Solo de pensar en un buen pedazo de piña se nos hace agua la boca, ¿verdad? Pero qué tal cuando llegamos al famoso corazón: “no, muchas gracias”. Esta deliciosa fruta es una de las más consumidas en México debido a que puede sembrarse durante todo el año siempre y cuando los campos estén debidamente regados.
Su nombre científico es Anana Comosus, que proviene de una palabra indígena que significa “fruta excelente”, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Y sí, en el nombre lleva su esencia. La piña fresca es excelente para controlar y aliviar problemas de la digestión, circulación y cuadros inflamatorios.
En México, el mayor productor de piña es Veracruz, con casi el 57% de la producción total, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados.
Aunque tal vez no podamos reconocerlas fácilmente, existen muchas variedades de piña, entre ellas la smooth Cayene –la más conocida y la de mayor producción en nuestro país-, la Queen, la Red Spanish, Pernambuco, Enanas y Amazonas.
Sin embargo, durante la última década se ha cultivado un híbrido denominado MD2, conocido popularmente como Golden, Gold, Extra Sweet o Honey, que se produce en Veracruz y Tabasco. Su venta despegó en el mercado de exportación –principalmente a Estados Unidos- y los supermercados debido a su menor tamaño y mayor dulzor.
A nivel mundial, Filipinas es el mayor exportador de piña. Esta jugosa fruta también se produce en países tropicales como Brasil, Costa Rica, Honduras, Tailandia, Hawaii e Indonesia; además, en Vietnam, Costa de Marfil, Ghana y Sudáfrica.
¿Ya se te antojó? Puedes comerla fresca en cubos o rebanadas, en jugo o en agua; además puedes preparar jaleas y con su cáscara hacer un vinagre. Si eres más aventurado puedes animarte a hacer el famoso y mexicanísimo tepache, una bebida fermentada.
Es tan buena que si comes un pedazo fresco después de tus alimentos fuertes vas a tener una mejor digestión. ¿La razón? La piña tiene una enzima llamada bromelina, la cual actúa para ayudar al estómago a digerir. No se recomienda comerla en almíbar porque el tratamiento químico que recibe la fruta destruye a esta poderosa enzima.
Además, la piña es una fuente maravillosa de vitamina C, es rica en fibra (por lo que ayuda a combatir el estreñimiento), tiene propiedades antiinflamatorias y mejora la circulación (tiene propiedades anticoagulantes). Si padeces de presión arterial alta o hipertensión, añade piña a tu dieta diaria para estar protegido.
El contenido nutrimental de 100 gramos de piña es de 50.7 calorías, 10.4 gramos de carbohidratos, 10. 4 gramos de azúcares y 14.99 miligramos de vitamina C.
Fuente: www.animalgourmet.com