Excélsior
Ocho músicos adolescentes representarán a México en el XIII Festival Internacional Spivakov, en territorio ruso
Luis Carlos Sánchez
Ciudad de México.
Los gemelos Felipe Bonilla caminan diariamente nueve kilómetros para llegar a su salón de clases. Tienen 14 años y son originarios de Cuaxoxpan, comunidad náhuatl de 80 casas en el municipio de Xochitlán de Vicente Suárez, en la sierra norte de Puebla. José Ángel toca además el violín y su hermano José Miguel, la jarana huasteca. Junto con su primo crearon hace cinco años el trío Tradición Serrana. Gracias a la música, en próximos días iniciarán un viaje mucho más largo que el que hacen a la escuela.
Tradición serrana es una de las tres agrupaciones de adolescentes huastecos que han sido elegidas para representar a México en el XIII Festival Internacional Spivakov Moscow Meet Friends, que se efectuará del 24 al 26 de mayo en Moscú. Junto con los grupos alondras huastecas y nueva herencia, integrados por jovencitas de entre 11 y 19 años, han conformado un ensamble que también se presentará en el Teatro Gradsky Hall de Moscú y en la Escuela de Música Dimitri Shostakovich, de la misma ciudad.
Tradición Serrana canta en náhuatl. Se creó a partir de un taller de formación musical. Junto a los gemelos, también forma parte del trío su primo José Manuel Calderón Felipe, quien toca la guitarra quinta huapanguera, pero la falta de identificación y la mala fortuna le impidieron hacer el viaje. “el otro muchacho quedó fuera, desafortunadamente por las elecciones de puebla no le pudieron dar la credencial de votar; nos sentimos un poco tristes porque sabemos que un brazo no lo traemos”, agrega don Gabriel.
Con la dirección musical de Ernesto Anaya y la escénica de Carlos González, se ha conformado un ensamble que trabaja diez horas diarias para la presentación en Rusia. Las tres agrupaciones fueron elegidas en una audición que se llevó a cabo en la edición 2014 del Festival de la Huasteca, realizado en Xilitla, San Luis Potosí. Acudir a la capital rusa ha sido posible con el apoyo de la dirección general de culturas populares (DGCP) y el sistema nacional de fomento musical, de la secretaría de cultura, así como del propio festival anfitrión.
Camila Ramírez Juárez cursa el sexto grado, pero ya toca la guitarra y canta versos como lo hacen sus paisanos en la huasteca. Junto con su hermana Alejandra y Kimberly Santillana creó nueva herencia en 2008. Visten el traje campero tamaulipeco, son de ciudad victoria. Ese mismo traje, uno más de gala y otro ranchero, serán los que lleven a Moscú.
Ahora que volarán al otro lado del mundo dicen: “queremos conocer otra música, cómo la interpretan y la manera de ejecutar sus instrumentos, de qué manera se preparan”. Las tres combinan su vena musical con los estudios. Camila quiere ser médico; Kimberly estudia programación a nivel técnico y quiere completar la carrera de administración de empresas; Alejandra va al CBETIS y estudia para laboratorista químico; quiere estudiar biología, pero por lo pronto baila huapango como sus compañeras del grupo y toca el violín en un mariachi.
Ellas se completan con alondras huastecas y son intérpretes ya respetadas por los huapangueros. Su carrera se formó de la mano del maestro Mario Chávez. También la familia es su esencia: está conformado por las hermanas Rebeca (de 16 años) y Sofía (de 19) Limón Cordero y por Dina Hernández Villa (de 19), quien fue al mismo kínder con Sofía.
“cuando entré al taller ella ya estaba tocando, nos reencontramos y volvimos a ser amigas; desde entonces somos inseparables las tres”, recuerda la mayor de las limón. En agosto el trío cumplirá ocho años; han grabado tres discos y desde sus inicios han tomado las cosas en serio: