Yolotl González Torres
El uso de la cabeza como elemento de exhibición pública era muy importante y extendido en Mesoamérica, en los llamados tzompantli, pero llama la atención el uso similar que se le dio entre algunos pueblos asiáticos, las “torres de cabezas”, principalmente entre los descendientes de los mongoles y turcos.
La exhibición de las cabezas de los enemigos o incluso las de los ajusticiados por diversas causas ha sido una práctica bastante común entre muchos pueblos del mundo. En Mesoamérica, la exhibición masiva de cabezas parece haber ocurrido sobre todo entre los mexicas, pueblos aliados y vecinos, aunque en 1982 Charles Spencer exhumó un tzompantli intacto en la loma de La Coyotera, Oaxaca, mientras que Roys (en Mendoza, p. 398) menciona las cabezas de los extranjeros insertadas en los muros de Chakán Putún, Guatemala.
Tzompantli significa “muro, hilera o bandera de cabezas” y se le menciona en las descripciones de los conquistadores, testigos de estas estructuras. Asimismo, se han localizado restos arqueológicos que son evidencia de esa costumbre. Las cabezas exhibidas en los tzompantli eran de los individuos sacrificados en honor de los dioses, la mayor parte de ellos cautivos, y también de los ixiptla o representantes de los dioses. Los cráneos generalmente se ensartaban mediante un agujero que se hacía en las sienes, algunos después de haberles quitado toda la carne y otras veces dejándoles la piel y el cabello. Hay algunas descripciones e ilustraciones en las que las cabezas muestran los rasgos faciales y el cabello, incluso de españoles que fueron sacrificados por los indígenas y colocados como trofeos en el tzompantli, junto con las cabezas de algunos de sus caballos, como lo describe Bernal Díaz del Castillo.
El tzompantli
Los tzompantli variaban de tamaño y en los códices sólo son representados con dos varas y un cráneo, lo que puede indicar que la mayoría eran pequeños, a no ser de que fuera una forma estilística de representarlos. En Tenochtitlan había siete de estas construcciones, asociadas con siete diferentes dioses y seguramente de tamaños muy distintos. En el dedicado a Yacatecuhtli se colocaban específicamente las cabezas de las “imágenes” de los dioses de los mercaderes sacrificados en el mes de xócotl huetzi; las de los esclavos que se ofrendaban en panquetzaliztli, mes dedicado sobre todo a Huitzilopochtli, se colocaban en el huey tzompantli, el cual estaba frente al huey teocalli, sobre un basamento de gradas incrustadas con cráneos de piedra que mostraban las caras, conocido también como tzompantli por los arqueólogos.
Andrés de Tapia, uno de los conquistadores y compañero de Cortés, describe el gran teocalli de Tenochtitlan, al que llama “torre de ciento trece gradas”, y agrega:
...estaban frontero de esta torre, sesenta o setenta vigas muy altas hincadas desviadas de la torre cuanto un tiro de ballesta, puesta sobre un treatro [sic] grande hecho de cal e piedra e por las gradas de el muchas cabezas de muertos pegadas con cal e los dientes hacia afuera. Estaba de un cabo e de otro destas vigas dos torres hechas de cal e de cabezas de muertos, sin otra alguna piedra, e los dientes hacia afuera en lo que se pudie parecer, e las vigas apartadas una de otra que una vara de medir, e desde lo alto dellos fasta abajo puestos palos cuan espesos cabien, e en cada palo cinco cabezas de muerto ensartadas por las sienes en el dicho polo: e quien esto escribe, y un Gonzalo de Umbría, contaron los polos que habie e multiplicando a cinco cabezas cada palo, de los que entre viga y viga estaban, como dicho he, hallamos a ver ciento treinta y seis mil cabezas, sin las de las torres (De Tapia, AÑO, pp. 18 y 19).
González Torres, Yolotl, “El tzompantli en Mesoamérica y las ‘torres de cabeza’ en Asia”, Arqueología Mexicana núm. 120, pp. 75-79.
• Yolotl González Torres. Doctora en antropología por la UNAM. Profesora en la FFYL, UNAM, y miembro del SNI. Investigadora en la Dirección de Etnología y Antropología Social, INAH. Especialista en antropología de la religión
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