La Jornada
Ciudad de México. La coreógrafa Gloria Contreras (1934-2015) aseguraba que los bailarines del Taller Coreográfico
el cual fundó en 1970, deben entregarse al público en su totalidad, y así sucedió la noche de este jueves durante el homenaje que le rindieron en el Palacio de Bellas Artes.
La Sala Principal del máximo recinto cultural del país abrió sus puertas para recordar al icono de la danza en México, quien murió el 25 de noviembre de 2015 y dejó como legado más de 250 coreografías.
El tributo dio inició con una proyección en la que se veía a la maestra hablar sobre la filosofía del TCUNAM, cuya base, decía, es la entrega total de los bailarines en el escenario. También daba gracias a instituciones como el Palacio de Bellas Artes y la UNAM.
“El ballet es música, un coreógrafo no puede hacer coreografía solo sabiendo bailar. El músico y tú hacen la obra, es tu cuate, tu amante. El Ballet es música y yo soy una socia de Bach, de Schubert, de Mozart o de Stravinsky. El ballet es música, es escultura, pero también es el alma del que baila y es el alma del músico”, aseguraba la maestra.
El telón bajó y al subir nuevamente, los bailarines Ana Laura Barragán, Fernanda González, Ricardo Herrera, Héctor León, Ruth Morán, Germán Pizano, Paulina Segura, Alfredo Tame y Alia Velasco, todos integrantes del TCUNAM interpretaron “Sinfonía india”, que Contreras estrenó en 2008.
Al homenaje se sumaron Isabel García, Juan Capellán, Alicia Hauffray y Antón Joroshmanov, de la Compañía Nacional de Danza, quienes ejecutaron “Carmen, dos danzas de amor”, inspirada en la obra del compositor Georges Bizet.
El programa también incluyó “Concierto en re”, que tuvo como solista invitada a Águeda González en el clavecín; “Romeo y Julieta”, que Contreras estrenó en la UNAM en 1993; “Solo para un ángel contemporáneo”, dedicado a Ernesto El Che Guevara y “La sonámbula”, pieza que se estrenó cuatro días después de la muerte de la homenajeada.
Una de las piezas más aplaudidas de la noche fue “Alas para volar”, que Contreras creó en colaboración con el compositor Arturo Márquez, una obra dedicada a la joven pakistaní Malala Yousafzai , a quien se le concedió el Premio Nobel de la Paz en 2014 por su militancia en pro de la educación para las niñas.
Más de 20 bailarines en el escenario vestidos en tonos naranja y azul recrearon esta danza acompañados por los coros Infantil de la República, de la Escuela Superior de Música, de Niños del Valle de Chalco y de Niños del Faro de Oriente.
Al concluir el programa, el público agradeció de pie la entrega de los bailarines y de la Orquesta Escuela Carlos Chávez mientras gritaba “Gloria vive, la danza sigue”, “Gloria vive, el seminario sigue”, “Queremos la permanencia del Taller Coreográfico de la UNAM”, así como los “Goya” que resonaban en el recinto.
Ante los aplausos que se prolongaron por varios minutos, el TCUNAM regresó al escenario para regalar al público una pieza más: “Huapango de Moncayo”, que cerró la velada de festejo a la danza y a una de sus más fervientes impulsoras en México.