Excélsior
La Universidad realizará un encuentro que explora las diferentes facetas del dibujante, coleccionista, geógrafo e historiador mexicano
CIUDAD DE MÉXICO.
Miguel Covarrubias (México, 1904-1957) el dibujante, el coleccionista, el antropólogo, el geógrafo, el historiador, el pensador. El Chamaco que concibió la cultura como un puente entre comunidades. Es la figura que se estudiará en el Simposio dedicado a este artista mexicano, organizado por el Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE)de la UNAM con especialistas nacionales e internacionales. En una serie de charlas se reflexionarán las propuestas visuales del promotor cultural para plantear una antropología abierta a estudios estéticos que arrojaran conocimiento sobre las culturas indígenas.
Con el título Miguel Covarrubias. Encuentros entre antropología, geografía y arte, el congreso será de dos días, y la conferencia magistral estará a cargo de Adrian Vickers, profesor de la Universidad de Sídney, con la plática Palabra e imagen en “La isla de Bali”, de Miguel Covarrubias, que analizará el libro escrito por el artista en 1937 como un estudio de las culturas de la provincia de Indonesia.
Se sumarán Shengtian Zheng, curador y artista chino, que hablará de la relación entre El Chamaco y quienes hicieron la revolución cultural en el país oriental. Lo mismo su relación con los artistas de Shanghái: Zhang Guangyu, Zhang Zhenyu y Ye Qiany en la década de los 30, además de su trabajo en las culturas mesoamericanas como la Olmeca, de la que hablara González Mello: “Lo interesante es que Covarrubias estudia la gráfica Olmeca con los instrumentos que se inventaron para explicar a Kandinsky, y lo que él hace es convertir una serie de propuestas arqueológicas en una serie de diagramas para hacer argumentos históricos que todavía se usan hoy”.
De hecho el trabajo de Covarrubias como antropólogo es un área por investigar. Pues el caricaturista autodidacta asimiló su trabajo estético como una herramienta para entender el pasado prehispánico. No separó sus dibujos del conocimiento de las culturas, y en este sentido elaboró una serie de gráficas y diagramas de carácter plástico que sirven para analizar figuras u objetos antiguos.
De ello hablará Ellen Hoobler, profesora del Cornell College en Estados Unidos, en la conferencia Miguel Covarrubias y Alfonso Caso: colaboración a través de décadas y fronteras, en la que detallará la relación entre el artista y el antropólogo Caso, considerado el padre de la arqueología mexicana, y quien en gran medida introdujo al pintor al estudio de las culturas. De los primeros proyectos conjuntos fue en 1922, cuando produjeron la exposición de arte popular mexicano en Los Ángeles.
Dos décadas después, planearon la muestra 20 siglos de arte mexicano en el Museo de Arte Moderno de Nueva York que iniciaba en el arte precolombino, y dos núcleos de arte popular y moderno dirigidos por Covarrubias. Esta exposición tiene origen en la investigación del artista sobre las culturas del sur del país donde indaga costumbres, rituales, arte popular, centros ceremoniales, cerámica y escultura del arte antiguo.
Y cuando se refiere a conocimiento sistematizado habla del trabajo visual que Covarrubias desarrolló para entender la antropología. Son dibujos, mapas, pinturas e incluso películas que contribuyeron a estudio de las culturas. Así como lo hizo en Bali con herramientas visuales como “notas de campo” para elaborar un estudio etnográfico de la danza, el ritual, el arte y la cultura de la isla. Un compendio de imágenes precursoras de la etnografía sensorial. Dibujos que se convirtieron en métodos de investigación social.
La profesora de antropología en la Universidad del Sur de California, Nancy Lutkehaus, hablará del tema: “Covarrubias entendió el importante papel que tiene el detallado estudio de la forma y el motivo obtenidos mediante el dibujo para así generar teorías sobre estilos culturales y conexiones entre culturas. Estaba familiarizado con el libro de Boas de 1927 El arte primitivo y las teorías de Boas, y con sus dibujos propone su teoría de la cultura olmeca como antecesora de la azteca y maya”, explica en el resumen de su ponencia.
En su labor antropológica, quien de joven frecuentó el círculo de Diego Rivera, Roberto Montenegro, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco se convirtió también en un coleccionista de arte prehispánico. Objetos antiguos que sirvieron con un fin científico: articular teorías sobre antropología, arte americano y arte moderno.