Se presenta la muestra colectiva ‘Una rosa tiene forma de una rosa. Oficios e instintos’
SANDRA SÁNCHEZ. EXCÉLSIOR.
La muestra también funciona como taller de trabajo. Foto: Sandra Sánchez
CIUDAD DE MÉXICO.
El Centro Cultural de la UNAM Juan José Arreola, Casa del Lago, convierte dos de sus salas en un taller de oficios donde ocho artistas trabajan en los momentos en los que el espacio está cerrado al público. La exposición lleva por título Una rosa tiene forma de una rosa. Oficios e instintos, el cual fue tomado de un capítulo del libro El arte como oficio de Bruno Munari.
Los artistas que participan en la muestra son Olmo Cuña, Sara García, Blanca González, Perla Krauze, Victoria Núñez Estrada, Edgar Orlaineta, Diego Toledo y Víctor Palacios; fue este último, también curador de Casa del Lago, quien invitó a los demás a conformar una plataforma de reflexión y apreciación estética sobre cómo se entiende en la actualidad un oficio en términos laborales y en relación con la transmisión de conocimientos, costumbres o habilidades vinculadas a una ocupación habitual.
Al entrar a la sala el visitante carece de información sobre lo que está sucediendo, pues no hay cédulas que designen el título de la pieza, ni el artista que la produjo. Más bien se encuentra con mesas de madera sobre las que hay material de trabajo como papel, cartón, botes de pintura, y algunos objetos como esculturas de torres parecidas a un panóptico. Sobre las paredes blancas hay intervenciones de pinturas en proceso, pequeños óleos, un video y diapositivas. El olor también es peculiar, de pan recién hecho, proveniente de un horno que no está a la vista.
Si el espectador se acerca a la hoja de sala, la información se encuentra intervenida con signos ilegibles diseñados por Carlos Amorales, los cuales forman parte de la exposición Gravedad que se encuentra en otro espacio de la Casa. Sin embargo, si el visitante no sabe que la pieza es de Amorales podría pensar que el alfabeto se realizó ahí, ya que la artista Blanca González se dio a la tarea de utilizar los signos para grabarlos sobre mangos de madera de herramientas y pedazos de tablas, también realizó un video que se proyecta sobre el muro con uno o dos signos al centro.
Olmo Cuña y Sara García comentan que Una rosa tiene forma de una rosa comenzó con una serie de pláticas sobre lo que entendían como oficio. Aunque cada quien tenía ideas distintas dependiendo de su práctica artística, llegaron al acuerdo de que es una actividad a la que se dedica mucho tiempo y que no necesariamente repercute en la economía, pero que tiene que ver con el aprendizaje.
Entre todos fueron construyendo el espacio. “Cada uno propuso diferentes procesos en los que todos nos involucramos, por ejemplo, acordamos fabricar nuestras propias mesas para empezar a trabajar. Diego Toledo y Edgar Orlaineta, que saben más de carpintería, trajeron sus herramientas y nos enseñaron a construirlas. La idea con las mesas es que sirvan para trabajar y también como museografía”, explica Cuña.
Los artistas explican que varios objetos de la exposición no son obras necesariamente, sino herramientas. El hecho de que los artistas trabajen ahí hace que lo que está exhibido vaya cambiando constantemente.
¿Dónde y cuándo?
‘Una rosa tiene forma de una rosa. Oficios e instintos’ se puede visitar hasta el 1 de octubre en Casa del Lago ubicada en Bosque de Chapultepec Primera Seccion S/N.