Por Paula Carrizosa
El comedor de la casa de los hermanos Serdán ■ Foto Abraham Paredes
Será en el mes de febrero de 2018 cuando “probablemente” los restos de Carmen (1875–1948), Aquiles (1877–1910) y Máximo Serdán (1878–1910) lleguen a Puebla para alojarse de manera permanente en la llamada sala de sacrificios del Museo Regional de la Revolución Mexicana, ello tras el proceso de intervención que recibieron durante este 2017 por parte de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Con ello, expuso el director de este recinto Patricio Eufracio Solano, el museo regional se convertirá en el primer espacio de su tipo en México en contener y exhibir los restos de quienes ocuparon esa casa y fueron los protagonistas de la historia que se cuenta museográficamente.
Entrevistado en el marco del primer simposio “Génesis y desarrollo de la Revolución Mexicana”, que organizó el INAH a través del Museo Regional de Puebla, el funcionario estatal expuso que la llegada de los restos óseos programada para estos días de noviembre se canceló debido a la contingencia causada por el sismo del 19 de septiembre.
Ello, expuso, porque los especialistas de la coordinación nacional fueron requeridos en los trabajos de revisión e intervención de los bienes muebles e inmuebles que son protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, particularmente en los sitios afectados por el terremoto de 7.1 grados ubicados en Morelos, Ciudad de México y Puebla.
Eufracio Solano dijo que, dado que se tratan de los restos de próceres de la Revolución Mexicana, estos serán trasladados, recibidos y depositados en el museo regional con “todo el protocolo que se merecen”, por lo que se prevé la realización de una “gran ceremonia” en la que participarán los tres niveles de gobierno, además del Ejército y descendientes de la familia Serdán.
“Los héroes regresarán a casa y lo harán en un ánimo festivo. No será un acto solemne ni oscuro; será, además, una condición inédita, ya que el museo regional será el primer museo de México en tener los restos de los protagonistas en el lugar donde sucedió el hecho histórico”, indicó el historiador.
Una petición de un descendiente
El director del Museo Regional de la Revolución Mexicana, Patricio Eufracio, recordó que fue a principios de 2017 cuando Aquiles Serdán, descendiente de la familia, denunció que estaba olvidado el mausoleo en donde se hallaban los restos óseos de quienes son considerados los primeros mártires del movimiento armado ocurrido hace más de un siglo.
Así, dado que la custodia del mausoleo le corresponde al ayuntamiento de Puebla, lo siguiente fue el envío de una misiva que fue respondida de manera positiva. Luego, la petición de intervención fue enviada al INAH nacional que mandó a especialistas para que hicieran un dictamen y un programa de trabajo, lo mismo sobre los restos óseos que sobre las tres urnas que los contenían.
Tras una primera inspección sobre los restos se encontró que el mausoleo no estaba en las condiciones para seguir siendo su contenedor, así que estos fueron mandados –en abril pasado– a la Ciudad de México, a la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), para ser objeto de una intervención encabezada por Luisa Mainou, responsable del Taller de Conservación y Restauración de Material Orgánico.
Ahí, como se informó en junio pasado, se determinó que el esqueleto de Aquiles Serdán tenía las condiciones más desfavorables de conservación, mientras que el de Máximo Serdán era el que mejor estado presentaba, en tanto que el de Carmen Serdán se mantenía estable.
Asimismo, se supo que los restos óseos de Aquiles Serdán, al igual que los de su hermano menor Máximo, fueron depositados en un contenedor de metal en una segunda exhumación, lo que provocó que en el contenedor del primero se filtrara agua y causara la disolución y recristalización de los minerales propios del hueso de manera heterogénea en la mayor parte del esqueleto; “además, hubo pérdida de material óseo en las escápulas, costillas y de muchos otros huesos que se degradaron”.
La restauradora Luisa Mainou explicó entonces que los tres esqueletos mostraban residuos de tejido blando y tierra, lo que les daba un tono oscuro pero estaban bien conservados. Particularmente, señaló que los restos óseos de Carmen también están bien preservados, pero su estado era frágil porque murió a una edad avanzada.
Destaca que la intervención también incluyó la restauración de las urnas de plata en las que se encontraban los restos de los héroes revolucionarios. En la que descansaban los restos de Aquiles Serdán se halló una botella de vidrio fragmentada con un documento dentro, mientras que en el contendedor de Carmen Serdán se encontraron fragmentos de materiales de color verde, parte de un escapulario que parece ser lana y otros pedacitos de tejido de punto de color rojo.
En el proyecto de intervención colaboraron el antropólogo físico Jorge Gómez Valdés, adscrito a la Escuela Nacional de Antropología e Historia, las restauradoras Judith Gómez González y Luisa Straulino de la CNCPC, así como la restauradora Andrea Cordero del Centro INAH Puebla.