Por Paula Carrizosa. La Jornada de Oriente
En sus celebraciones, los nahuas danzaban y cantaban canciones denominadas como cuicatl, un género de poesía oral, cantada o modulada rítmicamente. Dicho género, describe la Biblioteca Digital Mexicana, se cultiva en los Romances de los señores de la Nueva España, una recopilación de manuscritos de 1582.
Procedentes de la Biblioteca Nettie Lee Benson, de la Universidad de Texas en Austin, estos documentos –como otros contenidos en repositorios como la Biblioteca histórica José María Lafragua de la UAP– han sido puestos a la disposición del usuario de internet a través del sitio de la Biblioteca Digital Mexicana.
Los Romances de los señores de la Nueva España, se explica en la presentación virtual, son canciones que “celebraban sus naciones, gobernantes y gestas guerreras, además de referir en clave poética su filosofía de la vida: los dioses, lo efímero de la vida, las flores, los pájaros, la amistad”.
Se expone que después de la conquista, una vez convertidas las menciones a la religión prehispánica en referencias cristianas, esta práctica continuó.
Así, se indica que “en las fiestas cristianas o aquellas que celebraban a la monarquía española, los indígenas escenificaban sus bailes (mitotes) con sus canciones”. Se añade que “a la combinación de danzas y cantos se le llamaba tocotín, palabra onomatopéyica que refería la cadencia, marcada por percusiones en dos tonos”.
Estos Romances de los señores de la Nueva España, que se publican por primera vez en facsímil, son una recopilación de canciones nahuas. Se indica que la única versión existente es una copia encuadernada después de la Relación de Tezcoco de Juan Bautista Pomar, de 1582, por lo que se considera probable que date igualmente de 1582, aunque pudo haberse realizado a principios del siglo XVII.
Esta muy importante colección de canciones nahuas con 42 fojas o 84 imágenes “está emparentada con los llamados Cantares mexicanos, más numerosos, que pertenecen a la Biblioteca Nacional de México”. En ese sentido, se señala que 12 canciones de los Romances aparecen con variantes en los Cantares; se dice que ambos, Romances y Cantares, “son recopilaciones basadas en versiones orales de las canciones”.
Ambas recopilaciones fueron transcritas y traducidas por el nahuatlato Ángel María Garibay entre 1964 y 1965. En 2009 John Bierhorst publicó una transcripción y traducción al inglés de los Romances además de que la universidad de Austin en Texas creó un sitio de internet con documentos adicionales.
“A diferencia de los Cantares, los Romances, divididos en cuatro partes, son una antología ordenada de canciones nahuas unidas estilísticamente. Las canciones tienden a estar compuestas de ocho líneas, número clásico en la mentalidad nahua que, como analizó James Lockhart, gran historiador de los nahuas, buscaba la simetría, la autonomía de las partes y la organización en pares. Cada canción termina con palabras que marcan el ritmo: aya ohuaya ohuaya”.
Se explica, además, que estos romances fueron probablemente originados en Tezcoco. Asimismo, como los Cantares, fueron recopilados en el contexto cristiano del siglo XVI. Ambos contienen añadidos o glosas que corrigen o complementan el texto. No se sabe quién las añadió ni cuándo.
Las canciones en el original de los Romances no son versos, sino textos corridos, con palabras cortadas: Bierhorst las presenta como prosa y conserva la división original en parágrafos, mientras Garibay hace versos y recorta los parágrafos a su modo.
“Por todo ello, y porque ninguna de las ediciones mencionadas lo hace, hemos considerado deseable ofrecer sin más el facsímil de los famosos Romances. Así pueden distinguirse el original y las glosas, y comprenderse más fácilmente las aportaciones de nuestros dos autores y las dificultades de transcripción y traducción”.