Algarvia
Su pasión por los volcanes, la naturaleza y la cultura mexicana colocaron a Dr. Atl en una posición inclasificable debido a la mixtura de disciplinas y técnicas que manejó durante su trayectoria artística.
Innovador en técnicas pictóricas y profesor de los grandes muralistas del siglo XX —como David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera—, Gerardo Murillo Cornado, mejor conocido por su seudónimo «Dr. Atl» —que significa agua en náhuatl— fue fiel promotor del muralismo, precursor del modernismo y antecedente del arte contemporáneo en México.
Su pasión por la naturaleza lo llevó a representar árboles, nubes y volcanes en su obra, además de retratos y autorretratos; sin embargo, eso no fue suficiente y, además de pintar, desarrolló el arte de escribir, factor que lo nombró piedra angular del arte mexicano.
«No nací pintor, nací caminante y el caminar me ha conducido al amor por la naturaleza y el deseo de representarla»
Revolucionario en la vida política, privada y profesional, Dr. Atl encarnó a uno de los artistas más importantes del arte mexicano. A continuación presentamos las obras que marcaron la trayectoria de este artista:
10. Paisaje Boscoso (1920)
Alejado a su estilo habitual, esta pintura representa a detalle su inmersión en los paisajes y cómo los retenía en su memoria.
9. Popocatépetl desde un avión (1958)
En los años 50, perdió una pierna, pero la tenacidad y curiosidad que lo caracterizaban lo impulsaron a crear el aeropaisaje, técnica utilizada en esta obra.
8. Valle del Pihuamo (1952)
En esta manifestación artística se puede apreciar la utopía de una ciudad en donde conviven científicos y artistas, fundada sobre el valle, situada en la elevación piramidal en el centro de la obra.
7. Paisaje con el Iztaccíhuatl (1932)
Aquí, se conjugan los estudios en vulcanología del artista con su técnica de adoptar la perspectiva curvilínea. La proyección de Dr. Atl era representar una síntesis del ritual, mito y objeto, además de una metáfora a la nacionalidad mexicana.
6. Vista del Popocatépetl (1934)
Su constante obsesión con los volcanos lo condujo a vivir en las faldas del Popocatépetl; en esta pintura recrea la independencia de los planos, recurso que indiscutiblemente sugiere una distancia visual, que realza el paisaje y sugiere grandeza.
5. Las Artes Populares en México (1921)
Este libro representa una de las mayores hazañas artísticas reañizadas por el Dr. Atl, pues aquí explora el concepto que permeaba acerca de los indígenas y sus manifestaciones artísticas.
4. Nahui Ollin (1922)
Rebautizada como «Nahui Olin», Carmen Mondragón es la protagonista e inspiración de esta pintura, considerada una de las más emblemáticas en la trayectoría de Dr. Atl. En esta pintura aplicó su técnica «Atl colors» sobre fresco e introduce la innovación de la composición con nubes en movimiento entre barras.
3. Autorretrato (1899)
En primer plano mira al espectador introduciéndolo en diferentes dimensiones de la pintura, en fondo se encuentra la silueta de una mujer pintada al estilo impresionista; esta obra le dio la bienvenida a la liga de los grandes artistas pues obtuvo la Medalla de París de 1900.
2. Cómo nace y crece un volcán, el Paricutín (1950)
Su amor por los volcanes quedó inmortalizado en una publicación impresa que, tras ser testigo del nacimiento del volcán Paricutín, registró un estudio cuidadoso y sumamente ilustrado de la montaña, mismo que ahora es considerado uno de los libros más importantes del arte mexicano.
1. Erupción del Paricutín (1943)
Al oeste del estado de Michoacán, el volcán Paricutín brotó en un maizal provocando la destrucción del pueblo San Juan Parangaricutiro, Dr. Atl permaneció en el lugar y apreció el nacimiento de Paricutín, situación que plasmó en esta gran pintura.