Isaac Asimov. Algarabía
Durante 150 millones de años, las criaturas más extendidas sobre la Tierra eran ciertos grandes reptiles conocidos vulgarmente con el nombre de dinosaurios.
Los más grandes de los miembros terrestres de esta especie podían pesar hasta 85 toneladas. los grandes ictiosaurios y plesiosaurios dominaban el mar, mientras que los pterosaurios surcaban los aires con gigantescas alas de hasta 6 metros de envergadura.
Más tarde, hace unos 70 millones de años, se extinguieron todas esas monstruosas criaturas; no de la noche a la mañana, pero sí en un tiempo bastante breve: digamos que un millón de años. Otras formas de vida animal, como los peces, los mamíferos y aves primitivos, salieron indemnes, igual que la vida vegetal.
Acerca de esta extinción se han hecho diversas conjeturas... pero sólo eso, conjeturas.
A ciencia cierta, nadie conoce la razón. Hay quien piensa que la causa fue un cambio del clima.
Donde antes había un mundo suave y apacible, con pantanos y mares poco profundos, surgieron montañas. El continente se secó, los mares se hicieron profundos y las estaciones adquirieron un carácter áspero y riguroso. Pero es difícil creer que no quedaran regiones de clima apropiado. Además, los mares no tenían por qué verse afectados.
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Otros sugieren que, quizá, los mamíferos primitivos empezaron a alimentarse con los huevos de los dinosaurios y así acabaron con ellos1 . O tal vez que la Tierra se cubrió con nuevas especies de hierbas que desplazaron a la antigua vegetación, más blanda y jugosa.
Puede ser que los dinosaurios vegetarianos no tuvieran el tipo de dentadura necesaria para triturar esta nueva especie de hierba más dura y que, al extinguirse por no poder comer, los dinosaurios carnívoros no encontraran con qué alimentarse y se extinguieran también.
Otra posibilidad es que los dinosaurios experimentaran de pronto gran cantidad de mutaciones y, como la mayoría
de ellas eran desfavorables, el excesivo número de dinosaurios tarados haya provocado la extinción de la especie.
Esta explicación ha despertado gran interés, pero, ¿por qué un aumento repentino en las mutaciones?
Una de las causas de estas alteraciones es la radiación energética. De hecho, la Tierra es constantemente bombardeada por rayos cósmicos que podrían causar los cambios que aparecen en los organismos hoy en día. La tasa actual de mutación no es demasiado alta, pero imaginemos lo que ocurriría si, de cuando en cuando, incidiese sobre el planeta un chorro muy potente de radiación.
K. D. Terry, de la Universidad de Kansas, y W. H. Tucker, de
la Rice, han señalado que si explotase una supernova más o menos cerca del Sistema Solar, la Tierra se vería inundada de rayos cósmicos; estimaron que cada diez millones de años —en término medio—, la Tierra recibiría una dosis de rayos cósmicos siete mil veces mayor que la actual.
Así que, puede que hace 70 millones de años nuestro planeta haya sufrido una gran descarga de rayos cósmicos.
Aunque, en ese caso, ¿por qué sólo afectó a los dinosaurios y no a otras criaturas? Quizá sí las afecto, sólo que el sistema biológico de los dinosaurios era tan sofisticado que los hacía mucho más vulnerables a las mutaciones.
¿Qué tipo de alteración fue la decisiva? H. K. Erben, de la Universidad de Bonn, señaló recientemente que, en sus últimos periodos de existencia, los dinosaurios ponían huevos de cáscara muy gruesa y esta anomalía pudo ser consecuencia de una mutación. Al ser más difícil romper el cascarón, se redujo cada vez más la tasa de natalidad.
Así, entre esta mutación y otras similares se extinguió esta especie de magníficas criaturas.