Andrea Tamayo. Algarabía.
Con sólo un libro, su nombre permanece entre los «clásicos de la literatura»; y su historia es capaz de cambiar para bien la humanidad
Su obra más importante fue “Matar a un ruiseñor”, y luego de publicarla decidió vivir alejada de la opinión pública. A través de sus personajes esta novela le mostró a EE.UU, y al mundo entero, lo importante que es el respeto y la igualdad entre los seres humanos sin importar el color de piel.
La pequeña Scout
Uno de los personajes principales en esa novela es Scout, una niña de cabello corto y overol que siempre estaba lista para defenderse. Ella probablemente encarna la personalidad de una joven Harper, la menor de cuatro hermanos, cuyo nombre completo era Nelle Harper Lee, y nació el 28 de abril de 1926.
Al igual que Scout, ella nació y creció en un pequeño pueblo al sur de ee.uu, en Monroeville, Alabama –mientras que su personaje nació en Maycomb–, que contaba con sólo 3 mil habitantes, y estaba tan lejos del siguiente pueblo que era necesario un viaje en auto de dos horas.
Harper estudió literatura, historia, periodismo y leyes en la Universidad de Alabama.
En 1947 se especializó en leyes, pero luego de dos años abandonó la carrera para ir a escribir a Nueva York, manteniéndose con pequeños trabajos en librerías y en una oficina de viajes.
Su primer agente fue Maurice Crain, a quien Harper le mostró el primer borrador de la novela que no imaginaban que fuera inmediatamente un best seller. Él le aconsejó concentrarse en sólo una parte de la historia y, tras varias modificaciones, en 1960 lo publicaron con el título: Matar a un ruiseñor. La novela fue exitosa inmediatamente y un año después ganó el Premio Pulitzer.
Posteriormente ese borrador omitido se publicaría cincuenta y cinco años después bajo el nombre: Ve y pon un centinela, segunda novela de Harper.
Tom Robinson
En su emblemática novela nos cuenta la historia de Tom Robinson, un hombre negro acusado injustamente de violar a una mujer blanca. Un caso idéntico ocurrió en 1933, en su pueblo natal, donde un hombre negro fue acusado por violar a una mujer blanca y finalmente condenado a pena de muerte, la cual se llevaría a cabo cuatro años más tarde.
Harper tardó siete años en escribir la historia de su primer libro, y básicamente se basó en algunos casos que vio durante el transcurso de su vida.
La tensión racial de aquella época era bastante tangible, y con mayor énfasis se vivía en el sur de ee.uu. A pesar de la abolición de la esclavitud y el auge de movimientos civiles por el respeto a los derechos humanos, en contra de la segregación y discriminación racial, Harper Lee supo reflejar su preocupación sobre estos abusos en su novela.
El vecino Dill
El personaje de Scout tenía un gran amigo, su inseparable vecino Dill, basado en la amistad que Herper tuvo con el escritor y periodista Truman Capote. La cercanía entre ambos surgió desde la infancia –precisamente porque eran vecinos– la cual logró perdurar varias décadas después.
Harper Lee y Truman Capote representan el dúo célebre de Alabama. Pero su amistad iba más allá; ambos crecieron en la misma calle, compartían ideas y una vieja máquina de escribir. Y Capote también se inspiró en ella para el personaje de Isabel en su primera novela Otras voces, otros ámbitos; años después Harper lo acompañó a investigar el caso que usaría para su siguiente y más famosa novela: A sangre fría. Sólo que tiempo después su relación tendría una incomprensible ruptura, más tarde en alguna ocasión la llevaría a declarar que «Truman era un psicópata... Pensaba que las reglas que se aplicaban a todos no eran para él».
Atticus Finch
Este personaje quizá sea el más importante de Matar a un ruiseñor. A pesar de que el relato es narrado a través de Scout, ella sólo es testigo de las acciones entre su padre y Atticus Finch, abogado defensor del acusado Tom Robinson.
En una época donde defender legalmente a un hombre negro era caso perdido, Finch aconseja a sus hijos que «Uno no comprende realmente a una persona hasta que se mete en su piel y camina dentro de ella.»
La voz de Harper Lee se disfraza en las líneas de Finch, que también son un tributo a su padre, quien en vida también era abogado y la motivó para que lo siguiera en el estudio de leyes.
La historia de este abogado y su lucha contra la discriminación racial fue llevada al cine en 1962, con la colaboración y apoyo de la misma autora. Gregory Peck encarnó a Finch en una memorable actuación que le hizo acreedor al premio Óscar como mejor actor, el filme obtuvo otra estatuilla por mejor guión adaptado.
Después del éxito de la película, Harper regresó a la tranquilidad de Alabama, donde ochenta y nueve años después falleció.