Mónica Mateos-Vega
Periódico La Jornada
Tolerancia y solidaridad entran al antiguo Palacio de la Inquisición de la mano de Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828), el gran provocador del Romanticismo español, de quien se exhibe desde ayer en la Ciudad de México la colección de grabados conocida como Los Caprichos.
El Palacio de la Escuela de Medicina, en el Centro Histórico, es la sede de la muestra que organiza la Fundación Dancing for Millenium Goals (DMG), a quien pertenecen las 80 obras donde el artista plasmó una crítica a la sociedad de finales del siglo XVIII, sobre todo a la nobleza y al clero que, precisamente, cometió atrocidades como la persecución religiosa que derivó en la implementación del terror por conducto de los tribunales del Santo Oficio.
La fundación DMG es una organización no gubernamental internacional que tiene como propósito contribuir con arte y cultura al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sustentable de la Organización de Naciones Unidas (ONU), dijeron los organizadores en rueda de prensa.
Traer su colección de Los Caprichos a México fue posible gracias a la colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la cual depende el Antiguo Palacio de Medicina; el Instituto Nacional de Bellas Artes, la Fundación del Instituto Mexicano del Seguro Social y la ONU.
El pintor estaba contra los abusos y la ignorancia
Fue en 1799 cuando Goya hizo la primera impresión de esos grabados. Posteriormente, durante el reinado de Fernando VII, se guardó la colección porque iba contra el absolutismo monárquico, pero a finales del siglo XIX se vuelven a reimprimir, explicó la curadora Pilar Sedano.
La especialista, quien es también directora de restauración de los museos Del Prado y Reina Sofía de Madrid, dijo que la colección de la DMG data de 1905; “son de las primeras estampaciones de Los Caprichos, los cuales dejaron de imprimirse en 1937. El conjunto muestra tres etapas de Goya: la primera es una sátira y crítica suave, con una estética irónica.
“La segunda es despiadada, sobre todo los personajes de bestias que representan al clero y a la nobleza, donde Goya ataca duramente la avaricia y la lujuria que representan estos personajes. También critica la mala educación, por ejemplo en imágenes en las que el profesor y el niño son burros.
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El Palacio de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México es la sede de la muestra que organiza la Fundación Dancing for Millenium Goals, a la que pertenecen las 80 obras (incluidas las aquí reproducidas) en las que Francisco de Goya plasmó una crítica a la sociedad de finales del siglo XVIII, sobre todo a la nobleza y el cleroFoto Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando/ Goya en la Calcografía Nacional
La última etapa pertenece a los delirios y los sueños; es la época en la que Goya se queda sordo y se mete en sí mismo, crea un mundo totalmente para él.
En opinión de Sedano, todo lo que plasmó el artista tiene gran vigencia, pues “estaba en contra de los abusos y la ignorancia, apoyaba la idea de que la educación servía para que las personas dejaran a un lado las supersticiones. Pero a la Iglesia le interesaba que el pueblo siguiera teniendo esas creencias, que la sociedad siguiera cada vez más inculta.
“Goya estuvo siempre en contra de eso, y también de la desigualdad o el abuso del poder. Por eso, esta colección nos hace reflexionar en que la sociedad actual necesita una serie de cambios, al igual que la educación.
Uno de los principios de la fundación DMG es llegar a la sociedad a través del arte, esto es importantísimo porque una sociedad culta no se deja manejar.
Obras con críticas muy severas y la Inquisición detrás del artista
Pilar Sedano recordó que estos grabados de Goya se llaman Los Caprichos “porque él da a cada pieza un nombre en apariencia incoherente. Hay que tomar en cuenta que las obras hacen críticas muy duras, que la Inquisición estaba detrás de él al extremo de que debió irse de España, pero Los Caprichos no desaparecen; él regaló las placas grabadas al rey, de lo contrario habrían desaparecido.
“No se sabe cuántas colecciones completas de Los Caprichos existen. El Museo del Prado tiene una, además de los dibujos, y las placas originales están en la Academia de Bellas Artes de Madrid, en la Calcografía Nacional. Para conservarlas no se han querido hacer más reproducciones.”
Los Caprichos de Goya son, quizá, las obras más polémicas del Romanticismo español, continuó la especialista, pues tuvieron mucha influencia fuera de España.
Luego de mostrarse en las ciudades de Puebla y Hermosillo, la exhibición de Los Caprichos de Goya en el Palacio de la Escuela de Medicina de la Facultad de Medicina de la UNAM (República de Brasil 33, Centro Histórico) concluirá el 15 de mayo. Visitas de nueve a 18 horas.