Vida nueva, de Dante Alighieri, comentada por la escritora colombiana Carolina Sanín
Rafael Miranda Bello. Excélsior
Dante Alighieri (Florencia, 1265–Rávena, 1321). Vida nueva es un texto breve al que su famoso autor llamaba su libello.
CIUDAD DE MÉXICO.
Escrita en diferentes momentos que pueden situarse entre 1292 y 1295, Vida nueva fue la primera obra que compuso Dante Alighieri (Florencia, 1265–Rávena, 1321) y su singularidad literaria estriba en que, como señala la escritora Carolina Sanín (Bogota, 1973), “es una mezcla de antología poética y autobiografía. Dante narra en prosa un episodio, luego transcribe un poema que compuso al respecto, y luego analiza el poema”.
Esta obra, junto con la de otros autores del final de lo que llamamos Edad Media y el comienzo de la modernidad, inventó al autor literario (al tiempo que inventaba el amor). En esa medida, ha influido en todo lo que se ha escrito después”, aclara Sanín, y también apunta: “El único personaje de la obra es el poeta. Dentro de él se despliega una multitud de voces y de presencias que lo constituyen. El autor, que es el mismo protagonista, acoge dentro de sí a cualquier otro personaje, a personajes potencialmente innumerables e ilimitados”.
Sobre este texto breve al que Dante llamaba su libello (libro pequeño, librito) —conformado de 42 capítulos, en la mayoría de sus ediciones—, la autora de las novelas Todo en otra parte (2005), y Los niños (2014), explica: “De Vida nueva me interesa que muestra simultáneamente cómo un hombre se hace poeta y cómo se hace consciente de su propia interioridad. Muestra cómo alguien se conoce, se convierte en quien es y, al mismo tiempo, crea algo que lo excede. Sugiere que al convertirse en artífice de textos, el autor se convierte también en creador de sí mismo y accede así a una vida más allá de su vida individual, limitada y mortal.”
Respecto a la cercanía que ha mantenido con esta obra a lo largo de los años, Sanín menciona: “He leído Vida nueva muchas veces, porque lo enseño en clase, y cada vez he encontrado algo nuevo en el texto. La primera vez que lo leí no era profesora; era muy joven y lo leí buscando algo que me hablara del poder y la verdad del amor. Antes de abrirlo, lo único que sabía del libro —pues había oído la cita en otro lugar— era que en él, ante el amor, el autor se decía: “He aquí un dios más fuerte que yo, que viene a dominarme”.
La narradora colombiana, quien también ha publicado libros de relatos como Ponqué y otros cuentos (2010) y Yosoyu (2013), refiere que en especial hay un episodio hacia el final de Vida nueva que le llama la atención últimamente: “Después de que el poeta se ha estudiado y ha estudiado el nacimiento del amor y de la poesía en él mismo, ve a los peregrinos que pasan por su ciudad. En ese momento aparece la conciencia de los otros (de los lectores) y sucede el descubrimiento de la condición de todo hombre, que es la de exiliado.”
En tanto que a propósito del género de la novela corta, Sanín dice: “Pienso que la novela es un género hospitalario. Dentro de un marco narrativo, puede reunir y unificar otros contenidos: cuentos o largos monólogos (como en el caso de El Quijote), poemas, o breves ensayos. En eso se distingue de sus antecesores, que son el poema épico, por una parte, y la colección de cuentos, por otra. La novela posmoderna se ha hecho cargo de esa hospitalidad, y la ha aprovechado, pero lo mismo hacían ya las primeras novelas (como sucede con muchos otros gestos literarios que llamamos “posmodernos” y que proceden de la baja Edad Media o la modernidad temprana).
Y para concluir, agrega: “Vida nueva puede considerarse una novela en esa medida. Es una novela corta porque sus contenidos pueden reunirse en menos de cien páginas (solemos leerla en ediciones más abultadas, debido a las notas editoriales)”.
www.mundosencorto.wordpress.com