La experta junto a Pilar Obeso realizó una investigación sobre el proceso en el que la unión del trabajo y la creatividad genera productos originales y con propuesta estética
La muestra consta de 132 piezas elaboradas por 37 estudios y artesanos de 42 comunidades de 12 estados del país
En el Centro Cultural Clavijero se podrán apreciar textiles, ropa, joyería, objetos de decoración, lámparas, mobiliario y otros accesorios, informó Ana Elena Mallet, especialista en diseño moderno y contemporáneo. Foto Yazmín Ortega
Ángel Vargas. El 5 de febrero abre en Morelia la exposición Hilos y entramados: prácticas colaborativas...
PERIÓDICO LA JORNADA
Aunque en México todavía prevalecen abusos y despojos contra los artesanos, además de falta de reconocimiento social para su trabajo, en años recientes se experimenta también una práctica cada vez más fuerte y extendida de la que son partícipes: la colaboración con diseñadores. Por lo menos en los ámbitos del textil y el tejido.
Así lo destaca Ana Elena Mallet, especialista en diseño moderno y contemporáneo, quien al lado de Pilar Obeso realizó una investigación sobre ese proceso en el que diseñadores y artesanos unen sus trabajos y creatividad para generar nuevos productos, originales y con una propuesta estética y funcional.
Resultado de esa investigación es la muestra Hilos y entramados: prácticas colaborativas en el diseño mexicano, que será inaugurada el viernes el 5 de febrero en el Centro Cultural Clavijero de Morelia, Michoacán.
Organizada por la Secretaría de Cultura del gobierno federal, por conducto de la Coordinación Nacional de Patrimonio Cultural y Turismo, la muestra da un amplio y detallado panorama de lo que ocurre en la artesanía contemporánea en su relación con el diseño.
Son 132 piezas en las que se podrán apreciar textiles, ropa, joyería, objetos de decoración, lámparas, mobiliario y accesorios diversos, cuya elaboración estuvo a cargo de 37 estudios de diseño y artesanos de 42 comunidades de 12 estados del país, entre ellos Chiapas, Guerrero, Guanajuato, Oaxaca, Puebla, Yucatán, Zacatecas y estado de México.
El propósito de la exposición, explica Ana Elena Mallet en entrevista, es mostrar el alto nivel y la calidad internacional de los productos que nacen del trabajo directo entre artesanos y diseñadores.
Pero, también, poner de relieve la relación de igualdad que logra establecerse entre esas expresiones y sus creadores, en lo que respecta al reconocimiento de uno hacia el otro y en términos sociales y económicos, subraya.
La idea es mostrar el trabajo de diseñadores colaborando directamente con artesanos, no tratando a éstos como proveedores, sino realmente aprendiendo el uno del otro y firmando las cosas de manera conjunta, describe.
Lo que quiere mostrar el proyecto es que finalmente estamos trabajando de manera horizontal. Tanto peso tiene el artesano como el diseñador. Hay una parte importante en la que ambos se complementan.
Al respecto, detalla que el diseñador, con la formación que tiene y el uso de nuevas tecnologías y formas de trabajar, puede contribuir con el artesano en mejorar su sistema de producción, evitar la merma en sus materiales y plantear otras estrategias para su quehacer.
Los diseñadores también están aprendiendo nuevas formas de trabajar, en el momento en que se involucran con un artesano, con una comunidad, con una familia y hasta con un pueblo entero.
Si bien reconoce que ha habido casos de empresas y particulares que históricamente se han aprovechado de la creatividad y el trabajo de los artesanos en México, la especialista considera que para la exposición se buscaron proyectos exitosos, que son a largo plazo, enaltecen la labor del artesano, promueven el comercio justo y el desarrollo económico de las comunidades que participan en el proceso.
Descarta, asimismo, que este tipo de colaboraciones ponga en peligro las prácticas artesanales en las comunidades donde tienen lugar esos proyectos.
No hay riesgo de que la tradición se corrompa, porque tampoco es que estos diseñadores estén produciendo a gran escala. Además, la tradición es algo con vida, en activo y que se transforma todo el tiempo, apunta.
Los objetos artesanales que hoy encontramos no son los mismos a los de hace 50 años; todo ha ido evolucionando, lo mismo con la tecnología que con los gustos y el mercado.
Este tipo de colaboraciones, reitera, ayuda a los artesanos, los alimenta para conocer otro tipo de tendencias y trabajo; pero también a los diseñadores, para entender cómo la tradición está viva y tranformándose de manera constante.
De acuerdo con Ana Elena Mallet, la colaboración entre diseñadores y artesanos mexicanos ha ocurrido de manera natural, ante el interés de los primeros por buscar identidad, tratar de generar productos diversos y, de alguna manera, anclarse en lo local, en lo que se tiene en el país.
Sobre Hilos y entramados: prácticas colaborativas en el diseño mexicano, agrega que será una muestra itinerante, la cual, después de su estancia en Michoacán, viajará a tres sedes en Baja California y luego al estado de México.