El 28 de mayo de 1997, el papa Juan Pablo ii mandó una carta al episcopado mexicano en la cual daba fe para que se fundara la Diócesis de Matehuala, teniendo como cede el tempo de la Inmaculada concepción, por lo que el templo modifico su nombre a Catedral.
El remarcado contraste arquitectónico entre su diseño interior y exterior, así como la imagen que alberga del Santo Cristo de la región elaborado con pasta de caña de maíz, esta catedral es considerada un símbolo histórico que funciona como referente de Matehuala en San Luis Potosí.
Fuente: www.algaribia.com