DE LA REDACCIÓN
Excélsior
Seis obras teatrales y tres instalaciones escénicas formaron parte de un festival en el Año Dual
CIUDAD DE MÉXICO.
El teatro mexicano tomó la escena alemana. Hasta ayer, el Endstation Sehnsucht Festival del Münchner Kammerspiele, en Alemania, estuvo dedicado por completo al teatro en México: un festival sobre el desplazamiento, la identidad y la representabilidad de la violencia, como parte de las actividades por del Año Dual Alemania-México.
El festival realizó una mirada hacia México, país en el que el desplazamiento y la migración han sido tema central, presentando una selección de producciones de teatro independiente mexicanas.
Las obras Mare Nostrum, de Laura Uribe; Está escrita en sus campos, de Lagartijas tiradas al sol; Se rompen las olas y Este cuerpo mío, de Mariana Villegas; Cactácea, de Alberto Villarreal y La fiebre del oso polar, de Antonio Salinas, con curaduría de Christoph Gurk e Ilona Goyeneche, representarón a México.
La visita ha sido posible gracias a la cooperación del Goethe-Institut Mexiko, la Fundación Cultural Federal Alemana (Kulturstiftung des Bundes) y las secretarías de Relaciones Exteriores y de Cultura.
El programa incluyó tres instalaciones escénicas performativas: No soy persona, soy mariposa, de Lucas Avendaño; Lectura de los éxodos, de Ángel Hernández y El Alberto, de Teatro Ojo. Así como reflexiones a cargo de Jorge Volpi, Ileana Diéguez y Luz Emilia Aguilar Zinser, entre otros especialistas de ambos países.
El Endstation Sehnsucht Festival arrancó con el performance Lectura de los éxodos: La guerra, el deseo y la traición, con Ángel Hernández, Amadis de Murga, Susana Morales y Gabriel Yépez.
Se trató de una instalación escénica coproducida por el Münchner Kammerspiele y el Goethe – Institut Mexiko, y que desarrolló Ángel Hernández, quien desde el año pasado trabajó con refugiados en las fronteras de la Unión Europea.