Excélsior
La producción artística y cultural entrará a las mesas de discusión trilateral, donde México puede impulsar una mayor producción de maquila cultural y creativa de alta calidad que refuerce el mercado interno, indican especialistas
CIUDAD DE MÉXICO.
En la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) el equipo mexicano buscará la revisión de temas culturales como: la propiedad intelectual, la industria editorial y cinematográfica; el impulso de nuestro país como maquilador cultural y creativo, y la captación del libre flujo de inversiones para construir infraestructura cultural, así como una mejor participación en las nuevas plataformas virtuales y la posible participación en el mercado de los videojuegos.
Así lo comentó a Excélsior Ernesto Piedras, economista y especialista en temas culturales, quien afirmó que éste sí estará en la mesa de Washington. “Yo creo que ya estamos ahí y algo muy bueno es que ya no es un asunto de falta de voluntad (por parte de México), sino que estamos inmersos en este proceso donde se incluyó un capitulado... ahora el tema será hacer (una negociación) en los mejores términos posibles”, por lo que se espera la siguiente fase de las negociaciones, que se realizarán en México del 1 al 5 de septiembre.
Piedras también comentó que para la Secretaría de Cultura (SC) federal “el tema de la renegociación ha sido central y no un tema que quieran evadir o esconder. Yo veo un interés por abordarlo como una oportunidad de mejora hacia afuera y hacia dentro... aunque es cierto que toda ventana de oportunidad generalmente es una ventana de riesgo”.
Una opinión distinta es la del periodista y gestor cultural Eduardo Cruz Vázquez, quien dijo a Excélsior que la SC declinó a hablar sobre la renegociación del TLCAN, como sucedió en el foro Propuesta para la renegociación del tratado comercial con EU, realizada por la Universidad Autónoma Metropolitana, la Casa Rafael Galván y el Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU), en mayo pasado.
En dicha propuesta, expuso, se destacó la revisión del comercio en internet, las importaciones y exportaciones de productos audiovisuales y los intereses de las empresas que distribuyen contenidos –Google, Facebook, Amazon o Twitter– entre otros, además de la revisión de las industrias de televisión, música, cine, editorial, servicios culturales, los derechos de autor y la propiedad intelectual, política y doble tributación, bienes y servicios de importación y exportación.
De ese foro nació un documento donde enlista sus propuestas. Algunas apuntan a establecer medidas asimétricas y compensatorias que fortalezcan al mercado cultural interno de México; contar con infraestructura legislativa y hacendaria para competir comercialmente con otros países, en materia cultural; e involucrar en las negociaciones a dependencias como el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor).
Además de promover el comercio justo y la denominación de origen; el diseño y la realización de rutas culturales entre países, con base en la investigación de corte histórico-cultural, entre muchas más.
Dicha reunión, referida por Cruz Vázquez, sucedió el 10 de agosto, donde participaron María Cristina García Cepeda, Ildefonso Guajardo y representantes del sector cultural como: Carlos Anaya Rosique, presidente de Caniem; Gustavo Vega Cánovas, secretario general del Colmex; Joaquín Díez-Canedo, director de Publicaciones de la UNAM; Enrique Krauze, director de editorial Clío y de la revista Letras Libres; y Rodrigo Pérez Porrúa, director comercial del Grupo Editorial Porrúa, entre otros, como confirmó la oficina de comunicación de la SC.
La reunión se realizó para intercambiar ideas sobre la modernización del TLCAN. Sin embargo, hasta donde se tiene noticia, ninguno de los intelectuales participará en las mesas de negociación.
MAQUILA CULTURAL
Ernesto Piedras ve en México un escenario distinto al de hace 23 años, cuando se aprobó el TLCAN. Entonces, por ejemplo, no existía una SC, una Ley de Cultura o información estadística sobre el tema. “Ahora, sabemos que el 7.4% del PIB es cultural y creativo, mientras que el 8.9% es turístico”, comentó.
Y aunque se dice que el 20% del turismo nacional y extranjero es exclusivamente cultural, mucho del turismo de playa y de negocios también tiene un componente cultural que no es considerado, dado que gran parte de ellos también adquieren libros, textiles o artesanías nacionales.
Por lo que sería óptimo no desmembrar ambos rubros, dado el papel transversal de la cultura, “por lo que conjuntamente, aunque cada rubro tenga su propio corpus institucional, suman poco más de 16 puntos porcentuales del PIB, integrando el sector más importante de la economía mexicana”, dijo.
Sobre la maquila cultural, Piedras expuso lo siguiente: “El TLC para México ha significado una intensificación en la producción maquiladora para los demás sectores. Y aunque este término frecuentemente toma una connotación negativa para mucha gente... habría que reflexionar al respecto”.
¿Por qué?, se le inquirió. “Porque México no ha podido aprovechar óptimamente el proceso maquilador, aunque agrega mucho valor y empleo. Yo no veo negativo este tema porque también hay maquila de alto valor. El México maquilador de hoy no es el de hace cuatro décadas cuando se ensamblaban textiles y éramos un país costurero. Hoy tenemos una maquila automotriz y otra de alta electrónica. La pregunta es: ¿no convendría evaluar y considerar abrir también una ventana para la maquila cultural y creativa?”.
¿Qué incluiría esa maquila? “Traer más producción cinematográfica a México (multiplicando las experiencias en las locaciones de Durango), pero también en el ámbito editorial y musical, como cuando en los años 70 México era un clúster de producción... ahora, incluso, los músicos mexicanos graban en Miami o Los Ángeles. ¿Qué eslabones de la cadena están faltando?”.
Sin embargo, el propio Piedras reconoce que los negociadores mexicanos deben tener cuidado en tampoco convertir a México en un país únicamente consumidor o exclusivamente maquilador.
“Sino un país creativo que inserte su cadena económica y productiva en los mejores términos de aprovechamiento de la creatividad, de nuestra capacidad, de mano de obra, y el respeto a las tradiciones porque hay elementos con los que no se negocia”, recalcó el especialista.
MIOPÍA MEXICANA
Por último, Eduardo Cruz Vázquez apuntó que existirían puntos críticos en la actual renegociación del TLCAN.
Uno es que no existe una mirada del sector cultura dentro el equipo negociador; que ni siquiera se mencione el problema para el trámite de visas de trabajo y la cooperación para que grupos artísticos mexicanos ingresen a Estados Unidos.
Además de una visión nacionalista mal entendida por las autoridades nacionales “que les hace pensar que la cultura mexicana es tan fuerte que no necesita ningún tipo de reserva”, tal como sí lo acotó Canadá, en 1994, con la exención cultural en el artículo 2106 del tratado.
En el fondo, aseguró Cruz Vázquez, todo apunta hacia que no habrá un gran cambio en esta renegociación para evitar que el trámite llegue hasta el Congreso y que no se de una revisión de fondo.
¿Cuál sería el momento clave en esta negociación?, se le preguntó. “Cuando sepamos si Canadá mantendrá su excepción cultural, como lo solicitó en 1994; ahí podremos ver la postura del gobierno mexicano”.
A final de cuentas, concluye, si no se concretaran cambios dentro del TLCAN en materia cultural, “lo que deberemos hacer es fortalecer el mercado interno para hacer competitivo nuestro cine” y el resto de la producción creativa, sin dejar de lado que existe un gran capítulo pendiente de desarrollo de capacidades exportadoras del sector cultura”, concluyó.