D.M.K de Grinberg
Oro, plata, cobre y platino: metales nativos, sin amalgamas ni mezclas maleables y que pueden encontrarse prácticamente a flor de tierra. Su empleo se encuentra en el origen de toda cultura metalúrgica, al igual que su función suntuaria y el deseo de su posesión. En Mesoamérica, se sabe que los mayas trabajaron el cobre nativo; los purépechas empleaban los bronces de estaño y de plata; los mexicas, el cobre aleado con plomo; los huastecos, los cobres arsenicales y los bronces al antimonio; los orfebres mixtecos, las aleaciones oro-plata-cobre, entre otros.
La metalurgia ha sido siempre un importante indicador cultural que el investigador debe tomar en cuenta si se trata de evaluar el desarrollo cultural de un pueblo. El empleo de la metalurgia en casi todo el mundo nace en tiempos próximos a la aparición de la escritura y es posterior a la instauración de la agricultura y la domesticación de los primeros animales, es decir, cuando los pueblos se vuelven sedentarios.
En el momento en que se producen alimentos en cantidad suficiente, ya no es necesario que todos los miembros del grupo se dediquen a la producción de alimentos, y algunos de ellos pasan a desarrollar tareas que la mayoría no está en condiciones de realizar, como escribir o elaborar productos metálicos. Esto va acompañado por el desarrollo de ciertos conocimientos técnicos inexistentes hasta esa etapa.
Si clasificamos los conocimientos metalúrgicos en el orden en que se van desarrollando dentro de las culturas metalúrgicas primitivas, vemos que es posible reconocer ciertas etapas o pasos comunes a la mayor parte de ellas. Existe un primer momento donde la elaboración de objetos de metal consiste en el empleo , sobre los metales nativos, de las mismas técnicas que se aplicaban en el periodo lítico. Los metales nativos que fueron objeto de este tipo de trabajo mecánico son el oro, el cobre, la plata y el platino. El encuentro ocasional de dichos metales, seguramente durante la búsqueda de materiales convenientes para elaborar objetos de piedra, y la aplicación de técnicas conocidas hasta entonces –como el martillado para producir un lascado conveniente´, constituyeron el primer paso hacia la utilización de metales en casi todas las culturas metalúrgicas, las cuales desarrollaron sus propias técnicas de manera independiente. Sin embargo, desde el punto de viste técnico, no hay un progreso hacia nuevas tecnologías.
La metalurgia en el Nuevo Mundo
En América, la elaboración de artefactos muy sencillos por martillado comenzó en dos regiones muy separadas entre sí. Una de ellas es la región de los Grandes Lagos de Norteamérica, alrededor de 2000 a. C., con la explotación del cobre nativo; sin embargo, no hay indicios de que los conocimientos metalúrgicos prosperan, quizá debido a la abundancia de cobre en sus yacimientos y por la distribución geológica de los mismos, lo que permitía adquirirlo fácilmente.
Otra metalurgia con un desarrollo independiente comenzó en Perú alrededor de 1200 a. C., con la obtención en las arenas de los ríos del llamado “oro de placeres”, y generó la importante cultura metalúrgica peruana.
En Mesoamérica, a la llegada de los españoles, por sus propios comentarios se sabe que el oro era obtenido de placeres y no hay indicios de que fuera extraído de minas. Esto pudo deberse a la falta de herramientas adecuadas, pues sólo contaban con mazos de piedra, los cuales resultan ineficientes para romper las rocas cuarcíferas en donde están encajonados los yacimientos de oro.
D.M.K de Grinberg. Profesora titular de Metalurgia en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Ingeniería, UNAM. Premio Doctor Enrique Beltrán 1992 de Historia de la Ciencia y la Tecnología. Miembro de la Academia Nacional de Ingeniería, A. C. Desde 1983.
de Grinberg, D.M.K, “Crisol de técnicas. Metalurgia del México Antiguo”, Arqueología Mexicana núm. 19, pp. 4-11.
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