Carolina Mejía Aboytes. Algarabía
En 1945 Elizabeth Alexandra Mary de Windsor se convirtió en la primera de la familia real británica en servir en las fuerzas armadas.
La fotografía de la reina Elizabeth ii –en aquél entonces princesa–, como muchas otras que han sido donadas por los descendientes de otras cadetes que convivieron con ella, fue tomada en la Sección de Entrenamiento de Vehículos Mecánicos en Surrey.
En la imagen Elizabeth ii viste el uniforme mecánico oficial de las fuerzas armadas y se recarga sobre un camión ligero conocido como «Tilly», que fue muy empleado en la Segunda Guerra Mundial para transporte de armamento y tropas.
Los monarcas británicos tienen una larga tradición militar, y en la antigüedad combatían al frente, además de servir como estrategas y comandantes. Con el tiempo los soberanos adoptaron un papel más administrativo, limitándose a un rol más simbólico para la motivación de las tropas.
El último rey en vivir acción en combate fue Jorge vi, el padre de la actual reina de Inglaterra.
En febrero de 1945 –aún como princesa– Elizabeth ii se unió al Servicio Territorial Auxiliar de Mujeres como un auxiliar honorario. Dentro de lo posible, fue tratada como cualquier otro soldado y se le asignó el número de servicio: 230873.
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La reina ya tenía experiencia en la vida militar, con tan sólo 16 años su padre la nombró Coronel Jefe de los Cuerpos Granaderos para fortalecer el vínculo entre la monarquía y la infantería. Dos años después fue nombrada Consejera de Estado, para que ayudara a administrar el reino en caso de que su padre fuera incapacitado durante la guerra.
Durante su breve carrera militar se entrenó para conducir un camión militar y en mecánica, y cinco meses después de empezar su servicio fue promovida a Comandante Jr. honorario.
Al terminar el día, cuando los otros cadetes regresaban a sus barracas, la princesa iba a dormir a su habitación en el Castillo de Windsor. Los padres de la reina permanecieron en el castillo de Buckingham durante toda la guerra, pero enviaron a sus hijas a Windsor para mantenerlas a salvo durante los bombardeos.
Elizabeth ii es la última gobernante que sobrevive de todos los que portaron uniforme militar durante la Segunda Guerra Mundial. Su servicio sólo duró unos meses pero según ella siempre lo recordaría como uno de los pocos momentos de contacto con la realidad de los civiles que vivió alejada de la monarquía. Al terminar la guerra, a la futura reina y a su hermana Margaret se les permitió salir a festejar a las calles junto a sus gobernantes.