Vuelven programa curatorial el concurso artístico que durante cinco lustros fue un termómetro del arte actual
SONIA ÁVILA
CIUDAD DE MÉXICO.
Durante 25 años la Bienal FEMSA hizo de termómetro sobre la producción del arte joven en México. El certamen bianual convocó en 12 ediciones a 11 mil 158 artistas que registraron 28 mil 33 obras. Lo que hace de su colección un muestrario de la plástica contemporánea. Y en el marco del inicio de un nuevo formato expositivo que pone fin al concurso, los organizadores revisan el acervo reunido en la XII Bienal que se realizó entre 2016-2017 en Monterrey.
Se trata del catálogo de obra de la última edición tradicional de la bienal, en la que se recibieron mil 259 inscripciones con tres mil 461 obras, de las cuales se seleccionaron 42 piezas de 29 autores. Universo que se integra a la Colección FEMSA formado por mil 200 obras, entre adquisiciones directas y seleccionadas por el concurso. Un acervo que contempla a María Izquierdo, Carlos Mérida, Roberto Montenegro, Rufino Tamayo, Juan Soriano, Lygia Clark, Ana Mendieta, Darío Escobar y Carlos Amorales, lo mismo que a los más jóvenes Omar Barquet, Arturo Bentacourt, Miguel Ledezma, y otros.
En el último concurso, destaca los premios de adquisición que se otorgó, en el formato bidimensional, a Raúl Quintanilla Alvarado por el video Canon del Cielo, de la serie El cine de las mutaciones, 2016. Y en el formato tridimensional a David A. Hernández Valdés por la escultura en madera titulado Modelado cuerpo vs cuerpo de 2015. Además de menciones honoríficas a Tania Ximena por el video 79 North, y Karla Leyva por la instalación De la serie Los/Found in Translation.
Se ha organizado este concurso desde 1992, duración notable para cualquier iniciativa cultural. Su longevidad y consistencia contrastan con otras iniciativas y concursos que han surgido y acabado en México en el transcurso de este cuarto de siglo”, acota José Roca, quien participó en el jurado de la edición XII. “Hay un trabajo de selección de muchas obras de un amplio espectro geográfico y de medios que existen, y es imposible que el jurado se avoque a buscar un tema o una línea que constituya un guión curatorial; entonces más que una curaduría hay una búsqueda de calidad en las expresiones”, agrega Luis Quirós, jefe de Relaciones Públicas de FEMSA.
De las obras seleccionadas destaca Cielo para Marcelo Balzaretti, un dibujo a tinta; la escultura Pendular (para C. Brancusi) de Omar Barquet, Weightless Car de Arturo Betancourt. Proyectos que de cierta manera coinciden en hablar sobre la ingravidez como un estado anímico en un contexto de sosiego como el que se vive en el país. Ejercicios que hacen eco con instalaciones como la de Lucía Castañeda Garma titulada El bosque en el muro. De la serie Capina doméstica que habla de la piel desollada de animales.
En este sentido también la pieza Encapuchados prenden fuego a una tienda Coppel, de Miguel Ledezma, que trata de un acrílico sobre madera de líneas de colores, como cuando en la pantalla del televisor se pierde la señal. Obra que juega con Panorámicos, paisaje metropolitano, una videoinstalación de Yair Jaime Soria que piensa el paisaje como múltiples formas y conceptos.
Así se conforma la Colección FEMSA que en suma abarca desde las herencias estéticas del siglo XX hasta las propuestas de este siglo; movimientos y corrientes como el surrealismo, la escuela muralista, el abstraccionismo geométrico. Y si bien el acervo se centra en arte latinoamericano con pintura, video, arte objeto y fotografías de artistas modernos como Frida Kahlo, Gerardo Murillo Dr. Atl, Rufino Tamayo, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros, más recientemente se han sumado contemporáneos como Yishai Judisman y Francis Alÿs que dialogan con los más jóvenes.
De esta última edición del certamen se rescata el proyecto Lugar Común que ya anunciaba el nuevo formato de la bienal que ahora apuesta por un programa curatorial disperso en diversas sedes museísticas en Zacatecas, y no un concurso. El espacio, abierto en 2015, inició con la exposición Poéticas del decrecimiento. ¿Cómo vivir mejor con menos?, que incluyó una intervención del artista chileno Alfredo Jarr con la frase “¿Es usted feliz?”.
En 2017, Lugar Común se independizó como un laboratorio artístico autogestivo, y fue el primer paso para el nuevo formato de la bienal que inicia en octubre próximo como una plataforma educativa a través de cinco ejes: colaboraciones museológicas, intervenciones en el espacio público, programa pedagógico, programa editorial y otro público. (Excélsior 30/08/2017).
El formato también cambiará su sede. Deja Monterrey para ocupar en cada edición una ciudad diferente. La primera será Zacatecas donde se presentarán en los siguientes 18 meses, a partir de octubre, exposiciones, publicaciones especializadas, charlas a público general y un simposio para discutir la pertinencia de las bienales de arte en América Latina. Con el título Nunca fuimos contemporáneos, tomado de un libro homónimo del filósofo Bruno Latour, el programa artístico lo dirige el curador y artista Willy Kautz, y cada eje tiene un director específico como Daniel Garza Usabiaga, Nicolás Pradilla, Eric Nava, Fernando Salcedo, entre otros colaboradores.
Esta bienal pone énfasis en la educación, un programa pedagógico en dos partes; primero una charla abierta con artistas residentes, especialistas, historiadores, teóricos del arte, y otra parte cerrada por convocatoria e invitaremos entre 12 y 15 jóvenes para que colaboren en la bienal en un programa de mediación”, explicó en su momento Kautz al aclarar que se conserva en su nombre la característica de bienal, sin que eso signifique realizar el certamen.
El concurso de adquisición de obra se cancela para dar paso a una convocatoria para que artistas participen en proyectos específicos. Por ello el catálogo de la edición XII hace memoria del acervo reunido en 25 años.