Autores que participarán en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara debaten sobre la identidad latina en el continente
VIRGINIA BAUTISTA Y JUAN CARLOS TALAVERA. EXCÉLSIOR
Para el nicaragüense Sergio Ramírez es “un espejo roto en el cual podemos vernos el rostro, aunque sea de manera fragmentada”, la argentina Luisa Valenzuela la define como “mi territorio, bolivarianamente hablando”, el peruano Alfonso Cueto dice que es “un continente atormentado y festivo” y el mexicano Antonio Ortuño la ve como “una serie de países con diferencias importantes, pero semejanzas conmovedoras”.
Para mí, América Latina es la patria grande. Nunca la he entendido como el patio trasero de nadie, ni como el fracaso de las hipótesis europeas y mucho menos como mera víctima de los poderes coloniales. Al contrario, siempre la he asumido como el futuro cultural de Occidente. Esto es, como el último lugar hospitalario (a pesar de la violencia), como el primer ensayo de una modernidad que suma y multiplica (a pesar de que tantos de sus líderes se hunden en la corrupción) y como la promesa de un futuro compartible (contra la compra-venta actual de intelectuales y escritores), gracias a que casi todo está aún por rehacerse”, agrega el catedrático de la Universidad de Brown Julio Ortega.
Escritores de diversos países del subcontinente reflexionan sobre la identidad literaria de la región y el papel que juega el idioma español como puente creativo, en una charla con Excélsior sobre el tema central que se debatirá en la 36 edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que arrancará el próximo sábado 26 de noviembre, a la que América Latina asistirá como invitado de honor.