Excélsior
VIRGINIA BAUTISTA
CIUDAD DE MÉXICO.
“No soy el poeta vivo más importante, quizá soy el más viejo”, comentó ayer irónico Eduardo Lizalde (1929), en alusión al motivo que expresó el jurado para otorgarle el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2016.
Dotado con 250 mil dólares, este reconocimiento bianual que otorgan la Secretaría de Cultura federal y la UNAM recae por primera vez en un escritor mexicano, ya que en 2012, año en que se creó, lo obtuvo el Nobel de Literatura peruano-español Mario Vargas Llosa y en 2014 recayó en el nicaragüense Sergio Ramírez.
El jurado de esta tercera edición estuvo conformado por Sergio Ramírez, Jaime Labastida como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Juan Luis Cebrián como integrante de la Real Academia Española y Roger Bartra y Vicente Quirarte, como representantes de los sectores académico y literario.
Lizalde fue reconocido esta vez sobre todo por su trabajo poético, pero aclara que también ha escrito narrativa y ensayo y se siente satisfecho de los libros que ha publicado durante los últimos 50 años de su vida, porque “todos han sido leídos”.
Adelanta que su discurso de recepción del Premio Carlos Fuentes, que le será entregado por el presidente Enrique Peña Nieto “en un acto oficial antes del término del presente año”, estará dedicado al autor de La región más transparente(1958), a quien conoció antes de que diera a conocer esta novela.
“Despues de Octavio Paz, Carlos era la máxima celebridad literaria de México y de Latinoamérica y perteneció a una gran pléyade de narradores del continente, algunos de ellos desaparecidos, como Gabriel García Márquez, el más célebre de todos, Julio Cortázar.
Quien estudió Filosofía en la UNAM y música en la Escuela Superior de Música del INBA piensa que, desde la aparición de La región más transparente, Fuentes “produjo un torrente de obras impresionantes. El talento, la imaginación que lo caracterizó nos tenía a todos armirados, sorprendidos. Y su obra representó un momento de revolución, de cambio, de visión literaria y social en la narrativa mexicana”.
Confiesa que la muerte del autor de Aura en 2012 fue sorpresiva. “Éramos colegas de la generación, él era unos meses mayor que yo. Se encontraba en actividad literaria permanente, hasta los últimos minutos de su vida, y no esperábamos que desapareciera tan violentamente”.
Por ello, Lizalde reflexionará sobre la importancia de la obra de Fuentes en su discurso, previo a que reciba, además del equivalente en pesos de 250 mil dólares, un diploma y una escultura del artista plástico Vicente Rojo.
Ganador, a sus 87 años, de galardones como el Xavier Villaurrutia en 1970, el Aguascalientes en 1974, el de Ciencias y Artes en 1988, el Iberoamericano López Velarde en 2002, el Internacional de Poesía Jaime Sabines-Gatien Lapointe en 2005, el Internacional Alfonso Reyes en 2011 y el Internacional de Poesía García Lorca en 2013, el Fuentes es “una raya más” en el pelaje del poeta a quien cariñosamente se le conoce como El Tigre. “Ya tengo muchas rayas encima”, dice.
Finalmente, detalla cómo se siente respecto a México. “Con el país se siente mal todo el mundo, pero en él vivimos y a él debemos atenernos”.
Premio polémico
El Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español se creó el 3 de julio de 2012, con un monto de 250 mil dólares, el mejor dotado de los que otorga el gobierno mexicano, como un homenaje al escritor mexicano Carlos Fuentes (1928-2012).
La idea, como se especificó en el Acuerdo que lo instituyó, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 16 de julio de 2012, era que se entregaría cada año, pero el 5 de noviembre de 2013 se anunció su carácter bianual.
La fragilidad del galardón se podía apreciar en el mismo “Acuerdo de la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes” por el que se creó, ya que no quedó protegido por un decreto presidencial. Con tres cláusulas y un artículo transitorio, el Acuerdo especificaba que este premio se “otorgará anualmente”, pero admitía que se entregará de conformidad con las bases que se establezcan en la convocatoria que cada año emitirá y publicará el Conaculta (hoy Secretaría de Cultura), “las cuales determinarán la manera en la que se conformará el jurado y los términos a los que se sujetarán sus deliberaciones y resoluciones”.
Y en su tercer artículo no se hizo obligatoria la cantidad para las futuras entregas: “Consistirá en un diploma, una pieza escultórica diseñada por un artista reconocido y la suma de dinero efectivo con la que se dote el Premio anualmente, en el presupuesto autorizado para el Conaculta, así como la publicación del discurso de aceptación”.
El monto se mantuvo, pero no así su fecha de entrega, que debe ser el 11 de noviembre, cumpleaños de Fuentes. La segunda edición se entregó a Sergio Ramírez el 23 de febrero de 2015 y la presente aún no tiene fecha determinada.