La Sala de Arte Público aloja la muestra Hoy también fue un día soleado, sobre 1968
Estudiante, escultura de Fernando Sánchez Castillo, fue ideada a partir de una simbólica imagen captada aquel 2 de octubre
Reflexiona sobre la vulnerabilidad del hombre ante el Estado
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Imágenes de la escultura Estudiante y de Crótalos, intervención a la fachada del recinto en PolancoFoto cortesía de la Sala
Fabiola Palapa Quijas
Periódico La Jornada
La imagen de los estudiantes frente a la pared con los pantalones bajados, con los bolsillos abiertos y los zapatos sin cordones, captada el 2 de octubre de 1968, inspiró al artista español Fernando Sánchez Castillo a crear la escultura Estudiante de Tlatelolco, que es sólo un centímetro menor que el David de Miguel Ángel, y forma parte de la exposición Hoy también fue un día soleado.
La Sala de Arte Público Siqueiros exhibe la muestra de Sánchez Castillo dedicada a los sucesos del 2 de octubre de 1968, en la que reflexiona sobre la indefensión del hombre frente al poder del Estado.
Como un intento de entender lo ocurrido en el 68, el artista plástico recurre al trabajo de artesanos oaxaqueños, quienes en un telar tradicional realizarán un tapiz que reproduce un plano de la Plaza de las Tres Culturas donde se señala la ubicación de francontiradores situados en varios edificios y la dirección de sus disparos.
Sánchez Castillo explicó que el plano apareció entre los documentos del general Marcelino García Barragán, secretario de Defensa Nacional de esa época, los cuales utilizó el periodista Julio Scherer para publicar el libro Parte de guerra: Tlatelolco 1968.
El mapa, tapiz, es un intento de explicar, de ver qué sucedió en aquellos días. Era una historia que debía ser analizada, tratada, estudiada. Esta alfombra, su diseño, podría ser un código oculto a cuyas claves no tenemos acceso.
De acuerdo con el artista, el plano de García Barragán que quedará estampado en el tapiz no es un plan de ataque, sino que intenta explicar que pasó en ese lugar porque los propios militares no sabían qué había pasado.
La exposición Hoy también fue un día soleado se basa en la investigación de materiales de todo tipo sobre la masacre en Tlatelolco, como documentos, fotografías, videos y archivos, así como en la representación y reactuación artística de algunos de ellos para potenciar y relaborar sus sentidos.
Al artista le interesan las intrahistorias de la historia, por poseer mayor profundidad que las versiones preparadas para el consumo público. Para el curador Gerardo Mosquera, su arte es un intento de rescribir los relatos de la historia, o al menos de sensiblizarnos ante sus complejidades y vestigios, mostrando cómo es construida la historia desde el poder.
Sobre su monumental escultura Estudiante, Sánchez Castillo expresó que al igual que el David de Miguel Ángel, representa al hombre moderno frente al poder, al Estado; por eso tiene esa escala. Los estudiantes de 1968, que pareciera que tuvieron un sacrificio inútil, en realidad fueron el germen de conquistas posteriores en nuestra sociedad, no solamente la mexicana, sino que todos compartimos.
Además de la escultura del estudiante y del plano que será reproducido por artesanos en un tapiz, la exposición incluye la proyección de un video que presenta el vuelo de un dron sobre Tlatelolco que reproduce, a partir de la documentación existente, el de un helicóptero que sobrevolaba el día de los hechos, a manera de una reactuación ficcional de la historia.
El video plasma una acción lumínica en la Plaza de las Tres Culturas con bengalas rojas y verdes, como las que señalaron el inicio de la acción militar en 1968.
La Sala de Arte Público Siqueiros también albergará, hasta el 18 de septiembre, la intervención Crótalos, del argentino Ramiro Chaves, que es parte del proyecto fachada.
La intervención de la fachada del recinto está relacionada con la fenomenología del uso de la equis en la arquitectura, el lenguaje y la simbología mexicana, desde las culturas prehispánicas hasta las contemporáneas.
Para su creación, Ramiro tomó como referencia los textos del escritor y antropólogo yucateco José Díaz Bolio, quien estudió las relaciones entre los aspectos físicos de la serpiente cascabel –Crotalus simus– y sus representaciones en las culturas indígenas.
“Crótalos es una investigación sobre el uso de la letra equis en arquitectura y en diseño en México. Se trata de un diseño de mosaicos similar al estudio de Bolio, pero adaptado al tamaño de un mural en el que recurro a la técnica del grafiti que se hace en las calles, que se mezcla con el diseño de mosaico veneciano, el cual hace referencia a la presencia de ese material en la tradición muralista.”
Hoy también fue un día soleado y el proyecto fachada Crótalos permanecerán abiertos al público hasta el 18 de septiembre en la SAPS (Tres Picos 29, colonia Polanco).